Antes de cerrar la edición de ayer alcanzamos a incluir la información sobre la agresión que sufrieron algunos jóvenes cuando, adelantándose a las instrucciones de Nora Rubalcava desde Morena, iniciaron el cerco al Congreso del Estado para mostrar su inconformidad por la planchadísima aprobación de la minuta de la Reforma Energética. Nos llamó la atención, la resistencia de los muchachos a ser identificados con algún grupo político, siempre se dijeron independientes. Al menos frente a nuestros reporteros dejaron bien claro que su molestia y reacción no respondía a las instrucciones de nadie.
Ayer por la mañana, de nueva cuenta se tensaron las cosas frente al Congreso, ya no sólo eran los muchachos de ayer (apenas una decena), la convocatoria de la izquierda logró juntar a poco más de un centenar. Sobre las características de la manifestación, nos llamó la atención un tuit de Noé García, quien la caracterizó como “50% espontánea 50% partidos, pero sin duda refleja una modorra de la izquierda partidista”. Coincidimos.
Del seguimiento informativo que realizamos en tiempo real, hay quienes nos critican por exagerar los hechos; que no era para tanto, nos dijeron a través de mensajes directos. Nosotros creemos que era suficiente, sobre todo por la cobarde agresión que sufrió Ulises Ruiz Esparza, diputado panista, quien fue acorralado y golpeado. Los integrantes del grupo parlamentario del PAN remitieron un comunicado subrayando que “la agresión sufrida por el Diputado Ruiz Esparza ocurrió frente a las puertas del H. Congreso del Estado, ante la impasividad de los agentes policiacos que se encontraban en el lugar” y lo firman Adolfo Suárez Ramírez, Leonardo Montañez Castro, José Israel Sandoval Macías, Mario Alberto Álvarez Michaus y Martha Cecilia Márquez Alvarado… Sí, no incluyeron a Sylvia Garfias, los panistas sabrán por qué.
Hay quien “defiende” la agresión a Ulises Ruiz señalando que no se compara con la “friega” (con un lenguaje más florido) que van a recibir los mexicanos cuando se cumpla el deseo de Enrique Peña Nieto y se venda Pemex… No son argumentos, por supuesto, pero en este momento nadie los tiene y nadie los quiere escuchar.
Las escenas de violencia frente al Congreso, de parte de las autoridades, de parte de los manifestantes, no deberían repetirse, no deberían ocurrir. No nos parece que las estemos magnificando, identificarlas y denunciarlas es cumplir con la función social de informar. Lo hicimos cuando patearon a los jóvenes manifestantes por la noche, estamos obligados a hacerlo con el diputado que a plena luz del día fue golpeado por la espalda.
Hay alguien quien sí tiene que responder, Fernando Alférez, que azuzaba a los manifestantes identificándose como miembro de Morena cuando cobra como asesor de Fernando Herrera Ávila, senador del PAN que votó a favor de la Reforma Energética. Y cuando decimos que tiene que responder no lo estamos acusando de él haber sido quien golpeara a Ulises Ruiz, pero sí de instigar a los manifestantes. Eso se llama complicidad. Los diputados del “bloque de izquierda” (Cuauhtémoc Escobedo Tejada y Marco Arturo Delgado Martín del Campo del PRD; Jesús Rangel de Lira del PT, y Oswaldo Rodríguez García de Movimiento Ciudadano) se han declarado en contra de las agresiones. De quien aguijoneaba mediante altavoz, lo menos que se espera, es que se declare en contra de cualquier acto violento porque, reiteramos, silencio es complicidad, ¿o no es ese el argumento con que justificó su presencia frente al Congreso?
De lo ocurrido en la sesión, damos cuenta en las extensas notas que preparó nuestro equipo de reporteros. Van de lo chusco a la pena ajena. Del intercambio de consejos de maquillaje entre las priístas Norma Guel y Verónica Sánchez, hasta la enjundia con que Gilberto Gutiérrez demuestra que no leyó la minuta del dictamen porque defiende a la iniciativa de cosas que no están incluidas en ella.
Si tuviéramos que elegir una frase que caracterizara la sumisión del Congreso, la blandenguería con que se evitó todo debate, no acudiríamos al pomposo discurso de Luis Fernando Muñoz, sino a la sufrida expresión con que Jorge Varona Rodríguez dijo que sí: “Espero que la Patria no me lo reclame”… Tristísimo, porque esa sentencia evidencia lo que los legisladores esperan, que nadie, absolutamente nadie les reclame. Es cuanto, como se llenan la boca diciendo los diputados.
No podemos dejar pasar el anzuelote que publica la revista Forbes con su lista de los Diez mexicanos más corruptos este año. A continuación el top ten:
1) Elba Esther Gordillo, ex dirigente del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), hoy despreciada por Nueva Alianza y desconocida por quienes antes se tendían a su paso, en Aguascalientes Silvia Luna Rodríguez y Juana Alicia Espinosa de los Monteros.
2) Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato de trabajadores de Petróleos Mexicanos y vecino de curul en el Senado de Miguel Romo Medina.
3) Raúl Salinas de Gortari, el hermano “incómodo” del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
4) Genaro García Luna, quien fuera titular de la Secretaría de Seguridad Pública con Felipe Calderón Hinojosa y de quien se dice que se caracterizó por los excesivos gastos en “autopromoción y el abuso de poder de los escándalos expuestos por la prensa mexicana”.
5) Andrés Granier, el primero de los ex gobernadores que aparece en la lista, y quien ha quien ha sido detenido por cargos de corrupción, lavado de dinero, evasión de impuestos y malversión de fondos.
6) Otro ex gobernador priísta, Tomás Yarrington, ex de Tamaulipas, pero con fuertes lazos en Aguascalientes, pues su carrera para alcanzar esta lista comenzó en el INEGI.
7) Presumiendo su vientre endurecido por el ejercicio gracias a una beca del SNTE que le permite “estudiar” en Barcelona, aparece otro del Revolucionario Institucional: Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila
8) Si Veracruz es heroico, debe ser porque aguanta gobernadores como Fidel Herrera, quien fue consentido de Luis Armando Reynoso Femat el sexenio pasado y orondos se paseaban por la Feria Nacional de San Marcos, presumiéndole que con la remodelación, Aguascalientes se parecía a Dubai. Ajá.
9) Se atreve la revista Forbes e incluye a otro ex gobernador del PRI, tío de Enrique Peña Nieto y miembro del grupo Atlacomulco: Arturo Montiel.
10) At last but not least aparece Alejandra Sota Mirafuentes, vocera de del ex presidente panista Felipe Calderón y quien es investigada por la Secretaría de la Función Pública por presunto peculado y tráfico de influencias; aunque es posible que usted estimado lector, la recuerde mejor por aquel audio en el que la ex candidata presidencial panista, Josefina Vázquez Mota, sospechando que la espiaban, le mandó el siguiente mensaje: “un saludo muy amoroso a Alejandra Sota, que filtra todas nuestras llamadas telefónicas… Pinche Sota”.
La del estribo. No es motivo de orgullo una lista así, debería avergonzarnos la revisión, no porque esté mal que sean exhibidos los malos funcionarios, ni porque se deba guardar silencio ante los abusos… Lo lamentable es que tenemos más nombres para agregar a la lista, incluso debatir si nuestros candidatos no deberían sustituir a alguno de los enlistados por Forbes, ese es nuestro paisito, ¿verdad Luis Armando Reynoso Femat?
@PurisimaGrilla
Muy buen articulo, en especial el párrafo #8….Felicidades a la Grilla, por estos artículos!!