Envoltorio de papaya / Historia - LJA Aguascalientes
22/11/2024

El sentido de un final

¿De qué está hecha nuestra historia?, ¿de lo que recordamos?, ¿de todo lo que decidimos olvidar?, a veces ni siquiera está en nuestras manos (cabeza) esa decisión, personal o colectiva siempre es engañosa, incierta… Sí, siempre es memoria, pero toda memoria está hecha de palabras y la elección (consciente o no) de las frases elegidas para contar esa historia la transforman.

De esas preguntas está hecha la novela excepcional con que Julian Barnes obtuvo en 2011 el Premio Booker, en El sentido de un final, Tony Webster hace un recuento de su experiencia, pone a prueba su recuerdo acerca de cómo ocurrieron las cosas y a cada revisión, cada vez que se cuestiona los diversos puntos de vista que ha adoptado a lo largo de su vida, termina sorprendido por la fragilidad que tienen las certezas que impulsan a tomar decisiones que determinan su destino.

En las primeras páginas, el narrador propone a su maestro de historia una definición: “la historia son las mentiras de los vencedores”, Old Joe Hunt, que es como llaman al maestro de la materia, coincide y completa, sí “siempre que recuerdes que es también los autoengaños de los derrotados”.

 

Aplausos fast-track

El viernes 20 de diciembre, la reforma energética fue publicada en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación, hoy entra en vigor; por la mañana Enrique Peña Nieto con la promesa de presentar a la brevedad las “iniciativas de reforma a las leyes secundarias que mantendrán el espíritu audaz y de vanguardia” de esa reforma, en un acto protocolario promulgó la iniciativa que permite la entrada de la inversión privada en la producción de petróleo y la generación de energía eléctrica, que permitirá la realización de contratos con particulares en la exploración y extracción del petróleo y otros hidrocarburos que se encuentren en el subsuelo del territorio nacional.

De pie, entusiasmados, los invitados a Palacio Nacional aplaudieron, con enjundia. Como supusieron que se debe halagar la reforma más importante en los últimos años de la historia nacional. Festejaron los invitados como si nada hubiera ocurrido en las últimas semanas, como si no hubiera habido manifestaciones, como si la tribuna del Congreso, las sedes del Senado y de la Cámara de Diputados no hubieses sido tomadas por quienes estaban en desacuerdo, así, en fast-track.

 


Vamos a derrocarte

Por la tarde de ayer, en una actividad que ya nada tenía que ver con la Reforma Energética, durante la sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Daniel Vázquez Aguilar se levantó de su asiento para gritarle a Peña Nieto: “¿Por qué no nos pediste la opinión sobre la Reforma Energética?”.

Los elementos del Estado Mayor Presidencial sometieron a Daniel Vázquez Aguilar y lo sacaron del Salón Tesorería de Palacio Nacional.

“Vamos a derrocarte” le grita el joven. Mientras lo empujan fuera del salón alcanza a amenazar: “Yo voy a transformar este país, voy a ser presidente y vamos a acabar con tu gobierno”.

 

Desaliento y esperanza

Si tras la promulgación de la Reforma Energética no faltaron los miles que a través de las redes sociales manifestaron su desaliento, tras la difusión de la noticia del desalojo de Daniel Vázquez Aguilar no faltaron tampoco quienes con enjundia manifiestan su esperanza porque hay jóvenes que sí se atreven.

No me deja de llamar la atención el tono que traslucen la mayoría de esos mensajes. En el primer caso, se distingue un desaliento generalizado (“¿Por qué no nos pediste la opinión sobre la Reforma Energética?”), más triste, leo una larga lista de insultos a nosotros, todos nosotros que no hemos hecho nada, contra quienes vamos a festejar las fiestas decembrinas… como siempre, la carga de insultos, somos los borregos, los imbéciles que vamos a embriagarnos, los que estamos dejando que al país se lo lleve la chingada.

El segundo bloque de mensajes, cambia, son esperanzadores, por el tono están en el otro extremo, gracias a la irrupción de Daniel Vázquez Aguilar (repito una y otra vez el nombre para no olvidar darle seguimiento a qué le va a ocurrir a este muchacho que consiguió colarse a los lugares asignados a los representantes de los medios) hay esperanza, se ilumina el mundo… Claro que sí, festejan también en fast-track, la aparición de alguien que (transcribo) demuestra que “sí tiene huevos”, junto al festín de mensajes que comparten la manifestación del joven, hay otra serie de mensajes que se inventan noticias, como que le gritaron “puto” a Enrique Peña Nieto durante la promulgación de la Reforma Energética… básicamente, todas comparten con algarabía que hay alguien que sí se atreve, no como todos nosotros, los que no hemos hecho absolutamente nada.

 

Todos ustedes perdieron

Clarísimo, para la historia de esta reforma, se aplica la frase que emplean tras los juegos de la selección nacional de futbol, si se gana: ganamos México, si se pierde: perdieron los jugadores. Todos ustedes perdieron, alguien me echa en cara desde el monitor de mi computadora. Todos ustedes perdieron, me escupen desde la pantalla de mi teléfono celular. Todos ustedes…

Pareciera que no hay más que dos caminos, el aplauso febril o el coraje del insulto. En el primero, es fácil ubicar a todos los que hoy festejan la valentía de una reforma de ese “calado”, a su legislador que se apresta a pagar para incluir en la prensa elogios al valor del presidente, que buscan a los reporteros para brindar sesudos discursos sobre cómo nos va a beneficiar esta iniciativa, frases huecas que no hacen más que repetir los apuntes repartidos por la Presidencia de la República, una especie de manual para usarse en caso de cuestionamientos, con la misma profundidad que los mensajes con que hoy nos atosigan, de una simplicidad apabullante: infórmese, te echan en cara, antes de hablar, infórmese.

El otro sendero es la de hacer arder el mundo, también simplificado, no nos resta más que gritar “puto” o dejar de considerar que tras la pregunta acerca de por qué no fuimos consultados, Daniel Vázquez Aguilar promete que será presidente y derrocará a Peña Nieto. Igual que en el futbol, a gritar desde las gradas “puuuuuuuuuuuuuuuuuto” cuando despeje el portero del equipo contrario. Sólo ese desfogue, como si el mantra fuera capaz de desviar la trayectoria del balón y hacer que por un milagro cayera en la portería.

¿Cómo vamos a contar esta historia? No lo sé, en verdad no lo sé, al menos desde donde participo en este partido, me queda claro que no quepo en ninguno de los dos extremos y que por haber aceptado las reglas del juego, con todo y las deficiencias de nuestra democracia, con todo y su falta de calidad, a quien debo de cuestionar es a quienes teniendo acceso a la documentación, emplearon la noche para aprobar, con prisa y sin discusión, sin la menor intención de diálogo, lo que el presidente quiso.

 

Coda

Sobreviví. “Sobrevivió para contarlo”, es lo que dice la gente, ¿no? La historia no son las mentiras de los vencedores, como con mucha labia le aseguré una vez a Old Joe Hunt; ahora lo sé. Son más los recuerdos de los supervivientes, muchos de los cuales no son vencedores ni vencidos.

Julian Barnes. El sentido de un final.

Y somos más, muchos más los que no somos vencedores ni vencidos.

@aldan


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