La estabilidad laboral traducida a que en más de cuatro décadas no ha habido una sola huelga laboral en la entidad es parte del discurso del gobernador Carlos Lozano de la Torre desde el principio de su mandato, de hecho lo califica como la “carta de presentación de los trabajadores de Aguascalientes”. Lo dijo ante el líder de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, en el 2011 y desde entonces ha formado parte de la presentación de su administración.
Define Lozano de la Torre esa estabilidad así: “no estamos hablando de falsas uniformidades basadas en la imposición y la simulación. En Aguascalientes hemos aprendido a convivir en la pluralidad y la diversidad, y a exponer los distintos puntos de vista sin dejar de defender las ideas propias, evitando los denuestos que nos conducen al agravio y retrasan el cumplimiento de las grandes metas sociales. No hablamos desde el lugar común, sino desde el sentido común, entendiendo que los grandes cambios afianzan la base de los derechos sociales, armonizándola con la promoción de un crecimiento económico, que responde a las exigencias de los mercados globales”.
La agencia de colocaciones en que el PRI se ha especializado, no sabe ser oposición, así que los eternos quedabien con el mandatario estatal, ante la incapacidad de explicar las razones por las que dejaron ir al 80% del electorado, ofrendan el ataque a sus adversarios políticos, en este caso Acción Nacional. ¿De qué otra manera se explica el súbito interés del regidor Federico Domínguez Ibarra por los trabajadores de los municipios? Apenas hace unos meses quien también se desempeña como secretario general del Sindicato Único de Trabajadores Estatales y Municipales (SUTEMA) recibió el reclamo de sus representados porque, según ellos, no hacía nada ante los despidos de burócratas; más de un centenar de trabajadores firmaron un documento en el que pedían la cabeza de Domínguez Ibarra porque consideraban que se mantenía de brazos cruzados ante las demandas de los empleados, en específico del personal de las direcciones de Limpia, así como Parques y Jardines del municipio capital.
En ese mismo pliego se acusaba al dirigente de la burocracia, sin aportar pruebas, de vender plazas y de servilismos con su partido, pues acusaba con el PRI a quienes no militaban en esa organización y tenían un puesto en la administración pública. También se denunciaba su intención de seguir los pasos de otra líder sindical, Juana Alicia Espinosa de los Monteros, al postularse como candidato… pero eran otros tiempos. Hoy, envalentonado por el respaldo del grupo parlamentario mixto, sentado a la zurda de María de los Ángeles Aguilera, el priísta Federico Domínguez se convierte en el ariete de la ineficaz máquina electoral priísta contra los municipios panistas, en especial las administraciones de Antonio Martín del Campo y Antonio Arámbula.
Peca de ingenuo quien crea que la prisa por desactivar el paro magisterial sólo se debía a que miles de niños no tenían clases, evidentemente hay más, la “estabilidad laboral” de la entidad, por ejemplo; ahora que Federico Domínguez recordó para qué es líder de los burócratas, lo que está olvidando en la larga cola que dejaron las administraciones anteriores, algunos datos preliminares, en la capital, durante los últimos tres meses el gobierno saliente se dio a la tarea de basificar a mil 200 personas. Muchas de ellas pasaron, nos aseguran, de directores de área a técnicos profesionales con salario de 35 mil pesos, ya Martín del Campo ha dejado salir el número exorbitante de asesores con que se encontró, ¿habrá considerado el regidor priísta la cloaca que destapaba?
En Jesús María las cosas no son distintas. La administración de Antonio Arámbula, tras revisar la documentación que dejó por ahí el huidizo Martín Chávez se encontró con que hay múltiples casos de empleados cobrando hasta cinco sueldos. Y estos casos se reproducen en todos los municipios que no supo mantener el PRI, apenas ayer le comentábamos cómo se multiplicaron por diez el número de liquidaciones en Tepezalá; en la medida que se vaya armando la respuesta a las acusaciones priístas, se revelarán más y más irregularidades, eso es lo único cierto.
La intención de quedar bien con quien lo colocó en la lista de candidatos es más que evidente, la amenaza de ir a una huelga es en los municipios que no controla el priísmo… ya entendimos; ¿consideraron los brillantes estrategas del tricolor la posibilidad de que les salga el tiro por la culata?
Tirantes. Posibilidades de roce y desencuentro entre la administración estatal y los gobiernos municipales no priístas hay por montones. No hay que inventarse mucho, es tan simple como dejar que las pocas denuncias levantadas durante el proceso electoral sigan su curso, alguien las recuerde y, entonces sí, tener enfrentamientos reales y de pronóstico reservado entre Gobierno del Estado y Acción Nacional; así las cosas, no hace falta quedar bien a costa de pegarle a uno de los pilares del discurso de Carlos Lozano de la Torre con las amenazas a huelga. Y si la intención es lograr empatía con la población… híjole, pocas figuras comparten mala fama con los diputados y entre ellas está la burocracia; porque en el fondo, nadie cree que se defiende a empleados de dos salarios mínimos, es a los asesores, encargados, jefes y directores que ya tuvieron tres años para meter la pata; ¿alguien meterá la mano al fuego por quien no sabe qué labor desempeña? Quién sabe cómo les vaya cuando intenten involucrar a Jesús Eduardo Martín Jáuregui, quizá confunden la amistad confesa del ombudsman con el gobernador con una filiación partidista, y si alguien no va a arriesgar su prestigio por un asunto de tan poca monta, ese es el nuevo titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
En esta comedia de enredos, la respuesta del panismo ha sido digna de las acusaciones del priísmo, igual de chapucera. Cuando los del PRI esperan el menor descuido de las administraciones blanquiazules, funcionarios como Rafael Franco Aguilar, director del Instituto de Convivencia Línea Verde, se encarga de meter en aprietos a su jefe, declarando que hay un “exceso de áreas verdes”; tiene que salir Antonio Martín del Campo a desdecir lo que su colaborador dijo, y ya cuando lo hace es demasiado tarde.
La del estribo. Ante los embates del grupo parlamentario mixto y las amenazas del priísmo de empujar a huelga en los municipios que no le pertenecen, ante las acusaciones todas, a alguna lumbrera del municipio capital se le ocurre que lo más importante en este momento es retirar las letras de color verde y rojo de la Línea Verde, ¿en serio? Apariencias y prioridades, sobre todo prioridades.
@PurisimaGrilla
