- El centro cuenta con 42 jaulas individuales en donde clasifican a los perros según su condición
- De los casi 100 animales que llegan, menos del 20 por ciento es reclamado por sus dueños
El Centro de control y bienestar animal del municipio de Aguascalientes ha sido un espacio controversial para muchos protectores de animales, pues la fama que se ha creado a espacios de esta naturaleza es de maltrato intenso y muertes agresivas a los perros y gatos en abandono.
Jorge Ponce titular de esta dirección municipal abrió las puertas del centro para “echar un vistazo” del trato que se les da a los animales y la forma de trabajar de los empleados del centro de control que aseguró, está totalmente regido por la Norma Oficial Mexicana 042 y el Reglamento Municipal de Protección y Trato a los Animales.
Al llegar al centro, los animales se clasifican según las circunstancias en las que se encuentra, si son agresivos, tienen alguna enfermedad, cachorros, hembras en celo o gestantes, que son separados en las 42 jaulas individuales así como las generales cuando el animal se manifiesta sano.
“Cada animal cuenta con un registro con el fin de tener un control en el momento de que el dueño va a buscarlo”, en este lugar pueden observarse todo tipo de caninos incluso portando collar, placa y correa lo que muestra que se perdió de casa, “desgraciadamente muy poca gente viene a buscarlos cuando se les pierde”, razón por la cual el funcionario invitó a la población a que inmediatamente visiten el Centro de control y bienestar animal a buscar a su mascota ya que al bajar de las camionetas recolectoras, se cuentan 48 horas para que el animal sea identificado y no se sacrifique.
A lo largo del recorrido cientos de perros ladraban, lloraban, gruñían y aullaban como signo de respuesta a la presencia de humanos ajenos a los trabajadores del centro, “esto es lo que dicen que le causa sufrimiento pero el objetivo final del centro es el control”, evitando que animales agresivos -aclaró aquí el veterinario que la agresividad en los perros es sólo una consecuencia del maltrato en las calles- hagan algún daño a los ciudadanos o en su defecto a alguna otra mascota.
Durante 25 años, la zoonosis de la rabia ha sido erradicada en la ciudad de Aguascalientes por ello el trabajo del centro, anteriormente llamado Perrera Municipal, ha ido en mayor aumento bajo controles y protocolos de calidad muy estrictos, uno de ellos es el no dejar pasar más de dos personas además de un elemento del centro a observar a los animales para su reconocimiento.
En promedio de lunes a viernes se reciben de 70 a 100 perros diarios de los cuales menos del 20 por ciento son reclamados por los dueños. Por reglamentación los animales que entran al centro no pueden ser presentados en adopción al menos de que se contara con una zona de cuarentena que según Ana Victoria Zavala Enríquez, titular de la asociación Amigos Pro Animal, pocos ayuntamientos logran solventar los gastos que representa una zona de este tipo.
Ahora bien, según el código actual municipal ninguna persona fuera del Centro de control y bienestar animal puede sacrificar a un animal, por ello la persona debe asistir al centro en horario de oficina y firmar un documento donde establece estar de acuerdo que el animal se duerma “cuando ya el dueño pide que lo sacrifiquen ya sea porque no lo puede tener en casa o por enfermedad el animalito pasa directamente a ser sacrificado, no tiene que esperar dos días”.
Para Ponce, la labor de las asociaciones es muy importante en cuanto a prevenir que lleguen más animales al centro pues si alguien no los quiere es mejor donarlos a las asociaciones para que éstas a su vez traten de conseguirle un nuevo hogar y no pasen al sacrificio por falta de hogar, “aquí estamos trabajando una prevención de las zoonosis y por lo tanto no podemos ser flexible con las normas”.
La jaula del sacrificio
Existe una jaula de gran tamaño en donde se colocan a todos aquellos perros que ya cumplieron el tiempo establecido en el reglamento (48 horas) y que no fueron a recogerlos sus dueños, pasan al sacrificio, el cual está dividido por tres turnos en donde se duermen de 10 a 30 perros por turno; esto acompañados de personas de la asociación Grudevian quienes proporcionan los medicamentos y la inyección letal mientras que el municipio sólo apoya con la preanestesia antes de pasar a la plancha de sacrificio. Cada cadáver cumple con la norma de ser embolsados individualmente, encalados y dispuestos al relleno sanitario, espacio que también tiene otras normas sanitarias a seguir.
Foto: Roberto Guerra