Dimensión ótica, o cómo escuchar debidamente a King Crimson / El banquete de los pordioseros - LJA Aguascalientes
21/11/2024

“Dimensión Ótica” es un programa de Radio Universidad que se transmite todos los miércoles a las 21:00 horas, y que es conducido y producido por Fernando López y Pablo del Valle. En este programa especializado en el rock progresivo los responsables de la emisión han diseñado, dentro de su estructura de programación, una serie de especiales buscando escarbar hasta lo más profundo de la discografía de diferentes íconos del rock progresivo. Para darle una identidad propia y diferente a esta serie de especiales, han tenido la gentileza de invitar a un grupo de amigos con quienes ellos comparten el gusto por este lenguaje, sin duda, el más exigente dentro del rock. Por fortuna y agradeciendo la generosidad de este equipo de producción, me han contado dentro de esos amigos invitados para cada especial. Al primero que fui invitado fue dedicado al grupo británico Génesis, evidentemente dando mayor énfasis a sus primeros diez discos, los siete que marcan su inicio y que cuentan con los servicios del cantante Peter Gabriel, quien después de la grabación del monumental “The Lamb Lies Down on Broadway”, decidió emprender una carrera solista igualmente exitosa de la que tuvo con Génesis. También consideramos como parte de la discografía esencial e infaltable del grupo, los tres discos que grabaron sin Gabriel, pero todavía con el guitarrista Steve Hackett, lamentablemente después de la renuncia de Hackett, Génesis se dejó arrastrar por el facilismo de la música comercial y vendible, con una caída cada vez más pronunciada, desde la edición de su álbum: “And Then There Were Three”, que hoy lo vemos como de los más salvable que hicieron en esta época que llegó a ser crónica de oscurantismo de creatividad musical.

El segundo especial, y es de lo que me quiero ocupar en el Banquete de esta semana, es de King Crimson. A esta agrupación igualmente británica, el programa “Dimensión Ótica” dedicó una serie de tres emisiones en los que el cuerpo de producción, junto con otros buenos amigos: Luis Ariel el Doc, Héctor Saavedra, Enrique Campos Ceccopieri y un servidor, intentamos repasar, de la manera más completa posible, toda la nutrida discografía del Rey Carmesí, por eso digo que intentamos, porque esta es una labor poco más que imposible, no únicamente por la cantidad de discos producidos por King Crimson, sino por la calidad de los mismos, de cualquier manera y a pesar de que fueron tres programas, siempre nos quedamos con las ganas de escuchar aquella canción o esa otra, el tiempo suele ser cruel en estos casos.

El asunto es que las cosas cambian cuando escuchas en la intimidad de tu casa, por ejemplo, el disco “Lizard”, uno de mis favoritos y tercero en la discografía de esta inefable escuela de rock, a cuando ese mismo disco lo escuchas en la compañía de quienes, al igual que uno mismo, comparten la pasión por esta música. De repente percibes cosas, por los comentarios que hacen los demás, que anteriormente, en una escucha atenta pero solitaria, habías pasado por alto, o simplemente, como nuestra percepción es diferente, el compartir lo que cada canción significa para otras personas, termina por enriquecer nuestra visión del arte, en este caso concreto, de la música. Por ejemplo, para quien esto escribe, los primeros tres discos del grupo han sido indiscutiblemente los mejores, sin ánimos de menospreciar otras producciones, pero el primero: “In The Court of the Crimson King”, el segundo “In The Awake of Poseidon” y el tercero, “Lizard”, el primero de 1969 y los otros dos de 1970, han sido verdaderos referentes, no sólo de la producción de la Corte del Rey Carmesí, sino en general de todo el rock progresivo, dentro y fuera de Inglaterra, sin embargo, escuchando otros discos perfectamente conocidos por un servidor, como “Starless and Black Bible” o “Red”, ambos de 1974, o por ejemplo, el “Three of a Perfect Pair” del 84, o más recientemente “The Construkction of Light” (con la k intermedia, no es error) del año 2000, se llegan a apreciar cosas que sin duda había pasado por alto, ciertos detalles que ayudan a apreciar la música de manera diferente; eso, por otra parte, es un poco del encanto que nos produce la casi extinta radio cultural, la de enriquecer intercambiando ideas y conceptos, de hecho, creo que Radio Universidad es el único sólido bastión que conservamos con verdadera esencia cultural.

King Crimson, y en esto coincidimos todos, es uno de esos pocos grupos que a pesar de los incontables cambios de elementos y a pesar de los casi 50 años de existencia de la banda, nunca se han acomodado plácida y hedonistamente en el facilismo comercial de la música, sus niveles de exigencia son indiscutiblemente muy altos y así ha sido a lo largo de toda su carrera, tampoco se instalan cómodamente en una fórmula que pudo funcionarles perfectamente en un momento dado, no es propio de King Crimson repetir esquemas hasta quemarlos y oxidarlos, sino que están en constante cambio y evolución; sin embargo, y esto definitivamente es parte de su grandeza, en ningún momento han perdido el estilo, o dime tú, amigo lector de esta columna y que seguramente entiendes de lo que estoy hablando, dime tú si al escuchar a King Crimson no lo identificas de inmediato, sin importar quiénes son los músicos que integran la agrupación, desde los tiempos en que su alteza real, Robert Fripp inició esta aventura, hasta lo más reciente que han hecho, mantienen una identidad propia. Un placer escuchar a King Crimson, casi comparable al de tener el honor de ser invitado al programa “Dimensión Ótica” de Radio Universidad.

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