Estimado lector, con indicadores que parecen mostrarnos una recuperación económica importante en el mundo, sobre todo las bolsas de Estados Unidos que están llegando a los niveles que se tenían antes de la crisis del 2001 de las punto.com, y con la bolsa mexicana de valores que nada más no despega, atorada entre los 40 y 41 mil puntos cuando la realidad es que debería estar en 45,000 aproximadamente, hay que recordar que no podemos decir que ya se triunfó en este sentido y que ya viene la recuperación económica fuerte. De hecho ese escenario sería muy complicado para las empresas mexicanas, ya que eso implicaría que se tendría que acabar de una vez las tasas de interés baratas en EEUU y eso conllevaría a una mayor fase recesiva en México. Muchas empresas grandes, extranjeras y medianas han pospuesto sus inversiones principalmente debido a la reforma hacendaria que ya no es tan adecuada para lo que ellos pensaban hacer. La inflación no cede, y aún con reforma energética aprobada en el corto plazo, las tarifas de los bienes de consumo energéticos en México están subiendo cada vez más, poniendo en aprietos a la población.
Y llegamos al momento de comentar el rito mediático que cada año se hace tanto en el municipio, el estado y el país que es el informe anual de actividades. El informe anual tiene como objetivo que el titular del poder ejecutivo (como su nombre dice, es el que EJECUTA lo que el LEGISLATIVO manda) da los pormenores de los acontecimientos que ocurrieron en el año transcurrido y del estado de los dineros que fueron encomendados a este poder y cómo fueron aprovechados los mismos.
Y los medios de comunicación, empresarios, y otras personas que tienen cierta influencia o dinero ponen felicitaciones sobre el estado que guarda la entidad, país o municipio, y todos hablan de lo extraordinario y maravilloso que fue el año pasado y de lo que viene y puede mejorar. También existen voces, es cierto, que atacan absolutamente todo lo que se presenta y lo ven desde una óptica negativa y pesimista. Los informes de gobierno son como decía aquel comercial antiguo del periódico el Universal, muchos ven el vaso medio vacío, y muchos también ven el vaso medio lleno.
¿Y a qué voy con todo esto? Que este rito iniciado desde los periodos de la dictadura perfecta priísta, donde más que el día del informe era el día del presidente donde todos debían rendir pleitesía al presidente, no tiene como objetivo eso, sino dar a conocer lo realizado.
Y me apena decirlo de esta forma, pero lo que se realiza en una entidad, municipio o país no tiene nada de extraordinario. Ese es SU TRABAJO, es lo que deben hacer.
¿Por qué felicitar si hicieron lo que debían? ¿Es premiar la incompetencia pasada con realizar lo mínimo indispensable?
Me parece que no. En el caso de Aguascalientes, aplaudo que el gobernador esté haciendo su trabajo, pero eso es lo que tenía que hacer. Nissan II, las empresas japonesas es parte de su chamba, como lo es también de los gobernadores de San Luis, Guanajuato o Querétaro pelear por las mismas oportunidades. No se hizo nada extraordinario. Lo triste es que así lo vemos porque otros pasados no hicieron su chamba. Otto Granados le apostó a la maquila, como todos en su momento, pero no se capacitó a los empresarios para vislumbrar cómo mejorarlo. Felipe González y Luis Armando Reynoso nadaron de muertito, haciendo su chamba, sí, pero no trayendo nuevas inversiones ni alentando a los empresarios locales a hacerlas.
Carlos Lozano ya atrajo inversiones, falta la otra pinza, alentar a los empresarios locales a que también inviertan en el estado y que se eleve el bienestar de la población. Ése es su trabajo.
Lorena Martínez ha presumido cómo pavimento y repavimento muchas de las calles de la ciudad. Que si los pasados no lo hicieron, pobres de nosotros que no lo supimos exigir, pero en su caso era SU obligación hacerlo.
¿Cuándo le van a entrar a regular el transporte público y eficientarlo? Esa es una gran asignatura pendiente.
Entonces, reconozco el trabajo realizado por ellos hasta ahora, tiene sus deficiencias, pero no hicieron NADA extraordinario, no hay que felicitar al que hace su trabajo, se le reconoce. Para que pensemos en algo extraordinario, deberíamos de ganar el doble de lo que se ganaba al principio del sexenio en términos promedio de valor adquisitivo. Eso, sí sería extraordinario.
Está a mitad de camino el gobernador y por comenzar Antonio Martín del Campo. No pensemos que hacen algo fuera de lo común, con que hagan lo que DEBEN hacer y por lo que se les paga es más que suficiente.
Comentarios a [email protected]