- El Instituto presentó múltiples irregularidades en la cuenta pública de 2008
- La Contraloría interna de este Instituto continúa acéfala
El Consejo General del Instituto Estatal Electoral (IEE) dejará sus funciones este 13 de marzo, dentro de dos meses, y la última cuenta pública auditada en esta dependencia data del año 2008.
Las correspondientes a 2009, 2010, 2011, 2012 y 2013 aparecen marcadas, en documentos de transparencia gubernamental, con la leyenda “sin auditar hasta la fecha”.
La inspección de recursos debe llevarse a cabo por el Poder Legislativo, a través del Órgano Superior de Fiscalización (OSF).
“Todo organismo, así sea autónomo, salvo los sindicatos, tiene que dar cuentas a la autoridad porque maneja dineros públicos, no es una empresa privada”, decía el 23 de agosto de 2012 Alfredo Reyes Velázquez, coordinador del ala panista en la pasada legislatura.
En aquel entonces se apuntaba que la falta de auditorías podía deberse a la ausencia de contralor interno.
Ese mismo día, luego de que la prensa señalara que el propio IEE había solicitado la ejecución de tal nombramiento en varias ocasiones, Reyes mencionó que la Comisión de Vigilancia ameritaba ser sujeta a presión política.
Meses más tarde, el 11 de junio de 2013, la Comisión de Asuntos Electorales sostuvo el primer encuentro con los aspirantes al cargo, propuestos por las universidades Autónoma de Aguascalientes, Politécnica y Tecnológica del Estado: Jorge Humberto López Reynoso, Gregory Adrián Gallegos Macías y Alejandro Sánchez Pérez.
Para el día 14 López Reynoso se retiraba del proceso de selección por motivos laborales, mientras el mismo órgano parlamentario entrevistaba por separado tanto a Alejandro Sánchez como a Gregory Gallegos.
Con la promesa de revisar “a detalle” sus respectivos expedientes se les dijo que uno de ambos recibiría un puesto que, hasta ahora, continúa vacante.
El IEE no salió ileso de la cuenta pública de 2008. De acuerdo con el decreto número 451, publicado por el Poder Legislativo en el Periódico Oficial del Estado el 20 de agosto de 2010, se detectó una serie de irregularidades:
Se le ordenó, por ejemplo, dar vista a su Contraloría y reintegrar “las cantidades erogadas en exceso” por conceptos como combustibles (84 mil pesos) y pasajes aéreos y hospedajes nacionales (31 mil 700 pesos).
Aunque el decreto no aporta más información, el Órgano Superior de Fiscalización además ordenó al instituto “abstenerse de entregar en lo sucesivo recursos económicos a los consejeros generales, para fines que no se encuentren demostrados y justificados”.
El terreno de la comunicación también produjo opacidad: se gastaron más de 14 mil pesos en regalos de navidad para los reporteros, se encontraron 80 mil pesos catalogados como “pagos indebidos”, y 57 mil 500 en servicios informativos vía teléfono celular, erogación considerada como innecesaria.
Durante aquel ejercicio fiscal, en el IEE hubo 39 mil 300 “pagados en exceso por concepto de aguinaldo” y, bajo el mismo mote, 150 mil enviados al Plan de indemnización, enfermedades y riesgos laborales.
La presencia de un contralor interno es fundamental cuando se habla de trabajar por la transparencia. El auditor superior nombra a esta figura como la responsable de verificar que las sanciones administrativas o resarcitorias siempre lleguen a su fin.
Foto: Gilberto Barrón