Transición y alternancia son experiencias a las que los electores de Aguascalientes ya se acostumbraron, si bien no fue una de las primeras entidades en donde el PRI perdió la gubernatura ante el PAN, y que tuvieron que ocurrir las administraciones de Felipe González González y Luis Armando Reynoso para que la entidad, a manos de Carlos Lozano de la Torre, se volviera tricolor de nuevo, en los municipios es cada vez más común que el relevo de administración sea entre partidos distintos; no sólo en la capital cundió el desencanto del panismo para que fuera devuelta la ciudad a Gabriel Arellano Espinosa, también en Calvillo ocurrió un fenómeno similar, y en las elecciones más recientes, el desencanto ya no fue blanquiazul ni priista, fue simple decepción y se dispersaron las preferencias, a todos les tocó, al grado que todavía hay quien no se la cree
Paso a pasito. A pesar del lento avance que se tiene en materia de candidaturas independientes, es de notar que las figuras políticas más importantes de la entidad aboguen a su calidad de ciudadanos o bien que en su oferta subrayen la importancia de los indecisos, por ejemplo, cuando se le cuestiona a Lorena Martínez si su nombramiento en Profeco no la aleja de la posibilidad de ser candidata a la gubernatura, la respuesta es que cuenta con el 42% de las preferencias, incluso señala que si hubiera contado sólo con los votos del PRI no gana…
A lo maduro, a lo maduro… Sin embargo, a esa madurez alcanzada por el electorado aguascalentense, no corresponde un crecimiento similar al de los partidos. Una vez en el poder, gobernadores, alcaldes, diputados, reducen su discurso a subrayar la diferencia entre el color de un gobierno y otro. El discurso de efectividad de los gobiernos no se basa en las acciones implementadas, ni en los hechos cumplidos o las obras realizadas, sino en el modo en que fueron logradas y siempre en comparación con los gobiernos anteriores, en materia de salud, infraestructura o educación, se subraya no lo que se hizo, sino el cotejo con la administración previa. Los primeros meses de toda administración se desperdician en buscar culpables o amenazar con cacerías de brujas, se desgastan los políticos en un intercambio absurdo sobre cómo se hacen las cosas; y luego se disuelve el ejercicio de gobierno en un nadar de muertito hasta la siguiente elección. Sin duda, falta un largo trecho de las organizaciones políticas para mejorar la calidad de la democracia; pero les encanta desperdiciar la pólvora en infiernitos.
Que somos diferentes de pensar… A diferencia del electorado, la partidocracia vive feliz revolcándose en la polarización, domina en su discurso la advertencia de que nunca antes se había hecho tal o cual cosa, y al reducir todo acto a la comparación se vuelve mediocre toda acción.
Cualquier ajolote es bagre… con ese refrán en mente, la clase política se la pasa en el intercambio de declaraciones y haciendo olas, sin considerar que (sabio es el refranero) no se debe agitar el agua hasta que se enturbie porque suele salir el tiro por la culata. Ejemplos sobran: el Cabildo que encabeza Antonio Martín del Campo acuerda facilitar la realización de la Feria Nacional de San Marcos, a la que este año el gobierno de Carlos Lozano de la Torre afila como punta de lanza para seguir obteniendo buenos números en materia turística, en las redes comienza a surtir efecto la campaña que se realizó contra la administración de la ciudad capital en la que se asegura que “La gente buena no se tatúa” y que el secretario de Seguridad Pública municipal, Pablo Godínez Hernández, “reveló” que dentro de la estrategia del Mando Único está la de vigilar los principales accesos a la ciudad capital y colocación de filtros policíacos para detectar sospechosos a los que se identifica por estar tatuados.
Sin distinción. El chisme en redes no distingue si fue el responsable municipal, si Manuel Cortina Reynoso lo desmintió, si Antonio Martín del Campo aclaró el asunto… Lo que se difunde es que no tiene sentido visitar Aguascalientes porque se persigue a los tatuados; algunas de estas referencias incluso señalan como responsable de la persecución al gobierno estatal; si lo que se difunde en medios electrónicos es que a quienes circulan con placas que no sean de la entidad se les detiene, ¿cuál será el efecto que tendrá sobre quien considere visitar Aguascalientes durante la Feria? Alguien tendrá que salir a apagar ese fuego, sin distinción de colores.
Otra vez la burra al trigo… Pero no aprende la clase política local y todos, en verdad todos, siguen empeñados en las guerritas mediáticas. Ya se había tardado el PRD en protagonizar un escandalito, así que esta semana se pusieron a mano, ahora las huestes de Óscar Estrada Escobedo, en un súbito arranque, recuerdan que el Partido del Trabajo le arrebató más de un voto y se lanzan contra el excandidato petista Jesús Medina Olivares. El chisme fue así: el alcalde de Rincón de Romos, Fernando Marmolejo, dijo ayer el regidor Rubén Acosta, metió a uno de sus sobrinos a la Dirección de Educación. Y la lista no para ahí, añadió que el síndico José López Pacheco tiene una sobrina en Desarrollo Urbano, y que su homólogo Alfonso Peña dio acomodo a su hermana en la subdirección de Planeación y Obras Públicas. ¡Y sigue!: “La compañera Carla de la Cruz tiene a su prima en la instancia de la Mujer, así podemos decir un sinnúmero de situaciones… se está excluyendo perfiles, tan importante que hay en Rincón de Romos, para asignar direcciones y secretarías de la manera más adecuada”. Rubén Acosta también aseguró que el petista Jesús Medina no se puso de acuerdo con quien debería a la hora de mencionar a la prensa que el edil Fernando Marmolejo se bajó la mitad del sueldo en solidaridad con la ciudadanía y con las dolidas arcas públicas. “Creo que está asumiendo una posición de vocero del presidente municipal. El viernes 7 de febrero, en sesión ordinaria, preguntamos al presidente municipal si efectivamente se había descontado su sueldo al 50 por ciento; cosa que negó. Dijo: no, de ninguna manera”. El perredista pidió a la pareja de petistas salir a aclarar lo apuntado.
Dinero, maldito dinero… Por supuesto, de lo que se trata es de dinero, de quemar al contrincante a costa de lo que sea. Si es cierto que Jesús Medina Olivares cobra por un cargo que no existe, pues se le castiga, se denuncia; pero el chiste es hacer escándalo mediático. Lograr un espacio en los medios a costa de lo que sea, pues es evidente que todo va a acabar ahí, sin consecuencias.
La del estribo. De mal en peor las conferencias del grupo parlamentario del Revolucionario Institucional, que a fuerza de aprovechar el mayor tiempo posible al micrófono para obtener su notita terminan evidenciando sus carencias; ayer el papelazo le correspondió a Luis Fernando Muñoz, quien además de llegar tarde, no tuvo empacho en preguntar a Eduardo Rocha de qué trataría la reunión porque había olvidado su acordeón, y de ahí para abajo. Igual que la respuesta del verde diputado Gilberto Gutiérrez, a quien se le cuestionó sobre la Ley de la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente, misma que tendría que haber salido desde el 7 de febrero, y encogiéndose de hombros sólo alcanzó a repartir la culpa: “Es que Gobierno del Estado no nos ha entregado las iniciativas”… pues sí.
@PurisimaGrilla