¿Paz? / Taktika - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Ammán, Jordania. 24 de mayo de 2014. Ante una frenética multitud, compuesta por cristianos venidos de todo el Medio Oriente, el Papa Francisco se dirige de la siguiente manera a su grey: “La paz no se puede comprar. No se vende. Es un don que hemos de buscar con paciencia y construir artesanalmente mediante pequeños y grandes gestos en nuestra vida cotidiana”.

Horas antes, el sumo pontífice había descrito a su anfitrión, el rey Abdalá II, como “un hombre de paz, un artífice de paz” por la manera en que el reino hachemita ha recibido, a lo largo de varias décadas, a refugiados palestinos, iraquíes y sirios.

Los hechos previamente descritos sirven como prefacio al presente artículo, el cual pretende explicar al amable lector las iniciativas de paz lanzadas simultáneamente en Tierra Santa y en el subcontinente indio.

Según el portal Univisión.com (26/05/2014), el viaje a Palestina e Israel es resultado del trabajo, tras bambalinas, de un grupo de conocidos de Jorge Mario Bergoglio: el periodista de origen portugués, Henrique Cymerman, y el rabino Abraham Skorka, oriundo de Buenos Aires y viejo amigo del santo padre.

Los precitados personajes trabajaron conjuntamente con la Secretaría de Estado -el departamento del Vaticano especializado en asuntos diplomáticos y políticos- para diseñar una visita que maximizara el impulso al proceso de paz entre israelíes y palestinos y, a su vez, minimizara los peligros de ofender a las partes en conflicto.

Por ello, el obispo de Roma realizó una serie de actos tendientes a mostrar un espíritu ecuménico y conciliador: antes de llegar a la basílica de la Natividad de Belén, el sucesor de Pedro descendió espontáneamente de su vehículo para orar en el muro de separación, construido por Israel, en Cisjordania. A un lado de la cabeza del Papa aparecía, pintado en tinta roja, una leyenda que decía claramente: Free Palestine (Palestina libre).

Ya en Israel, el vicario de Cristo visitó y oró ante el muro de las lamentaciones, el lugar más sagrado para los hebreos, y dejó en una fisura de la pared una nota con el texto del “Padre Nuestro” redactado en español. Luego abrazó a su amigo Skorka y al guía de la comunidad musulmana en Argentina, Omar Abboud. Finalmente, Francisco visitó un memorial a las víctimas israelíes del terrorismo y el Yad Vashem, lugar dedicado a recordar el Holocausto perpetrado por la Alemania nazi contra los judíos.

Los gestos de Francisco, apuntalados por el milenario engranaje de la diplomacia vaticana, dieron sus frutos: los presidentes de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas, y de Israel, Simón Peres, acordaron viajar a Roma para “orar por la paz”.

A miles de kilómetros de Tierra Santa, en el Indostán, el primer ministro electo de la India, Narendra Modi, tuvo la visión de comenzar su mandato tendiendo la mano al país contra el que ha librado tres guerras, Pakistán. Para tal efecto envió una invitación a su toma de posesión a su contraparte paquistaní, Nawaz Sharif, quien se mostró sorprendido por el inusual gesto diplomático.


Antes de aceptar la invitación, Sharif consultó con la influyente Dirección de Inteligencia (ISI, por sus siglas en inglés). Los militares dieron su anuencia, y el día 27 del presente mes, los líderes de la India y Pakistán se reunieron en “una atmósfera cordial”, pues ambos hablaron de “manera franca y honesta”.

Asimismo, Modi conversó con el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, quien insinuó que el grupo terrorista Lashkar-i-Taiba, ubicado en Pakistán, había perpetrado, en 2008, los ataques contra la ciudad de Mumbai. Además, Karzai ninguneó a su cada vez más disminuida contraparte estadounidense, Barack Obama, pues rehusó acompañarlo en su visita sorpresa a su país.

Si bien las iniciativas de Jorge Mario Bergoglio y Narendra Modi tienen como objetivo alcanzar la paz, ésta no será fácil de lograr: en el caso de Oriente Medio, el ensordecedor silencio del ultraderechista primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, es una gran incógnita para el proceso pacificador. Más todavía, la organización islámica,Hamas, se niega a reconocer al Estado hebreo.

Respecto a los protagonistas del “mayor divorcio de la historia”, India y Pakistán, la desconfianza mutua se nutre de las heridas provocadas por tres conflictos bélicos. Más aún, Modi, con sus antecedentes ultra-nacionalistas y su nada claro rol en las masacres de musulmanes, ocurridas en su natal Guyarat, inspira nula confianza entre los paquistaníes. Esta suspicacia se ve reflejada en que ambos países se apuntan con su respectivo arsenal nuclear.

La paloma de la paz, sosteniendo una ramita de olivo en su pico, habrá de batallar para lograr su objetivo en Tierra Santa y en el Indostán.

Aide-Mémoire.- La Unión Europea sufrió una derrota geopolítica por el mega-acuerdo energético entre China y Rusia. Además, el rostro feroz y obsceno del fascismo se dejó ver en la reciente elección al parlamento del Viejo Continente.


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