Los grandes retos que enfrenta el mundo fueron llevados a debate durante el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), evento al que asistieron mil quinientos presidentes de multinacionales y más de cuarenta jefes de Estado este fin de semana en Davos, Suiza. Los líderes de bancos y empresa más influyentes del mundo, reunidos nuevamente a finales de este mes de enero, como cada año desde hace cuarenta y cuatro, en el elegante ambiente del foro se encontraron con los gobernantes de países donde tienen sus intereses económicos. Allí nuevamente, les han vuelto a sugerir amablemente, para no pasar por la pena de retirar sus inversiones o restringirles la afluencia de divisas, que continúen prestando todo el apoyo posible al sistema financiero monetario global y a sus filiales: los monopolios petroleros, de agencias de información y de las industrias químico-farmacéutica, alimenticia y de las armas.
En el pomposo ámbito de la más alta tecnología, lujosos automóviles, hoteles y vestuario, se mencionaron los temas que más preocupan al mundo, los grandes retos que enfrentan para los negocios durante el presente año y los próximos lustros.
Se ve bien que este exclusivo grupo de personajes influyentes incluyan en su agenda la discusión de estos temas. Desde que en la década de los años 60, los cerebros maestros, Zbigniew Brzezinski y Henry Kissinger entre otros, partieron en tres el globo terráqueo con la Comisión Trilateral -organización creadora del Foro Económico Mundial-, los ejes de control se asientan en Nueva York, Londres y Tokyo. Los grandes monopolios globales, los enormes conglomerados de negocios, cuyo valor contable de forma individual supera el valor de la producción de varios países, monitorean desde los edificios corporativos en aquellas capitales el devenir del mundo. De esta manera aseguran que, con guerras o sin ellas, con hambrunas, migraciones masivas, epidemias, modas o megatendencias, los negocios sigan caminando; “business as usual”.
Siguiendo la estrategia mediática con la que influyen en la cultura global, durante la actual edición del WEF, se hizo circular por las redes de internet el “Top 10 de los riesgos globales de mayor preocupación por The World Economic Forum”: 1. Crisis fiscal en economías clave. 2. Altos niveles de desempleo. 3. Crisis del agua. 4. Creciente desigualdad económica. 5. Cambio climático. 6. Gran incidencia de fenómenos climáticos externos. 7. Fracaso de la gobernanza mundial. 8. Crisis alimentaria. 9. Quiebras de los sistemas financieros. 10. Profunda inestabilidad política y social.
Salvo los temas numerados con el 5 y el 6, los demás no han sido provocadas por fenómenos naturales ni son resultado factores genéticos o hereditarios. Los temas de preocupación, los riesgos globales que saca a relucir el WEF, son precisamente los que resultan de la forma en que opera el sistema económico mundial impulsado y prohijado por los grandes monopolios.
En consecuencia, la única solución viable para combatir estos males, para revertir estos riesgos globales es que dejen de gobernar al mundo los intereses económicos de los creadores del WEF, de la Comisión Trilateral y de sus centros de poder agrupados en la Comisión de Relaciones Internacionales (CFR, por sus siglas en inglés, núcleo de los banqueros globales bajo el auspicio de David Rockefeller) y el llamado Grupo Bilderberg.
Esos riesgos devienen naturalmente en deterioro de las condiciones de vida de la población mundial. Enfermedades, pobreza, guerras, migración forzada, por citar sólo algunas de las graves condiciones que vive una amplia parte de la población global son, dicho crudamente en el Foro, las principales molestias que los inversionistas tienen que soportar para poder mantener sus rendimientos. O será que tal vez, tal vez es gracias a estas condiciones que los negocios continúan estando bien para quienes desde cualquiera de los exclusivos rincones del dominio trilateral dominan el mundo.
Los llamados riesgos globales son condiciones provocadas por quienes se benefician de tal situación, luego, al sacar el Foro estos temas a relucir, el mensaje que en realidad están mandando al mundo es que nos olvidemos de una pronta solución de ellos.
El Foro ha servido para que los grandes jefes de los monopolios pudieran pasar lista a quienes, asistiendo refrendaron sus lealtades, cruzando a manera de cortesana pasarela ante la vista de quienes realmente mandan. Ya de regreso en sus lugares de origen, como al final de una fiesta, vuelve el pobre a su pobreza y el rico a su riqueza. Después de haberse visto, de haberse puesto de acuerdo y haber pasado lista ante quienes realmente les son de interés, inversionistas y gobernantes tendrán un año más para hacer que todo siga igual. Al final de la fiesta, se continuará trabajando para que los riesgos globales sigan siendo riesgos y los negocios continúen realizándose como siempre.
@jlgutierrez