Con toda la discusión que se desató entre los que amamos el cine a inicios de este año, sobre las cintas nominadas al Oscar, que si Gravedad le ganará o no a 12 años de esclavitud, que si Her merece estar nominada en la misma categoría que El lobo de Wall Street o si Filomena y Nebraska juegan siquiera en la misma liga que sus contrincantes, existe una cinta que estaba pasando desapercibida -tal vez esto era una señal- pues poco o nada se hablaba de ella en los medios, a pesar de contar con un elenco estelar y ser escrita, actuada y dirigida por uno de los consentidos de Hollywood, George Clooney, me refiero a Operación Monumento la cual es de reciente estreno en las pantallas de todo el mundo.
Aunque principalmente está catalogada como una película bélica y su historia está situada en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, esta cinta tiene poco que ver con ese género, pues realmente lo que alcanzamos a ver los espectadores son las secuelas que dejó este conflicto mundial, más que las batallas en sí.
Tomando en cuenta la época en la que se sitúa, el tema que trata, el elenco y quién era el director, yo me esperaba algo así como una mezcla entre Doce al patíbulo -largometraje que adoro- y la trilogía de La gran estafa -la cual se cuenta entre mis amados gustos culposos- y, efectivamente, eso resultó, pero en vez de ser una mezcla homogénea que combinara adecuadamente la aventura, el suspenso, el drama y la comedia, se trata de un híbrido mutante ante el cual la mayoría del público se quedó algo confundido.
A mí me parece que durante la producción, George Clooney no alcanzó a decidirse sobre el tipo de filme que quería hacer, pues para ser comedia le faltó gracia, para ser drama le hizo falta ser más oscura, para tratarse de una película de suspenso se quedó corta en misterio y para aventura no tuvo suficiente acción.
Aún así debo conceder que después de un rato (pasada la primera hora que fluye de manera extremadamente lenta) empecé a disfrutar de esta Operación Monumento, primero, porque la ambientación, el arte, la edición, la fotografía y la música hacen que este filme parezca una de esas cintas de los 40 o 50, del Hollywood de oro que amaba el tema de la Segunda Guerra Mundial y a los héroes entregados por una causa noble, y aunque parezca cursi, aún en estos días uno disfruta -de vez en cuando- de la “inocencia” tanto visual como temática de ese tipo de cine.
Y segundo, porque una vez que el grupo de personajes (los 7 de Ocean, digo, de Stokes) se juntan -tras haber sido separados para realizar su trabajo en pares- la película se vuelve un poco más entretenida, pues es cuando realmente comienzan a fluir las cosas.
Frank Stokes es un historiador de arte preocupado por la destrucción de importantes obras de arte a causa de las batallas que se libran en Europa mientras los aliados persiguen a los Nazis ante su inminente derrota. Stokes propone la creación de un grupo – bautizado como Monuments Men- que se encargue de rescatar la mayor cantidad posible de obras invaluables para que sean regresadas a sus países de origen, pues él afirma que no tiene valor ganar la guerra si se pierde todo aquello que nos define como seres humanos.
Este grupo liderado por Stokes incluye artistas, arquitectos, museógrafos, curadores y directores de arte de distintos museos y otras instituciones artísticas, casi todos ellos ya entrados en años y definitivamente fuera de forma. El compromiso de estos hombres es incuestionable, están dispuestos a arriesgar la vida en defensa de algo que consideran más valioso, desafortunadamente los demás militares de su país no encuentran la importancia en arriesgar a sus soldados para salvar un montón de pinturas y esculturas, así que, muy pronto, los miembros de la Operación Monumento se ven en la necesidad de establecer su estrategia de rescate ellos solos.
Después de unos cuantos tropiezos y sin sabores, estos peculiares héroes comienzan una carrera tanto contra los alemanes, quienes tienen órdenes de destruir todo cuanto puedan en su huída hacia Berlín, como contra los rusos quienes, al ser sus aliados, reclaman para ellos todos los artículos valiosos que exista en esos territorios como compensación a los sufrimientos de su gente durante la Guerra.
Creo que el principal problema que esta película enfrenta ante sus críticos es que el argumento en el que está basada la historia, de que un montón de obras de arte valen más que las vidas de unos cuantos hombres, nunca es fundamentado ni defendido con suficiente sustento ni por Clooney ni por Frank Stokes, el personaje que interpreta.
El final, lo dejo para que ustedes lo descubran, aunque no negaré que sorpresivamente me sacó algunas lagrimitas.
Productor: Grant Heslov y George Clooney; Director: George Clooney; Guión: George Clooney y Grant Heslov, basados en el libro de Robert M. Edsel y Bret Witter; Fotografía: Phedon Papamichael; Edición: Stephen Mirrione; Música: Alexandre Desplat; Elenco: George Clooney, Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Jean Dujardin, Bob Balaban, Hugh Bonneville, Dimitri Leonidas, Cate Blanchett y Holger Handtke; Duración 1 hora 59 minutos.
