- Importante disminución de flujo de estudiantes en escuelas del centro de la ciudad
- “Un profe nos dijo que tenía que haber clases pero que la asistencia era opcional”
Apenas hace todavía algunos años, el 12 de diciembre -día en que los devotos de la Iglesia católica celebran a la Virgen de Guadalupe- era considerado un día de asueto, las instituciones gubernamentales, bancarias, empresas, e instituciones educativas otorgaban el día como un elemento más de las tradiciones que dan forma a la cultura de México.
Aguascalientes, al ser un estado meramente conservador, destacaba por las celebraciones y la consideración del festejo como un día inhábil. Todo cambió apenas hace no mucho tiempo, como bien apuntaron algunos sacerdotes de la Diócesis de Aguascalientes, quienes hablaron de cómo antes se respetaba el día, sin tomar en consideración que aun cuando la mayor parte de la población en el estado sea fiel a dicha religión, la separación Iglesia-Estado sigue estando consagrada en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Al respecto, cabe destacar lo sucedido en el transcurso de un día tan peculiar, plagado de felicitaciones entre las Lupitas y los Lupitos, el hecho de que ya no sea considerado como un día de asueto y muchas instituciones gubernamentales continúen sus labores, todavía hay otras que sin importar ello siguen siendo fieles a la tradición, al menos simbólicamente.
Tal es el caso de algunas escuelas ubicadas en el centro de la ciudad, que si bien no pudieron justificar el no poder dar clases, recurrieron al trillado “habrá clases pero la asistencia es opcional”, y claro porque ello dependía de si los padres de los niños aprobaban su ausencia que depende como pudimos conocer de sus ocupaciones, como el testimonio de un estudiante del quinto grado de la Escuela Pensador Mexicano, quien explicó que sus padres trabajan y no les dieron el día, por lo que no tuvieron otra opción que mandarlo a la escuela.
Otros, estudiantes de la Secundaria General Benito Juárez, dijeron haber asistido debido a que no profesan culto alguno, y sin importar que sus educandos les señalaran que existe una obligación por impartir clases, a la vez tiene que haber un respeto por aquellos que suelen considerarlo una tradición al culto, por lo que ante la irregularidad de la asistencia de los alumnos no se puede proceder en las clases con normalidad, ya que los ausentes se verían altamente afectados.
Cabe destacar que al menos el sistema educativo no avala dicha decisión por lo que las clases deben de cumplirse con el rigor estimado, y existen en contraparte escuelas pertenecientes al sistema de educación gratuita que cumplen a cabalidad con su presencia y horarios. Siendo en realidad los principales responsables; los padres de familia que por comodidad, al contar con un día libre, optan por aprobar la ausencia de sus hijos a la escuela o bien apostar por la justificación de la “tradición”
Finalmente, vale la pena mencionar que el fenómeno se manifiesta casi de manera exclusiva en el nivel de educación básica, ya que la educación media y superior han concluido con su programa académico y únicamente se encuentran en semanas de evaluaciones finales, por lo que la diferenciación es notable.
Foto: Gilberto Barrón