Quizá si hablamos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, lo primero que nos viene a la mente es el nombre del Subcomandante Marcos, creo que es ese personaje enmascarado y nadie más quien enmarca todo lo que se sabe del EZLN.
Tras 20 años de existencia pública y mediática, el pasado lunes 25 de mayo el Subcomandante Marcos o el “SupMarcos” como se refería a él mismo, anunció a través de un comunicado titulado “Entre la luz y la sombra”, que el personaje como tal, “la botarga” de ojos de colores, a veces azules otras color miel, dejaría de existir para configurarse ahora como el Subcomandante Insurgente Galeano, en memoria de José Luis Solís López, otro de los líderes sociales pertenecientes de alguna forma al EZLN, que fuera emboscado y ultimado el 2 de mayo.
Identificado por el Gobierno Federal como Rafael Guillén Vicente, estudiante y maestro de Filosofía, su personaje se volvió un ícono del México moderno. Se caracterizaba por aparecer cubierto de rostro con un pasamontañas negro, llevaba puesta su gorra color verde militar, la diadema de intercomunicación, fumaba pipa, cargaba su ametralladora al hombro y llevaba consigo algunos colguijes autóctonos.
Cursaba yo la secundaria cuando se dio esta aparición ante los medios del EZLN, desde entonces recuerdo lo peculiar de sus comunicados, buscando reconocer y defender los derechos de los pueblos indígenas, la autonomía de su demarcación, señalando el sistema corrupto de entonces en cual se vivía desde hace años (¡y vaya! que se sigue sufriendo) y a toda costa, como lo señalaban sus principios buscaban la conformación de un nuevo sistema de gobierno más justo para todos.
En su momento no era más que otro rebelde en la escena social, una figura colocada, de otra causa de las muchas que tenía nuestro país por aquellos años, sin embargo y al paso del tiempo, al calor de las batallas, tras las derrotas y los triunfos conseguidos por el Ejército Zapatista, la figura crítica y constante del “SupMarcos” fue creciendo tanto que incluso él pasó a ser un símbolo de la insurgencia moderna de México.
Personaje reconocido a nivel mundial, se especuló durante años, tras aparecer junto a la primera dama francesa Danielle Mitterrand, que gobiernos extranjeros apoyaban la causa para debilitar el sistema político mexicano, incluso en algunas imágenes se mostró a un Marcos de ojo azul, lo cual permitió especular sobre su nacionalidad y sus “verdaderas intenciones”, retomando el comunicado zapatista rescato la siguiente frase que habla de esto: “Marcos un día tenía los ojos azules, otro día los tenía verdes, o cafés… todo dependiendo de quién hiciera la entrevista y tomara la foto. Había un Marcos para cada ocasión…”
Sin embargo el Sub Marcos siempre fue el mismo, de comentarios críticos y complejos, cargados de simbolismos y dobles mensajes, tal y como se lo permitía su formación filosófica y su capacidad intelectual.
Como todos los personajes de este tipo, Marcos está rodeado de esa aura con la capacidad suficiente de polarizar opiniones, de la misma forma que Pancho Villa, Emiliano Zapata, el Che Guevara, Fidel Castro o cualquiera que usted me diga. Disculpe si las comparaciones le parecen igual que a mí, odiosas, pero el encapuchado de la Selva Lacandona, se encuentra en ese mismo escaño de los personajes que pueden ser considerados seres inmortales. En años, quizá décadas y mucho tiempo después se hablará del Subcomandante por todo lo que significó para México.
Hoy el EZLN ha transmutado y dejó de ser una guerrilla que busca a través de las armas tomar el control del país; los zapatistas ahora son una forma autónoma de gobierno, tienen su propia organización, su industria, sus escuelitas zapatistas… simplemente funcionan por sí mismos y así son reconocidos.
Recientemente en un viaje a Chiapas, me pude enterar que en ese hermoso Estado sigue vigente el EZLN, ya no con hombres armados y encapuchados que su sola presencia causa temor, sino con una forma de vida que desde hace años ha buscado el progreso de su gente. Las personas los respetan, cuidan de ellos, como los zapatistas cuidan de la gente. Es su sistema de “autodefensas”. Los niños, los jóvenes y los adultos van a la escuela, aprenden a trabajar y a servir por el bien de los demás.
El EZLN ha cambiado y su lucha ahora es desde una base transformadora más profunda, aunque más lenta por lo que se ve.
Para mí lo único que pone un asterisco sobre la icónica imagen del Sub Marcos es la negativa de venir a Aguascalientes en el año 2005, cuando las asociación de alumnas de la Normal Rural de Cañada Honda lo contactó para estar presente en un aniversario, donde todo giraría en torno a la figura del “Subcomandante de acero inoxidable” incluso un mural en su honor fue pintado en las paredes de la institución.
Las chicas le ofrecieron alimentación, un lugar donde dormir y atenciones acordes a sus posibilidades. En lugar de ello el personaje solicitó transporte de lujo, hotel cinco estrellas y condiciones inalcanzables para una sociedad de alumnas de una institución rural.
Su mural fue borrado…
“Quienes amaron y odiaron al ‘SupMarcos’ ahora saben que han odiado y amado a un holograma. Sus amores y odios han sido, pues, inútiles, estériles, vacíos, huecos”…
“El personaje fue creado y ahora sus creadores, los zapatistas y las zapatistas, lo destruimos”…