Como diputado de Movimiento Ciudadano expreso mi profunda preocupación por los graves sucesos en el estado de Michoacán y me sumo al llamado de la dirigencia nacional de mi instituto político, en el sentido de que lo que ocurre en aquel estado es el fiel reflejo del vacío generado por la autoridad que se ve incapaz de garantizar la seguridad en los pueblos michoacanos, que hoy son víctimas y que se encuentran angustiados y desprotegidos. La obligación del gobierno es la de garantizar y no la de decretar la seguridad pública, y si éste es incapaz de cumplir con su obligación tal como lo manda la Constitución, lo menos que debe hacer es apoyar a la ciudadanía en sus desesperadas acciones a través de los grupos de autodefensa, depurándolos, organizándolos y legalizándolos para no agravar más el claro y lastimoso desamparo en que se encuentra esa entidad.
El gobierno michoacano encabezado por el priísta y ya tristemente célebre Fausto Vallejo, ha mostrado su torpeza e incapacidad con un errático comportamiento, y aún así, cuenta con la complacencia del gobierno federal en este crítico y ya muy prolongado problema; ante esto se abren los espacios a dudas razonables. ¿Qué hay detrás de tantos desatinos gubernamentales ante una sociedad martirizada que reclama y exige protección? ¿De nueva cuenta Michoacán es el centro de experimentos en materia de seguridad, igual que ocurrió en el pasado durante el sexenio del panista Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa?
En este sentido es válido reconocer que son causas justas las que hoy están empleando los pueblos michoacanos en el sentido de autodefensa. Y si el gobierno federal no avala lo que están haciendo deben de responder con hechos y no con retóricas, como hasta ahora lo ha hecho.
Es claro que no puede haber desarrollo ni mucho menos democracia, si la ineptitud se antepone a la razón propicia la ingobernabilidad. El Estado, en todos sus niveles de gobierno, tiene la obligación de cumplir con su responsabilidad respetando en todo momento a la ley, pero sobre todo los derechos humanos de su pueblo.
Y retomo las palabras del Dr. José Manuel Mireles Valverde: “Nosotros lo único que queremos es que se restablezca el estado de derecho en Michoacán, no que desaparezcan los poderes, porque eso nos traería una revolución civil que no podríamos parar, pero sí (queremos) que el gobierno asuma la responsabilidad que le corresponde, brindando la seguridad y la protección a todas y cada una de las personas productivas que tiene nuestro estado y nuestra nación”.
“El doctor de la mirada fría”, como es conocido, advirtió de manera contundente el pasado martes: “recordarles que nosotros jamás nos vamos a convertir en lo que estamos combatiendo, que nosotros jamás vamos a combatir al gobierno, ni a los militares, ni a los federales, ni mucho menos al estado… deseamos que al gobierno le vaya bien en su lucha contra el crimen organizado en el país, y en Michoacán, pero por lo que hemos vivido nosotros vamos a seguir combatiendo a los criminales donde quiera que se encuentren”.