Grandes cosas para Aguascalientes / Valor público - LJA Aguascalientes
29/01/2025

Un vendedor de ilusiones me recordó que las cosas poseen un objeto y un sujeto. Y en extremo entusiasmado, aquel propagador de esperanzas sin retorno abordó un tema que motiva a la reflexión en esta temporada navideña. De tal modo que la frase póstuma “vendrán grandes cosas para Aguascalientes”, motivaron un larguísimo brindis por el éxito obtenido en tres años de trabajo, y por el incierto destino que nos depara el futuro.

Mis maestros de oratoria y comunicación enseñaban que los discursos políticos resultaban muy enfadosos debido a sus palabras impronunciables, además de su gran extensión y atropellada lectura. Así las cosas, la recomendación consiste en que el orador debe dar impresión de que no lee ninguna línea, y mantiene el contacto visual con sus oyentes. Durante el discurso, el actor político debe enfatizar las frases positivas, emotivas, y sencillas, y jamás debe dejar un espacio para interpretaciones equivocas de oidores que, por lo regular, lo ignoran cuando da lectura a cifras y porcentajes no comprobables y por lo tanto incomprensibles.

El mensaje que la alcaldesa Lorena Martínez leyó con motivo de su último informe de administración municipal, ha sido criticado porque divulgó cifras incomprensibles para muchos de los oyentes, pero fue reconocido por su eficacia al divulgador con precisión un estilo casi único para administrar la hacienda municipal; la puesta en marcha de una Nueva Política para definir lo que deben ser las prioridades para un gobernante. La obra pública se debe orientar hacia la población más desprotegida; la mayor inversión social tiene que direccionarse hacia los polígonos de mayor pobreza; y la seguridad ciudadana debe garantizarse con las armas de la razón y la convicción, antes de utilizar la represión y las balas.

La Nueva Política, concluyó su trienio municipal y trabajó con una visión que contrastó con un numeroso grupo de la clase política tradicionalista de Aguascalientes. A muchos de ellos aún no los convence la política pública de la equidad de género, mucho menos en cargos de gobierno, en gran parte por su tradicional cultura “misógina”, y en parte, debido a la inexperiencia de las mujeres en trabajos de responsabilidad de gobierno. Son como las dos caras de una moneda; fundidos en el mismo metal, irremediablemente juntos, pero no se pueden ver mutuamente.

Lorena suele pensar con visión de futuro y trabaja bajo el análisis de prospectiva para alcanzar sus metas. De ahí lo destacable y la elegancia de su lenguaje cuando afirma: “vendrán grandes cosas para Aguascalientes”, indudablemente una frase del porvenir, emotiva y positiva. Un pensamiento lanzado al viento y que pretende llegar al entendimiento y la conciencia de un auditorio crítico. Un pensamiento que intenta ir más allá de lo superfluo y quedar a la espera de su cumplimiento.

Hoy nos queda una interrogante ¿y el viento llevará el mensaje?

El vendedor de ilusiones y conocedor de la sabiduría legal, al trazar las líneas y puntos, y formar los ángulos de algunas figuras geométricas entre líneas del tercer informe, afirma que las “cosas” poseen cualidades jurídicas del objeto, esto es, de la propiedad y la posesión; por esa razón las cosas son un derecho real, un bien y una obligación; además dice que las “cosas” se relacionan con los sujetos: esto es, con aquellas personas que intervienen para que sufran alguna modificación en su status. Llevados al terreno político, podemos concluir que “las grandes cosas para Aguascalientes”, demandan un objeto y un sujeto que las imagine, las comprenda, las concrete, y las ejecute. En otras palabras, se requiere de un plan, y de un liderazgo.

Las “cosas”, decía el sabio vendedor de ilusiones, son presentes o futuras; apropiables o inapropiables; fungibles y no fungibles; corporales e incorporales; divisibles e indivisibles; consumibles y no consumibles. Además, una gran parte son “cosas” clasificadas en el derecho divino como: sagradas, religiosas o santas. Otras más corresponden al derecho humano, como el aire, el agua, los bosques, los ríos, los mares, los cielos y  aquellas que se encuentran en el subsuelo, y en suma representan el patrimonio tangible e intangible de la humanidad, y que algunos vivillos quieren apropiarse de ellas.

Las “grandes cosas” que vendrán son una bella ilusión, apenas un sueño, y son una percepción que se debe de construir entre la población. Las “grandes cosas” de las que Lorena habla, tienen objetos muy diversos, y los sujetos deben identificarse para integrarse. Esas “cosas” pueden ser futuras, fungibles, intangibles, divisibles, apropiables, corporales, consumibles y divisibles.


Esas cosas, de las que Lorena habla, corresponden a la Cosa Pública, esto significa que no pueden ser susceptibles de apropiación; que tienen un carácter material y son inapropiables, incorporales, indivisibles e intangibles. Sin embargo, son perceptibles por cualquier ángulo que se les quiera ver.

Así las cosas, los medios de información amigos y adversarios; los extemporáneos, contemporáneos y la generación del microondas; los actuales gobernantes y quienes en enero comienzan sus trabajos, y las y los ciudadanos en general, parecen haber percibido una firme asociación entre imágenes e ideas.

Hay Lorena para rato, anunció ella; y muchos otros replicaron esa idea. Enseguida llegó la pausa, y la reflexión. Y esto, por sí mismo, significa una gran cosa para Aguascalientes.

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