Licenciado Chapetes. Ya con un puesto presuntamente amarrado en la administración capitalina (Oficina Ejecutiva de Antonio Martín del Campo), Jorge López Martín se pone colorado cuando le preguntan sobre su futuro. El presidente del Comité Directivo Estatal de Acción Nacional sabe que a pesar de que es una constante el chapulinismo sigue siendo mal visto por muchos ciudadanos y es como a veces se justifican los malos resultados de los políticos, cuando, a toro pasado, se critica que se ponga a alguien que no conoce del tema en un cargo público. Nos dijo el dirigente panista: “el alcalde de la capital, el alcalde de Calvillo y el alcalde de Jesús María todavía se encuentran conformando sus equipos de trabajo. Lo único que les puedo pedir es que sean ellos quienes anuncien el resto de sus gabinetes, serán ellos quienes lo informen”. La pregunta se respondía con un sí o un no. ¿Va usted a formar parte del Gabinete de Martín del Campo?, en el exceso de precaución López Martín abrió la posibilidad de ser integrado a las administraciones de Javier Luévano o Antonio Arámbula… En tiempos de guerra, cualquier trinchera es buena ha de pensar.
Una de chapulines. No se aguantó las ganas Vicente Pérez Almanza de hacer referencia al saltimbanqui Ricardo Monreal y su activa presencia en la fallida asamblea Morena. Pero al final reculó y fue prudente, justificó que no era de sorprenderse pues Monreal Ávila siempre había sido un aliado de Andrés Manuel López Obrador. Señaló que si en esta ocasión no pudo consolidarse como partido la organización que aquí comanda Nora Ruvalcaba, chance y en una segunda vuelta lo consigue, aunque tendrá que bregar con “una sociedad muy poco participativa, muy poco interesada. Al ver que no venía Andrés Manuel no dudo que muchos dijeran: pues no voy”, que a la mejor les dio flojera ir, dijo Pérez Almanza conteniéndose para que no se le fuera a salir una crítica a Ricardo Monreal… ahí para la otra.
Desmiénteme más, que me hace tu maldad… Nos seguíamos preguntando cómo es que le dieron baje con un sitio en el top ten de la corrupción a Luis Armando Reynoso Femat, cuando el secretario de Infraestructura y Comunicaciones, Miguel Ángel Romero Navarro, desmintió a nuestro candidato a la lista de Forbes, pues resulta que la máquina asfaltadora de la que habla Reynoso Femat no está desaparecida y se halla a resguardo, incluso notarialmente. En la entrevista que le realizó Fernando del Collado, al ex gobernador de Aguascalientes, le quisieron colgar otro muertito a Luis Armando y, como es su costumbre, el panista la reviró queriendo culpar a Carlos Lozano de la Torre. Para no quedarnos con la duda, nos dimos una vuelta por Capital City y luego mejor le preguntamos a Romero Navarro, quien nos dijo que la máquina asfaltadora está en Monterrey, que se envió a reparación por ahí del año 2011, que la reparación tiene un costo de 3.5 millones de pesos y que “se trata de una máquina asfaltadora muy sofisticada, es decir, muy especializada. En estos momentos no tenemos obra pública donde podamos utilizarla, por un lado; y por el otro, tampoco tenemos el recurso para traerla de donde está, pero no está desaparecida. Tenemos un acta notarial que da cuenta de ese movimiento: Salió de Aguascalientes a Monterrey para su reparación”. Pues ahí está la respuesta, a ver con qué sale ahora Reynoso Femat.
Una de doctores. “Se dice doctor, pero no lo es. Sus amigos y subordinados lo llaman doctor Alzati”, publicó Jessica Kreimerman en diciembre de 1994 en Reforma, eran tiempos que los títulos académicos los otorgaban las secretarias, cualquier gato en el servicio público tenía que ser, por lo menos, licenciado. Cuando Fausto Alzati Araiza confesó que no se había doctorado, tuvo que salir con la cola entre las patas de la Secretaría de Educación Pública, no le valió haber dirigido el Conacyt… desde entonces, los funcionarios cuidan más qué redactan sus asistentes y lo que firman. Desde entonces también, se emplea el genérico intercambiable “maestro”, así no tienen que averiguar si el muchacho acabó o no la primaria y se da una muestra de respeto por la sapiencia del otro. Ahora, además de las dependencias públicas, las columnas periodísticas se encargan de vendernos a los miembros de la clase política como “maestros”.
En el ranchito, por ejemplo, Gilberto Carlos Ornelas (ya lo hemos dicho) dejó alta la vara por su desempeño en tribuna y su accionar con sus compañeros de la LXI Legislatura, a grado tal que por más que para llenar el hueco se quiere poner sereno y aleccionador Cuauhtémoc Escobedo Tejada no le sale, como cuando al defender ante los medios su rechazo a la Reforma Energética terminó enredado al alegar que el quid del asunto es que la industria nacional iba a competir en desventaja contra las trasnacionales, una idea trasnochadona de “izquierda”, entonces a Escobedo Tejada los amigos de la prensa sí le dicen el maestro de Pabellón, pero no el “maestro” tribuno.
Ahogado el niño… A quien nos quieren vender como “maestro” es a Luis Fernando Muñoz, los columnistas amigos destacan su participación en tribuna, la gracia con que ironizó sobre las consignas de la izquierda, el garbo con que exhortó en su defensa de la soberanía nacional… Bueno, los del PRI y el Verde ya han empezado a expresar sus firmes posturas ideológicas al respecto, por aquí y por allá comienzan a publicar sesudos análisis, como Enrique Juárez o a expresar su inquebrantable convicción como Anayeli Muñoz… Ahora todos son quieren ser “maestros” especialistas en el tema, la pregunta sigue siendo la misma, ¿cuántos de los diputados locales que votaron a favor de la reforma energética lo dijeron en campaña?, no decir la verdad también es mentir. Engañar a la gente para poder llegar al poder. Aprobar la reforma constitucional más importante de la historia moderna de México así es lamentable. Diputadas y diputados locales que votan lo que ni siquiera leen, aunque después lo quieran enmendar. Valdría la pena, nomás para ver si se les pega algo, la extraordinaria intervención del senador Javier Corral (http://goo.gl/zsjsdX ) donde expresó los motivos por los que no comparte el apuro de Enrique Peña Nieto por sacar en fast track “la legislación que nos ocupa. La suma de mis prevenciones tiene un solo nombre: Prudencia, que según la tradición tomista es la virtud política por excelencia”. Dijo el panista: “Si por las prisas que el Presidente Peña Nieto, que impuso al Congreso 100 días para aprobarla, generamos con esta Reforma un mercado sin regulaciones ni supervisión estaremos propiciando una mayor debilidad del Estado. Estaremos condenando al país a sufrir un capitalismo salvaje que haga trizas el orden político ya de por si debilitado. El Estado será incapaz de gobernarse a sí mismo”.
La del estribo. Que se nos enchila nuestro invitado Mario Granados Roldán, que porque le cambiamos el nombre a su sobrino, que porque no está de acuerdo con el tono de esta columna, pero sobre todo, nos echa en cara que él sí ofrece su firma, que da la cara para afrontar “la narrativa de los hechos, las opiniones externadas, mis filias y fobias conceptuales”, que porque la “envalentonada penumbra” le causa asquito. Con su estilo jocoso y ligero nos regala pulidos diamantes de sabiduría de Héctor Aguilar Camín y Norberto Bobbio. En el fondo (que siempre es superficie), a Granados Roldán le pudo que criticáramos a su cuate Luis Fernando Muñoz. Una explicación para nuestro colaborador: La Jornada Aguascalientes decidió externar su visión editorial a través de una columna colectiva, que no anónima, La Purísima… se conforma a partir de las opiniones de quienes formamos parte del equipo (aquí a un lado están todos los nombres), integra los comentarios, apuntes, versiones y análisis que se hacen en la mesa de redacción. Te queremos Mario Granados, ¿para qué tanto brinco con el suelo tan parejo? Saludos y felices vacaciones.
@PurisimaGrilla