- El problema real no serían los tatuajes, sino el modelo policial carcelar actual que tienen las autoridades
- Alberto Guerra: estamos secuestrados por las partidocracias, es ridículo que consideremos temas mediatizados y politizados como importantes
Con una audiencia de poco más de 50 personas, el Festival Gráfica Urbana que organiza el Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (IMAC) comenzó su serie de conferencias en el Hotel Francia del Centro Histórico con una mesa de diálogo sobre el graffiti en Aguascalientes, en donde se coincidió el avance que ha tenido esta expresión artística en las paredes y murales de casas, espacios públicos y edificios institucionales.
Por años se observaron sólo rayones, letras mal escritas y agresiones visuales en las calles del estado mientras que ahora han disminuido, obteniendo en su lugar imágenes bien detalladas con un realismo casi perfecto sobre las inquietudes sociales y políticas que tienen los jóvenes.
Con la participación de Isabel Cabrera, Alberto Guerra y David Gutiérrez se ejecutó la mesa de Diálogo sobre el cuerpo, el tatuaje y la moralidad, en donde con gran participación de los presentes se discutió el tema de la moralidad y el tatuaje entre los juicios morales de la sociedad aguascalentense.
Planteando poco a poco lo sucedido en el municipio capital sobre el malentendido con el jefe de Seguridad municipal se fue matizando una historia desde su perspectiva, qué ocurrió, cuál fue el evento que desencadenó esto y cuál es el papel que juegan los maestros de las universidades, sobre todo de la Universidad de las Artes, en este juego de dimes y diretes.
Para Guerra, los medios de comunicación tienen cierto control en lo que es noticia y lo que no lo es, siendo ésta una aplicación de esquemas específicos y de cómo los medios crean una noticia y la distraen con otros juegos, como son los eventos dispersos (entre ellos este Festival de Gráfica Urbana).
Esta situación evidenció que el modelo carcelar trabaja por sospecha, “así como los policías sospechan hoy de un tatuado, mañana lo harán del que está vestido diferente, algún transexual, transgénero, travesti o drogadicto”, el problema real no serían los tatuajes sino el modelo policial carcelar actual que tienen las autoridades.
Si la diseminación siempre ha existido, ¿por qué darle tanto juego ahora a esto? -se cuestionó en la sala- a lo que respondió Alberto Guerra desde su punto de vista, que las cuestiones políticas están claras, “estamos secuestrados por las partidocracias, es ridículo que consideremos temas mediatizados y politizados como importantes”, aunque reconoció que si esta situación no hubiera sucedido jamás se hubiera efectuado este tipo de mesas de discusión sobre el tatuaje.
“Si hacemos un conteo de las pesquisas que hay diariamente por los policías, observaremos una variedad de físicos y no exclusivo de personas con tatuajes”, esto concluye que el modelo carcelario en Aguascalientes es así de precario y antiguo, de ahí la importancia de no perder de vista la operatividad policiaca, “lástima que el truco es mostrando los tatuajes siendo que el truco funcional serían otras cuestiones más importantes”.
La moral, ¿existe?
Si se observa desde una perspectiva nacional, la moral serían todos los códigos que colaboran a que haya cohesión social, desde esa perspectiva podría considerarse el tatuaje como inmoral pues violenta algunos códigos familiares o estatales, “ésta sería una perspectiva muy corta”.
Ahora bien, si hay códigos que surgen entre el tatuado y el tatuador, entre las comunidades que usan el tatuaje como forma de vida o las que consumen sustancias como tradición, los resultados deben ser respetados por los demás, existiendo otra idea más abierta de la moral que va a aprobar la coexistencia conflictiva de muchos sistemas morales en distintos circuitos sociales.
Aunque reconocieron no haber estado muy a gusto con las circunstancias, la discusión del tema es interesante, no por nada se logró reunir tanto adolescentes como jóvenes y adultos de todo tipo de estilos de vida, estudiantes, trabajadores, mamás, papás hasta abuelos, tatuados o no se interesaron en conocer más a fondo el tema muy independientemente de la problemática mediática actual.