En la colaboración anterior abordé cómo el proceso de alternancia entre el PRI y el PAN ha generado en cada contienda electoral, una confrontación cada vez mayor, que está llegando a situaciones de cuidado.
Hoy trataré de caracterizar cómo estos tres elementos están interviniendo en la vida política del estado, y las consecuencias que se derivan de ello.
Michael Laver (1983) considera que la conducción del gobierno es el conjunto de acciones llevadas a cabo entre la cooperación y el conflicto. Este concepto retomó la esencia de la política que utiliza el diálogo, el convencimiento y la cooperación para procesar las decisiones del gobierno.
Aguascalientes se está perfilando como un estado que se aleja cada vez más del ejercicio de la política como escenario para discutir y abordar controversias desde una perspectiva civilizada.
El PRI como un partido que tiene a su cargo la conducción del gobierno y la mayoría en el Congreso, producto de un acuerdo parlamentario, estaría obligado por esta condición, a utilizar la política como instrumento principal para dirimir controversias.
Lejos de eso, su comportamiento es de mayoría abusiva que atropella y utiliza su posición para imponer, a través del atraco, decisiones que benefician a un reducido grupo que interpreta que el poder y la responsabilidad del gobierno consiste en imponerle a los demás sus intereses y puntos de vista.
No se dan cuenta que el ejercicio del poder desgasta, y este tipo de conducción genera un proceso de desgaste aún mayor y más acelerado.
Pero la oposición representada en el PAN ha interpretado que este desgaste le favorece. Que entre más pifias y arbitrariedades se comentan por parte del Ejecutivo y el Legislativo, ellos van ser los más favorecidos, pero creo que están haciendo un mal cálculo político.
Este desgaste no lo está acumulando la oposición panista porque se ha convertido en una oposición fallida. Ante las imposiciones y atropellos de los priistas, reacciona sin propuestas, con argumentos torpes que no generan una visión alternativa de lo que critican.
Se ha convertido en una oposición limitada y sin propuestas que le expongan al ciudadano una perspectiva por donde transitar. Junto al desgaste del gobierno priista, la oposición representada en el PAN también sufre un desgaste similar.
Si buscamos un indicador de esta afirmación la podemos encontrar en el Congreso que, siendo la más alta tribuna del Estado, ¿en qué la han convertido? En un escenario de disputas personales. En un discurso de odio en donde las motivaciones son los rencores personales que terminan en peroratas sin sustancia.
Ante una actuación abusiva, la contraparte reacciona con respuestas lamentables, de bajo perfil y pobre argumentación. No hay un discurso de razones políticas que motiven la adhesión de los ciudadanos que están en espera de propuestas viables.
El desgaste acelerado del ejercicio de un gobierno autoritario, también se manifiesta en la oposición ante la falta de un discurso político consistente y un proyecto en el que se identifiquen los distintos sectores sociales.
Esto está generando una apatía, un desconsuelo de los ciudadanos que continúan en la búsqueda de alternativas. Este escenario infértil es caldo de cultivo para que lleguen mesías o proyectos populistas o autoritarios, y ante la falta de rumbo, los ciudadanos eligen proyectos suicidas porque se aferran a la desesperación y la falta de esperanza.
En este resultado los medios de comunicación tienen responsabilidad, porque en consonancia con los enfoques modernos, la prensa en lugar de ser “el cuarto poder”, tienen la responsabilidad social de acotar al poder, para que el gobierno se conduzca con mesura y sentido de responsabilidad.
Pero no es así, la prensa no genera el contrapeso que requiere un sano contexto democrático y son muy pocos los que hacen una labor de comunicación independiente, entre ellos destaco a La Jornada, el resto no ha cumplido con su papel de aportar al proceso democrático de la entidad.
En un escenario como este, ¿quién va a sacar la cara por la autonomía y la dignidad del poder judicial? ¿Qué tipo de propuesta y salida va a plantear la oposición representada en el PAN Y PRD respecto a las medidas autoritarias y regresivas que pretenden modificar el artículo 52 que lesiona la división de poderes? Si la intervención de la oposición va a terminar con una discusión personal entre dos diputadas que no han hecho el esfuerzo por elevar el nivel del debate parlamentario, valiente apoyo van a tener los cinco magistrados que defienden la autonomía del Poder Judicial, y el derecho a no subordinarse a un grupo político que quiere perpetuar sus decisiones aún después de su periodo constitucional.
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