Por: Enrique Juárez Ramírez
El término “reingeniería” fue acuñado por dos norteamericanos, Michael Hammer y James Champy, quienes a comienzos de la década de los noventa presentaron al mundo de la administración el novedoso concepto de la reingeniería. La definieron como «la revisión fundamental y el rediseño radical de procesos para alcanzar mejoras espectaculares en medidas críticas y contemporáneas de rendimiento, tales como costos, calidad, servicio y rapidez». Éstos, en términos de organización de empresas.
Según los autores Hyde (1995), Linden (1994, 1995) y la Academia Nacional de Administración Pública (NAPA, 1994) de los Estados Unidos, la reingeniería en el sector público representa un nuevo y prometedor instrumento para manejar recursos cada vez más escasos y para enfrentar las crecientes presiones que demandan el logro de operaciones mucho más eficientes. Y esto se debería a que la reingeniería permite una respuesta más ágil de los organismos a sus necesidades, ofreciendo servicios de mejor calidad y reduciendo al mismo tiempo el despilfarro, o sea, el uso de recursos y el desempeño de actividades que no agregan valor.
Para que una reingeniería administrativa tenga fundamentos sólidos, sea prometedora, se debe tomar en cuenta criterios fundamentales como la habilidad para orientar el proceso de reingeniería de acuerdo con una metodología sistemática y amplia, administración coordinada del cambio para las funciones que se vean afectadas, planear e implementar el cambio sobre una base continua, analizar el impacto total de los cambios propuestos, visualizar y simular los cambios propuestos y asociar entre sí todos los parámetros administrativos de la administración.
Siendo así, y desde mediados de la década de los noventa, nos hemos encontrado con cambios administrativos basados en las necesidades y visión de cada administración que comienza. Hoy, en el municipio de Aguascalientes, la administración que hace un par de meses dio inicio ha propuesto una nueva reingeniería, la cual presenta como único fundamento el despido a diestra y siniestra del personal que labora ahí y sin haber hecho una validación específica de sus competencias y experiencia laboral. Habla el Alcalde de un ahorro de cerca de 66 millones de pesos con esta medida, sin considerar que la ciudad día con día crece y demanda una prestación de servicios de calidad, donde el municipio debe ser puntual y poner al servicio de los ciudadanos una plena cobertura de los servicios que constitucionalmente está facultado; la dinámica en la que se desarrollan las administraciones municipales exige, pues, una administración que sea eficiente, con gobernabilidad democrática, que brinde a los ciudadanos seguridad, que promueva el desarrollo social con equidad, promoviendo el crecimiento integral y sustentable a base de una administración moderna, eficaz y transparente; estos propósitos no han sido expuestos por la actual administración municipal. No alcanzamos a visualizar el propósito específico de dicho “ahorro” puesto que hace un par de semanas la bancada del PRI, en el Honorable Ayuntamiento de la ciudad, señaló que esa medida de “austeridad” sería para renovar el parque vehicular de los funcionarios de primer nivel.
Instrumentar reingenierías administrativas debe ser un ejercicio profesional, que legitime sus propósitos haciendo que la administración pública sea más eficiente y dé mejores resultados a la ciudadanía. La reingeniería planteada ahora por el Ayuntamiento de la capital es una cortina de humo para hacer una “cacería” de funcionarios públicos que cuentan con experiencia probada, desestimando su talento son amedrentados y acosados para orillarlos a que renuncien, o bien son convencidos de que encontrarán mejor suerte negociando una liquidación “justa”, mientras tanto la administración inicial se encuentra parada, la opinión pública y los ciudadanos esperando un verdadero comienzo con proyectos de gran calado que han venido transformando nuestra ciudad como ha sucedido en las dos últimas administraciones. Mientras tanto, quienes asesoran al Presidente Municipal pintan de azul cuanto instrumento de trabajo tienen oportunidad de hacerlo y así también con los espacios laborales donde, a costa del cumplimiento del mandato constitucional que tiene el Ayuntamiento, ofertan a personas afiliadas al Partido Acción Nacional los espacios laborales de la gente que están despidiendo sin piedad.
Esta reingeniería hasta ahora no tiene pies ni cabeza pues plantea el despido de más de 600 personas para “ahorrar” 66 millones de pesos anuales, dejando en desamparo a esas 600 personas y sus familias; esperemos que en breve se fundamente mejor y se comprenda que la dinámica de la ciudad requiere del talento de todos y de ejercicios mayores que un demagógico ahorro sólo por despedir personal.
@enriquejuarezr
enrijuarez66@gmail.com
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O sea llenar de burocracia las instituciones solo para que voten por el PRI es inclusión……???¡¡….Se llama nepotismo, trafico de influencias y corrupción. La gente inteligente de Aguascalientes no olvida que durante su periodo disminuyeron los espacios verdes para venderse estos terrenos a particulares y para parar una persecusión en su contra se autodesigno diPUTAdo.
Los políticos no tienen ni idea de lo que es la reingeniería, porque despedir gente para generar huecos que sean llenados para cumplir compromisos con los militantes de su partido no es reingeniería, es hacerle al tío Lolo. Y obviamente, si a los contratados les van a pagar menos pues tan solo con eso habría mucho más ahorro que el mencionado en la nota.