Una vez que la reforma energética ya fue elevada a grado constitucional como anticipamos en el editorial de la semana pasada por la vía “fast track” (de hecho, alcanzó la mayoría de los congresos estatales curiosamente a la misma hora que se jugaba la final de la liga profesional de futbol mexicano, e insisto, ¿coincidencia?), quiero comentar sobre el hecho de que tenemos un gabinete lleno de expertos y personas muy inteligentes, pero incompetentes.
¿Qué es ser competente? Las definiciones pueden ser varias, pero la que más me gusta es aquella que dice que una persona que sea apta para realizar una actividad en cuestión es competente para hacer dicha actividad. Desafortunadamente, las mismas escuelas de negocios y la sociedad en la que vivimos ha desvirtuado esta definición llevándola a la excelencia por encima de los demás. De allí deriva la palabra competencia (el adversario al cual debo derrotar en orden de poder tener dinero y utilidades) o ser competente es ser mejor que los demás, no sólo mejor, ser EXCELENTE. Y le ponemos adjetivos como ser de 10, ser el más listo, el que logró los palmares académicos de primer lugar por sobre una cantidad importante de adversarios, en fin, lo llevamos al extremo.
Y en el gabinete actual de Peña Nieto tenemos a integrantes tanto de la vieja como de la nueva guardia del PRI, muchos de ellos muy inteligentes y con un expediente académico de miedo. Pero eso no significa que sean los más competentes para el puesto que están desempeñando.
Esto viene a propósito de la lectura que estoy llevando de un libro de Gabriel Ginebra (el cuál recomiendo ampliamente) que se llama El japonés que estrelló el tren para ganar tiempo.
Este libro tiene como objetivo demostrar a través de hechos cómo la búsqueda de la excelencia per se lleva a la incompetencia, o como la suma de varias competencias puede dar como resultado una incompetencia o más grave aún, problemas de fondo.
El ejemplo arquetípico es el que ocurrió por el descarrilamiento del tren bala en Japón. El maquinista iba segundo y medio más tarde, sería su segundo retardo en el mes y eso podría ocasionar que fuera despedido o bien que tuviera que hacer otra vez un curso sobre la responsabilidad hacia los clientes. Entonces lo que hizo fue acelerar para que ese segundo y medio pudiera ser otra vez ganado. El maquinista era lo suficientemente competente para el manejo de ese tren y tenía experiencia sobrada. La política de llegada a tiempo de la empresa es algo que debe ser, sobre todo para una sociedad como la japonesa. Pero esa suma de competencias no sólo llevó a la incompetencia sino a la tragedia.
Además, la competencia puede lograrse en un puesto o en una actividad y sería muy difícil lograr la competencia en otro puesto o actividad.
Como ejemplo tenemos a Luis Videgaray, economista que ha sido premiado de forma importante en su trayectoria tanto estudiantil como académica. Estudió en el ITAM y en el MIT y en ambos salió con las más altas calificaciones. De allí pasó a la docencia en el ITAM su alma mater, donde también tuvo altas calificaciones. De allí pasó al servicio público como Secretario de Finanzas del Estado de México con Peña Nieto y actualmente de Hacienda. Si vemos con lupa, veremos a un gran, gran teórico de la economía que no tiene nada que ver con la realidad, que en sí nunca ha aplicado para la empresa privada o ha sido asalariado por un consorcio, entonces, sus políticas son incompetentes porque salen de contexto de una realidad que NO conoce. Lo mismo podemos decir de Chuayffet, Osorio Chong, Murillo Karam, y más. Son personas que son muy competentes en otros ámbitos, pero que son incompetentes en donde los ubicaron.
Espero que los futuros políticos puedan ver realmente cómo poner a las personas COMPETENTES en los cargos públicos, que si bien puede ser que no sean excelentes, por otro lado puedan ser más realistas y entonces sí, puedan llevar a la mano leyes y políticas más adecuadas al país.
Como corolario a este editorial, la revista Forbes hizo la nada honrosa lista de los 10 más corruptos de México, y como todo el año pasado lo estuve diciendo, allí aparece en cuarto lugar Genaro García Luna, el otrora todopoderoso secretario de Seguridad Pública de México durante el sexenio de Calderón. Esto corrobora que no se pudo avanzar más en la lucha contra la inseguridad debido a este oscuro personaje, del cual estaremos oyendo más cosas el año que entra.
Y por último y adelantando las vísperas decembrinas y de fin de año y sin querer jugar al “chamán” van los pronósticos que tengo para el 2014:
- La selección nacional hará un papel vergonzoso en el mundial. Perderá 2–1 con Camerún, empatará a 1 con Croacia y con Brasil perderá 2–0
- La economía mexicana crecerá sólo el 2.5% el 2014, pasando de un deplorable 0.80% del 2013.
- La inseguridad seguirá azotando al país teniendo su punto crítico en Marzo, durante el mes de Abril habrá noticias interesantes en ese tenor que podrá llevar a menos inseguridad en la población.
- Durante el segundo semestre del año habrá cambios en el gabinete de Peña, algunos, sorpresivos.
- Aguascalientes resentirá menos la desaceleración y observaremos cómo Martín Orozco llevará ventaja al PRI de forma importante por el buen desempeño de la presidencia municipal de Martín del Campo.
Sin más nos despedimos por ahora y nos leemos en ocho días.
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