Hoy continúo con el tema económico, pues las señales negativas se han incrementado durante los últimos días; obviamente la población se encuentra irritada y desconcertada por la crisis que de manera paulatina y constante se está presentando en el país. De acuerdo con una encuesta de INEGI, el 72% de la población percibe actividad delictiva en su ciudad y el 64% dice que las cosas seguirán igual. Esto, según los analistas económicos, incide en el ánimo de los inversionistas y sobre todo afecta la recuperación del mercado interno, lo cual ha sido confirmado con los resultados reportados por la ANTAD, que es la organización que agrupa a las tiendas de autoservicio del país. Dicho reporte nos dice que las ventas de estas tiendas en el primer trimestre de 2014 fueron -5.4%, o sea, menores a las del mismo trimestre del año pasado. Los analistas nos dicen que sólo la industria manufacturera ha tenido un desempeño débil pero positivo; sin embargo la industria de la construcción ha seguido con números rojos y el área de servicios también se encuentra en negativo.
Con todo y esto, las autoridades se han empeñado en hacer que se apruebe la reforma de ley de competencia económica, que en gran parte nos llevaría a prácticas similares a las que se tenía por parte de las autoridades, cuando nuestra economía se encontraba cerrada; esto antes de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), el cual nos obliga a respetar reglas internacionales de libre comercio, y algunos artículos dan facultades a la autoridad para que ataque los efectos y no las causas cuando se presentan distorsiones en el mercado en los precios de algún producto. Hace poco fuimos testigos del fenómeno que sucedió con el precio del limón, pues este producto llegó a niveles verdaderamente altos pero nunca se investigó el porqué la producción cayó por una plaga que no fue atacada a tiempo por las áreas de sanidad vegetal, tanto estatales como federales, en las zonas de producción y el que muchos dejaron de empacar y producir por falta de seguridad. Todo esto nos dice que la regulación del mercado es a través de la prevención y no de la persecución.
Los analistas han comenzado a bajar sus pronósticos de crecimiento de la economía durante este año, y por otro lado, la Secretaría de Hacienda ha anunciado la colocación de bonos con vencimiento a 2034 por 15,000 millones de pesos; esto nos dice que los bonos gubernamentales siguen teniendo aceptación entre los inversionistas, pero también se ve con preocupación el que se estén colocando instrumentos de deuda en cantidades muy importantes, tanto en el ámbito internacional como en el nacional, pues esto no es lo que nos sacará adelante como país.
Algo que debe de tomarse en cuenta es que se había dicho que gran parte del problema económico que padecemos se debía a la recesión económica en los Estados Unidos y ahora que los indicadores de ese país se han reactivado, en el nuestro la reacción ha sido al contrario, por lo que debemos de ver en el mercado interno cuál es el problema.
Los encargados de conducir la economía de nuestro país deben de ver y evaluar cómo ha incidido la reforma fiscal en los resultados económicos y las estrategias de inversión, y por qué no han dado los resultados buscados. La inseguridad en grandes zonas del país ha inhibido la actividad económica y esto ha puesto en problemas las economías de varios estados.
No son sólo las medidas que tome el gobierno las que sacarán adelante el gran reto de la reactivación económica, sino el hacer que las medidas logren generar un entorno que permita que esto se dé. La sociedad es el actor más importante en este entorno.
Esperemos que revisar y rectificar no se vea como algo negativo al quehacer gubernamental, sino como una acción responsable ante la situación imperante.