En pasadas ocasiones hemos manifestado nuestro interés de participar del diseño y planeación de políticas culturales para el Estado de Aguascalientes, utilizando uno de los mecanismos de injerencia más propositivos como lo es el usos del argumento y construcción discursiva con base en el conocimiento como eje rector, del que se desprende el primer episodio de “Una mejor política cultural en Aguascalientes”, donde tuvimos la participación del maestro Joel Grijalva como especialista en la materia, que nos plantea desde lo general romper con paradigmas en cuento a la función gubernamental, los bienes y servicios culturales que la sociedad demanda y que son parte de una problemática social de acceso a dichos servicios.
Como horizonte óntico necesario en la vida de las sociedades modernas, la democracia debe permear en cada acción humana, por lo que la actividad de las instituciones en nuestra entidad relacionadas con la cultura incluye dentro de sus desafíos la elaboración de mecanismos y medios de accesos democrático a los bienes y servicios culturales. Cabe resaltar la particularidad de problemáticas y demandas entre los trabajadores culturales y la sociedad en general, que aun cuando parten de la misma lógica presentan diferentes necesidades.
La certeza en el diseño y evaluación de las políticas culturales conduce a una mayor conciencia del grupo receptor y del impacto deseado desde la actividad gubernamental. A lo que concierne al papel de los funcionarios públicos, la participación de la sociedad civil organizada traza más allá de periodos constitucionales la función cultural eliminando la improvisación y parcialidad de las instituciones en pro de una mejor política.
La política cultural está integrada por lineamientos estratégicos y programas que dan dirección a la intervención gubernamental y la vinculación social con su entorno, que reconoce la diversidad cultural y artística como una característica indisoluble en sociedad entendida como la multiplicidad de formas, medios y técnicas por las que se expresan y transmiten las culturas de los grupos y la sociedad.
Romper paradigmas en la materia es reducir la breva de entendimiento entre gobierno y sociedad, siempre que partimos del lenguaje como manifestación de la creatividad en donde la cultura es una expresión del fenómeno humano de origen. Toda actividad transforma las dimensiones culturales de intensidad y dispersión. Desde la función gubernamental encontramos “eventos culturales” entendidos como show, preguntaría ¿cuál es el mensaje que envían las instituciones? Y ¿en qué momento se retroalimenta desde la sociedad esa política pública para su rediseño?
De la educación y cultura. Una demanda de la comunidad artística en la entidad está relacionada desde el ámbito deóntico del marco jurídico en materia de cultura. La Ley de Cultura representa un ordenamiento de carácter administrativo vinculado al Instituto de Cultura de Aguascalientes, mismo que carece de derechos culturales para los habitantes de la entidad, al igual que para los trabajadores culturales, donde las problemáticas de implementación se expresan al no existir un marco jurídico para las empresas e industrias culturales. Asimismo no se norma en principios rectores de la política cultural, como lo es el acceso de bines de fomento y divulgación, al igual que no cuenta con órganos de participación ciudadana necesarios para su continuidad y evaluación.
Existen tópicos en la materia que desde el Poder Legislativo deben ser ámbito de estudio y resolución que incentiven vinculación interinstitucional, formación de públicos, apropiación de la cultura, descentralización y la cultura como mecanismo de transformación social. El éxito de una política cultural se mide en la reducción de la actividad gubernamental por apropiación social de la cultura.
Si la comunicación o flujo de información de un gobierno es la adecuada hacia la sociedad, la manifestación cultural es el mecanismo que decodifica el mensaje.
La apreciación del arte y la cultura es un elemento descuidado, visto como un reto de creatividad en la nueva era digital, la instantaneidad de la imagen interna la problemática de la formación artística y cultural desde la formación escolarizada. Medio sobreviven iniciativas que conjuntan este mecanismo desde las instituciones, el compromiso es mediano ya que no se ha dimensionado su relevancia. No existe función accesoria.
La importancia de contar con especialistas en la materia que empujen hacia una incidencia civil por uso argumentativo, comprende uno de los primeros pasos para generar mayor participación, la interpelación que nos hace el maestro Grijalva circunda en la ruptura de paradigmas relacionados con los servicios y bienes culturales. Por lo que concluye en el análisis y diagnóstico particular de las necesidades de la sociedad para un mejor diseño de una política pública. Ni bombo ni platillo, realidades concretas y evaluación cierta.
Segundo episodio de “Una mejor política cultural en Aguascalientes”, próximamente…
@LDavidJuarezG