Hay música buena y música mala independientemente de nuestros respectivos gustos musicales, los que por otra parte, son totalmente respetables. Está claro entonces que los juicios que califican a la música no tienen nada que ver con nuestras preferencias. Hay una serie de criterios que nos ayudarán a entender si lo que estamos escuchando es o no es buena música, pero no me quiero entretener en eso, es sin duda un tema muy interesante y polémico al que habremos de dedicarle un espacio en el Banquete de los Pordioseros; de lo que me quiero ocupar en esta ocasión es a los espacios que esa buena música cuenta para su difusión, ya lo hemos comentado anteriormente en un par de ocasiones, quienes gustan, o dicho con más propiedad, quienes gustamos, me incluyo, de la buena música nos vemos obligados a escuchar lo que nos gusta en la intimidad de nuestra fonoteca particular, presumo que si me lees eres un formidable melómano y presumo que si eres un formidable melómano, tienes una generosa colección de música, en el formato que sea, pero cuentas con un buen arsenal de material musical, o bien, optamos por buscar alguna buena alternativa en la radio por Internet, está claro que la radio convencional no ofrece una programación generosa e inteligente que satisfaga los más refinados y exigentes gustos musicales, salvo el caso de Radio Universidad que es como la voz que clama en el desierto, de hecho me gusta para eslogan, en fin, el asunto es que quienes no confundimos espejitos con el verdadero tesoro, no encontramos propuestas ambiciosas e inteligentes en las ondas hertzianas.
Debo confesarlo, me cuesta trabajo hablar de este asunto y más de una vez lo he evitado en este Banquete semanal, no sé cuánta objetividad pueda haber en mis opiniones, pero intentaré serlo a pesar de mis impulsos internos que me dictan ideas más agresivas, atenderé a una de las principales facultades del buen comunicador, ser objetivo e imparcial aunque el asunto me cale hasta las entrañas, y no puede ser de otra manera, durante casi 25 años me dediqué en cuerpo y alma a hacer radio y televisión de la única manera que sé hacer radio y televisión, desde la humilde pero muy honesta y valiosa trinchera cultural, el día que Radio y Televisión de Aguascalientes dejó de tener interés por apoyar, difundir y promover la cultura local, ese día entendí -al buen entendedor pocas palabras-, que no tenía nada más que hacer en ese lugar y presenté responsable y libremente mi renuncia; ya sabes, todo es negociable, menos la salud y la dignidad. Pero no estoy diciendo que porque yo renuncié a RyTA y también, claro, a Estéreo Mendel, estas entidades dejaron de promover la cultura, no me atrevería a ser tan petulante, lo soy, pero no a ese extremo. Al contrario, renuncié porque la cultura dejó de ser su interés y en el caso de las dos estaciones de radio: Alternativa FM y Radio 1320 La Estación de Radio y Televisión de Aguascalientes, les dio por imitar las fórmulas de la radio comercial queriendo sonar como EXA o Magia 101, algo así me da la impresión, aunque no sé si ya habrán enderezado un poco el camino, habían llegado a niveles muy alarmantes de franca decadencia. Por su parte, Estéreo Mendel sigue durmiendo el sueño de los justos, ahí no pasa nada, todo es igual que hace 25 o 30 años. Nos queda entonces una sola alternativa para escuchar buena radio y, consecuentemente, buena música. La frecuencia de Radio Universidad, en el 94.5 de F.M., si no me equivoco cumplió recientemente, el lunes 13 de enero para ser exacto, un año más de existencia. Ha mantenido un estándar de calidad que le permite levantar la mano como la única estación de radio que actualmente está preocupada por proponer una verdadera radio de carácter cultural. Mi apreciación es que después del cambio de frecuencia de los 1370 Khz de AM a los 94.5 Mhz la calidad vino un poco a menos, pero se ha logrado levantar gracias a la participación de su personal de base, la mayoría de ellos con inobjetable vocación radiofónica y pasión por el medio, además de una generosa y bien intencionada plantilla de colaboradores externos que, con producciones interesantes y cuidando mucho los contenidos, nos están proponiendo una radio distinta, un auténtico oasis en la rebuznante aridez del cuadrante en donde abundan las cacofonías y el sinsentido con discursos malolientes carentes de todo contenido.
De verdad, amigo lector, dime tú que con toda seguridad tienes una apreciación más serena y, consecuentemente, más objetiva que la mía, que a pesar de mis intentos, no logro desprenderla de las vísceras; dime, una persona como yo, y seguramente también como tú, que amamos la música con una incurable pasión y que no compramos gato por liebre, ¿qué razones tenemos para escuchar la radio convencional?, ¿en dónde podemos escuchar un buen programa de música clásica o de jazz?, ¿qué hacer para escuchar un buen programa de rock?, ¿en dónde encontrar un poco de buen blues o una producción dedicada a promover la literatura y generar el hábito por la lectura? No somos pocos los que sabemos que no todo lo que brilla es oro, somos más de lo que los programadores de radio o los que toman las decisiones suponen, y sin embargo este nicho de la población, pensante y ambicioso, está siendo descuidado. En fin, hay muy pocos motivos para encender la radio, Radio UAA es uno de ellos. Aprovecho la oportunidad para desearles un feliz cumpleaños y larga vida a la radio cultural, ese es el único bastión que nos queda.