El pasado 30 de abril se terminó el periodo ordinario del Congreso de la Unión, y como se había comentado, y hasta previsto, no salieron las leyes secundarias o reglamentarias de la reforma político electoral y de telecomunicaciones; apenas ese día se presentaron las iniciativas para las leyes secundarias de la reforma energética.
Pero veamos las únicas que lograron aprobarse. Con muchas dudas y recelos de los empresarios, fue la de competencia económica que vuelve a dar poderes a la administración pública de la nueva Inquisición; esto, espero, no vaya a dar resultados como la reforma fiscal que tiene postrado y semiparalizado al país en materia económica. Y apenas se están sintiendo sus efectos. Ya el Banco de México ha mandado opiniones de riesgos a futuro de nuestra economía, pues mientras la actividad económica de los Estados Unidos está repuntando de manera importante, la nuestra sigue a la baja. Si no fuera por el sector automotriz, la situación sería verdaderamente preocupante.
Las leyes secundarias en materia político electoral, que se había ofrecido que saldrían a como diera lugar a más tardar el pasado miércoles 30 de abril, sólo fue un buen propósito pues apenas se dejaron las bases de la normatividad de lo que se castigará como delitos electorales; el problema se presenta porque, de acuerdo a expertos en la materia, la reforma constitucional de febrero de este año, en materia político electoral, ordena que a más tardar el día último de abril se aprueben sus leyes secundarias, lo cual no sucedió y esto puede ser materia de controversias en las elecciones federales y locales del 2015, pues esto permitirá que los inconformes se valgan de esta violación para buscar la anulación de los procesos; aunque otros dicen que la ley permiten que las reformas electorales se puedan realizar hasta en 90 días antes de los procesos y esto se dará en octubre de este año, por lo que se podrían aprobar en junio sin problemas. Pero, ¿qué necesidad hay de permitir que la falta de acuerdos provoquen líos judiciales? Sinceramente, ya hay bastantes.
Uno de los problemas que dicen algunos legisladores se presentó, fue que se querían imponer condiciones para que junto con la aprobación de estas leyes se llegara a acuerdos en la cuestión de los consejeros del IFAI y de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, para poder imponer sus preferencias. Lo anterior provocó que se abortara la aprobación.
Otros legisladores adujeron que era imposible estudiar a fondo en comisiones las reformas a las leyes, como la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales, la Ley de Partidos Políticos y la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral. Estas leyes serán casi nuevas y se necesitará la participación de expertos, y sobre todo especialistas, que cuiden que éstas no vayan en contra del espíritu de las reformas constitucionales, pues eso las viciaría y las dejaría inoperantes. Lo raro es que no se haya comentado esto antes, ya que se ofreció con mucha seguridad que saldrían el último día de abril.
Otros temas en que no se pudieron llegar a acuerdos, y que son una parte muy importante de la reforma constitucional, son, por ejemplo, la de financiamiento a los partidos y su fiscalización, pues es la parte medular de los problemas en el pasado, en las últimas elecciones, así como las facultades del INE, pues ahora este Instituto será el responsable de las elecciones nacionales y locales, en algunos casos, los cuales se están definiendo, y algunos quieren que sea en la totalidad en todos los casos. Dicen que eso afectaría el pacto federal que se encuentra tutelado en nuestra Constitución. La elección de los consejeros locales también es una discusión sin solución, pues unos quieren que sea a nivel central y otros que sólo sean ratificados o rechazados en determinados casos.
Un tema no menor es el de las candidaturas independientes, pues esto ha sido un dolor de cabeza para los partidos, pues temen perder el monopolio de las elecciones y han estado poniendo trabas y reglas que serían un dique difícil de salvar para un ciudadano que, aunque tuviera el apoyo de la sociedad, no podría cumplir los requisitos que están tratando de poner en la ley reglamentaria.
Otro tema es las causales en la ley para la anulación de las elecciones, lo cual, la verdad, con la ley actual ya muchas de ellas deberían de haber sido anuladas y sería un problema, pero en fin.
Hoy usted y yo somos testigos de cómo los jugadores están poniendo las reglas del juego, y no sólo eso, sino a los árbitros también. Es increíble que pase esto. Yo sólo preguntaría: ¿Y la sociedad… qué?