Cuánto material hubiera podido recabar Aldous Huxley para escribir sus novelas de ficción si viviera y hubiera visitado México en estos tiempos. Autor de Brave New World o Un Mundo Feliz esboza situaciones que para 1932 eran visionarias y claro, hipotéticas.
Plantea un escenario donde los futuros habitantes del planeta son concebidos en probetas y son cargados de información genética que los ubicará dentro de una clase social en específico. 39 años después se llevó a cabo el primer embarazo in vitro, o de probeta, claro sin poder manipular la información para marcar el destino el futuro humano.
La sociedad que imaginó para esa novela moldeaba y condicionaba al individuo desde antes de nacer, lo cual tampoco está alejado de nuestra realidad, o a poco no estimado lector alguna vez pensó, piensa o pensará qué es lo que quiere para sus hijos, hasta en los anuncios comerciales de las tarjetas de crédito el entusiasta padre compra el uniforme de la selección nacional para su heredero, el cual lo vemos aún en el vientre de la que parece ser su madre.
Desde una perspectiva completamente social Un mundo feliz identifica cinco categorías, cinco clases, cinco niveles que permiten funcionar correctamente a la dictadura perfecta.
El primero de ellos, el Alpha, es decir la elite, para que nos quede claro y “tropicalizando” el ejemplo, en nuestro México este grupo de humanos de probeta tendrían que engrosar nuestra esfera política, la clase empresarial y claro es un hecho al crimen organizado, esa elite que tiene el control sobre todas las cosas y que tiene sus colaboradores en los medios electrónicos que no sólo difunden información, masifican ideologías y moldean comportamientos para los usuarios que se encuentran en las otras esferas.
Huxley identifica al segundo grupo como los Beta, los ejecutantes, que si bien gozan de privilegios, no tienen las mismas comodidades que el grupo dominante, aquí nos encontramos a los ya mencionados medios electrónicos, dentro de estos, sus ejecutantes sufren de una visión tergiversada auto ubicándose arriba de los Alpha, sintiendo el poder de la información pero careciendo de criterios y autoridad para modificar lo que a ellos les hace llegar el grupo Alpha.
Después aparece en la escena del mundo feliz los embriones que formarán parte del grupo gamma, acá en México identificados como la clase media en peligro de extinción. A este grupo se le hace creer que no serán empleados subalternos sino candidatos a formar parte (algún día) del selecto grupo de los Alpha. Se les brinda educación de mala calidad, se les obliga a exponerse a los medios que los Beta creen controlar, se les incita al consumismo, se les hace pensar que su voz y su voto cuenta pero no es así.
Huxley divide a su sociedad de probeta partiendo de esquemas sociales contemporáneos que nos acercan efectivamente a una dictadura perfecta. Estoy llegando a creer que Don Aldous visitó la tierra del águila y la serpiente para inspirarse en su novela más conocida.
Sigue con su taxonomía social-genética con los embriones que ubica al final de la cadena evolutiva y nombra a los Deltas y Epsilones como los destinados a cargar sobre sus espaldas al mundo feliz.
Ellos son los que hacen el trabajo pesado, los que no tienen una oportunidad de mejorar su vida, los oprimidos, los olvidados, los que acá en México los ubicamos en el campo, en las fábricas, los más vulnerables, a los que los Alpha sólo los voltean a ver cuando quieren convencerlos de que los fraudes políticos no existen y que ahora sí, los de arriba harán algo por los de abajo, además de vender la idea, a través de los Beta que algún día, tal vez no muy lejano uno de los Delta o Épsilon podrán llegar a ser Alphas y hacer justicia por su grupo, bueno de hecho eso ya pasó en nuestra sociedad con un personaje de la historia de apellido Juárez.
Mister Huxley dice que la dictadura perfecta es vendida como la democracia moderna, la cual hace que el mundo feliz exista, que sea consumista, que tenga seguidores y permite a los Alpha la permanencia eterna en el poder el cual se hereda de generación en generación. ¿le suena familiar? Identifica los colores de la democracia en México, seguramente se sabe el nombre y apellido de nuestros presidentes después de la caída del “Porfiriato”, ¿recuerda los colores de la bandera política de estos personajes?, claro, no se confunda son los colores de nuestra patria, ¿no le dijeron que votara por México?
Insisto, pareciera que Aldous Huxley visitó estas tierras para escribir su novela, sus esclavos convencidos, sin capacidad para reflexionar, donde el sistema de consumo y entretenimiento es tan perfecto que los hace felices, las aulas llenas de Gammas esperando a que se les resuelva la vida, los Delta soñando con ganarse la lotería, no tanto por dejar el esfuerzo físico del trabajo sino para garantizar la pasividad del hogar lleno de comodidades al que aspira llegar, donde la ley del menor esfuerzo reine sobre todo lo demás y entonces encender el televisor y disfrutar del mensaje que los Beta tienen preparado para ellos.
Un mundo feliz, hecho realidad en México, por lo menos en esta etapa de la historia de la nación y que no se ve cuándo vaya a terminar.
Twitter: @ericazocar