Entre el 6 y 9 de diciembre de 2013, las cámaras de diputados y senadores otorgaron su aval a la llamada Reforma Política. Se dice que después de 30 días, tan sólo 6 legislaturas locales de los estados del país, la han aprobado; el resto de las legislatura locales, como bien lo dice el diputado Jorge Varona Rodríguez, se han tomado un respiro republicano para “hacer un análisis minucioso” de su contenido. Este breve receso en el proceso legislativo ante las reformas constitucionales se conoce, en términos coloquiales, como “la congeladora”; y ahí permanecerá mientras se perciba el invierno político.
El frío tratamiento que el Constituyente Permanente ha brindado a la reciente Reforma Política, no corresponde a los acuerdos del Pacto por México, ni mucho menos a cronograma de las “condiciones” que el Partido Acción Nacional antepuso públicamente al gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, para otorgarle su respaldo a la Reforma Energética, ya promulgada gracias a un procedimiento clásico que los seguidores de las escuelas políticas de Harvard y económicas de Yale, gustan de identificar como “Fast Track”.
Mucho se habla de una de las causas que han detenido la aprobación de esta nueva Reforma Política. Se dice que obedece al “peligroso” anuncio que hizo el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de someter a Consulta Pública, o “referéndum”, la reciente reforma constitucional en materia energética. Aparentemente, la estrategia del PRD congeló a los diseñadores de la Reforma Política, a tal grado que se han tomado un breve espacio de reflexión para “hacer un análisis cuidadoso” del tema de la Consulta Ciudadana. Hay quien opina que la actitud proactiva y la radical postura ideológica nacionalista del PRD, los llevó a cometer un error táctico con miras a los comicios de 2015, pues sus estrategas no esperaron el tiempo suficiente para anunciar tan relevante reto al gobierno de la República.
Ese posible error táctico del PRD, consiste en que anunció su “Consulta Pública” precisamente para el primer domingo de julio de 2015, pero además demostró que ya cuenta con todos los millones de firmas certificadas de ciudadanos que prevé la norma legal para que proceda su petición, y para que, por primera ocasión en la vida política de México, los ciudadanos utilicen los instrumentos legales y legítimos para “rechazar” una reforma constitucional o legal. Esta facultad ciudadana, significa corregirle la plana al Congreso de la Unión y al Constituyente Permanente. Representa al Poder Ciudadano en pleno ejercicio.
El primer domingo de julio de 2015, los ciudadanos podrán votar para elegir a los legisladores federales que integran la Cámara de Diputados; pero también votarán para elegir alrededor de la mitad de los gobernadores, legislaturas de los estados y cientos de ayuntamientos. Luego entonces, si la Reforma Política ¡procede ya!, la ciudadanía estrenará un nuevo instrumento electoral, y por primera ocasión tendrá en sus manos todo el Poder Ciudadano para decidir si debe proceder o no, una reforma legal, en este caso la Reforma Energética, a quién corresponde la explotación de la riqueza petrolera, que es un tema con profundas raíces entre el pueblo de México.
Es posible que una reflexión como esta, haya sido escuchada en las altas esferas de la política mexicana; una razón por la cual la Reforma Política cayó a “la congeladora” cuyo candado lo tienen precisamente los mandatarios estatales. Ante el escenario de crisis, el PAN podría resultar nuevamente el “tercero beneficiado” y gran “ganador por rebote” en la política electoral del país. De otra manera no se entendería el porqué ha guardado silencio ante la “congeladora” del Constituyente Permanente; en otras circunstancias el PAN ya hubiera congelado al gobierno de la república. Entonces se sospecha que su dirigencia nacional ha decidido aceptar otro “Adendum” al Pacto por México, en este caso un “Adendum no escrito”.
Si efectivamente tal “Adendum” existe, entonces se entienden mejor las declaraciones del Senador Martín Orozco, quien califica a la Reforma Política como “estúpida” (La Jornada Aguascalientes, 4 de enero 2014); o la diputada local Sylvia Garfias, que pone en duda el “análisis minucioso”; y del ex gobernador Felipe González, quien la califica como “cuestionada y mal evaluada”. Esas posturas políticas, tan sólo serían “cortinas de humo” para ocultar los acuerdos tomados “en lo oscurito” que colocarían al PAN en una posición electoral privilegiada rumbo a los comicios federales de 2015 y locales de 2016. Conste, esto es una simple “especulación”.
Si continuamos en la línea de la “especulación”, el PRD y sus partidos aliados en elecciones federales, como el Partido del Trabajo; Movimiento Ciudadano; y Morena que ya tiene amarrado su registro como Partido Político Nacional, habrán perdido un valiosísimo argumento para ganar los debates en el proceso electoral que dará inicio en el mes de octubre de este 2014. Habrán perdido el impacto del tan anunciado “referéndum” que sería operado por un “frente amplio de partidos nacionalistas”, para rechazar la Reforma Energética. Esto significa que no contarían más, con el instrumento de “legitimación” que le brindaría la “Papeleta del Sí o No”, el primer domingo de 2015.
Tal como lo concibe la Reforma Política, los resultados de la “Consulta Ciudadana” serían “vinculatorios”; es decir, obligatorios para las instituciones de la República. Su organización quedaría a cargo del Instituto Federal Electoral, o en su caso el nuevo Instituto Nacional de Elecciones, quienes la cuantificarán y validarían. Tal “referéndum” debería coincidir en la fecha de los Comicios Federales, y allí parece haber un problema grave: resulta que el primer domingo de julio de 2015, no sólo estará en juego el posible rechazo a la Reforma Energética vía el “referéndum” que promueve el PRD, sino la elección de los diputados federales, y también la de gobernadores, diputados locales, y ayuntamientos en más de la mitad del país. Tal vez, este sea el mayor motivo de preocupación para los gobernadores.
Lo que aparentemente se ha discutido en las altas esferas políticas de México, no es el procedimiento técnico de la “Consulta Pública o referéndum”, sino sus consecuencias políticas coyunturales. Tal vez, por esa causa se evalúa la influencia real que tendría, entre la ciudadanía, el llamado al “referéndum” en materia energética. Quizá por ese motivo se evalúa la influencia de un discurso que explota el tema nacionalista petrolero en los comicios y que podría convertirse en un “reactivo” inédito para el voto electoral, con consecuencias catastróficas para el PAN y PRI, en el 2015.
Así las cosas, la postura del diputado Jorge Varona, líder de los legisladores del PRI-y Verdes, no sólo resulta ser racional, sino previsor: ¡hacer un análisis minucioso! Mientras tanto, el silencio y las cortinas de humo del PAN, resultan muy convenientes para la prospectiva electoral.
En materia de política electoral, nada es casual, sino causal; me dicen los grandes maestros.