La corbatita. Ya es tiempo de ponerle su corbatita… así lo dice el ahorcador de la Escuela Secundaria General número 24, ubicada en Calvillito, Aguascalientes, por la salida a San Luis Potosí. El ahorcador de la 24 realiza sus actos infames cuando nadie puede verlo (al menos eso cree él), y mientras, realiza su “trabajo” como vigilante de la escuela secundaria, en los fines de semana -aparentemente su trabajo es otro.
La última y más reciente víctima del vigilante-ahorcador de la 24, se cometió en contra del Calambres, un perro color negro, de avanzada edad, al que la comunidad de Calvillito en torno a la Secundaria 24, y particularmente los jóvenes estudiantes de la escuela, tenían especial aprecio “por obediente y cariñoso”. Tan era un animalito de buena conducta que había llegado a unos siete años de edad bajo la tutela y cariño de la comunidad. Era un animal tan manso y obediente, que siguió sin desconfianza al vigilante-ahorcador de la 24 a su fatal destino. El asesino de animales le puso “una corbatita”, simplemente porque el maligno hombre había decido que ya era su momento. Como es característico de los asesinos seriales, el vigilante-ahorcador de la 24 se hace del control de sus futuras víctimas decidiendo cuándo es el momento en que deberán morir, así como la manera en que deberán hacerlo; en este caso, y mientras el impío no decida lo contrario: ahorcados. Después que presencia su agonía y muerte, el asesino-vigilante de la 24 oculta su felonía “depositando” a los inermes animales en el contenedor cercano a la escuela secundaria. Eso sí, aún con “su corbatita” en el cuello para que se sepa quién fue el autor de su muerte (recuerde que todos los asesinos seriales dejan su “huella” en la escena del crimen o en el cuerpo de la víctima).
Vigilante-ahorcador serial. No es la primera vez que el vigilante-ahorcador de la 24 asfixia hasta matar perros y gatos. Los indignados vecinos de la Escuela Secundaria 24 así se lo refirieron a la de la pluma. El desquiciado vigilante asesina al menos un animal y en ocasiones dos por mes, bajo la mirada furtiva de los lugareños que no se atreven a dar la cara por temor, ya que, como ellos explican, “si es capaz de hacerlo con los animales, ¿qué no hará con nosotros?”. Y es que el vigilante-ahorcador de la 24 “ni parece mala persona -dicen-, es más, a los animalitos que ha matado hasta les hace confianza y caricias”, por ello, y ante la doble cara del perverso vigilante de fin de semana, los buenos vecinos de la comunidad de Calvillito han debido ser testigos obligados y silenciosos de la muerte cruel de una decena de animales inocentes.
La condena de los inocentes. El Calambres y muchos más han sido condenados a la muerte por ahorcamiento, ante el silencio horrorizado de los vecinos de la Secundaria General número 24. Pero hoy pudo más la indignación y la conciencia de humanidad de los vecinos de Calvillito Aguascalientes. Tuve la oportunidad de ser maestra de primaria en esa amable comunidad. Sólo gratos recuerdos tengo de ese pueblo hermoso y alegre, que entonces no era la gran población en que se ha convertido ahora. Dejé en Calvillito Aguascalientes buenos amigos tanto en los padres de familia como en mis alumnos, que ahora a su vez son padres y madres. Por ello no me sorprendió cuando mis queridos exalumnos me buscaron para enterarme de las infames acciones del vigilante-ahorcador de la 24 y para denunciar su impotencia ante los hechos violentos que son obligados a presenciar, sin poder, en medio de su temor, hacer más al respecto.
Calvillito, gente hermosa. Como profesora de primaria que fui en el amado Calvillito, como exintegrante de esa comunidad de gente sin malicia, de gente alegre, de gente trabajadora y decidida a progresar, dejo para conocimiento y reflexión esta denuncia. En Calvillito hay autoridades delegaciones y ejidales que sabrán qué hacer. En Calvillito hay autoridades sociales que sabrán qué hacer. En Calvillito hay autoridades escolares y administrativas que sabrán qué hacer. Porque si no se actúa a tiempo y ¡ya!, el vigilante-asesino de la 24 lo volverá a hacer, y no necesariamente lo hará con animales, después de todo y como los propios aldeanos me dijeron, el vigilante-asesino de la 24 “ya probó lo que es matar” y para un desalmado como él, todo es empezar…
Recuerde Ud. que en mi cocina se come, se lee, estudia y platica de todo, particularmente de política.