- Marco Antonio Campos, Premio Nacional de Literatura en Sinaloa
- Una charla con el cofundador del Encuentro de Poetas del Mundo Latino
Foto: Gerardo González
Una vez concluido el XV Encuentro de Poetas del Mundo Latino en Aguascalientes, su cofundador Marco Antonio Campos, platicó con La Jornada Aguascalientes mostrando su gran sonrisa y satisfacción por la gran aceptación que tuvo el evento en el estado; este poeta ha sido promotor cultural desde 1973 y aseguró, 40 años después, seguirá haciendo lo que a él le gusta.
Reconoció que ahora ya no aceptaría un puesto importante (el último fue como encargado de dirigir las colecciones editoriales de la UNAM), pues su trabajo es libre, “toda mi vida he trabajado para las universidades, jamás para el estado, prometí después del movimiento estudiantil del 68 y la matanza de Tlatelolco que no trabajaría para un gobierno de asesinos”; señaló que su vida es tan tranquila en las universidades pues le ha dado dos cosas fundamentales: libertad y tiempo, puede decir lo que quiera pero con conciencia de lo que está diciendo, y tener el tiempo para poder escribir, leer, viajar y organizarse “he estado siempre en lo que me ha gustado, así que no me puedo quejar”.
Al cuestionarlo sobre cuál es el objetivo de realizar encuentros de poesía como el reciente, indicó que de todas las artes la más barata es la literatura y la poesía aunque ello no signifique que no pueda tener la misma resonancia que alguno de cine o de teatro, “si traes a un gran poeta es como si trajeras a un gran director o actriz”, aunque muchas veces se confunde lo comercial con lo verdaderamente valioso; este es el encuentro con más tradición y mayor nivel de calidad de todos los encuentros que se hacen en México, tratándose también de un evento muy económico pues no pasa de los 800 mil pesos mientras que algunos otros, como el de Coahuila de Manuel Acuña, llegan a costar entre cuatro y cinco millones de pesos.
Con la poesía se inicia la cultura en occidente, es decir, Homero fue primaria y secundaria de los griegos, los trovadores en los pueblos analfabetas del siglo XII y XIII iban por las calles de Europa diciendo sus poemas, como un estilo de crónica de lo que pasaba por las plazas; en el México antiguo, la poesía era una forma de aprendizaje cuando se reunían en las casas de los grandes señores de Tenochtitlan o Texcoco.
“Con la poesía nació la palabra escrita a pesar de que es un oráculo pues siempre dice algo más de lo que está diciendo”, eso para Campos, también es la poesía, es como estar en una ventana de una casa mirar hacia dentro y mirar hacia el jardín, estás viendo las dos realidades.
Premio Nacional de Literatura en Sinaloa
El pasado sábado Marco Antonio Campos recibió el Premio Nacional de Literatura en los Mochis, Sinaloa por trayectoria y promoción cultural, galardón que al poeta le tomó de sorpresa pues no tenía el conocimiento de que era candidato, “de pronto recibo la felicitación y yo decía ¿y eso qué es?”, no sabía que existía dicho premio, después supo que era de gran talla y que lo habían ganado personalidades de primera línea como León Portiño, Vicente Leñero y Federico Campbell; el cual consiste en una medalla y 150 mil pesos.
“No tengo ni la menor idea de cómo llegó mi candidatura”, subrayó riéndose, al tiempo que confesó sentirse contento, halagado y satisfecho, pues a pesar de tener en lista gran número de premios importantes tanto nacionales como internacionales, éste lo hace sentir que algo de lo que ha escrito vale la pena.
¿Alguna vez ha escrito para concursar? “Nunca, he entrado a muy pocos concursos y me prometí no volver a hacerlo”, debido a que si no gana, aunque no lo quiera, se siente humillado puesto que quedar en segundo es como quedar en último, Campos trata mejor de hacer un libro que deje un buen sabor al lector y que no sólo sea para ganar algún concurso; aunque, si bien manifestó que el haber ganado el premio de Casamérica en España en el 2005, le dio una gran confianza y le ha servido para tener cierto reconocimiento a nivel internacional, pero el resto sólo es parte de su vida y lo hace sentirse contento.
Para Marco Antonio Campos los premios son buenos pero no necesarios pues parafraseando a Francesco Guicciardini, “las condecoraciones y los premios no sirven para nada, pero es mejor tenerlos que no”, de su maestro Bonifaz Nuño aprendió que un reconocimiento no debes pedirlo pero tampoco debes negarlo.
A lo que reconoció sí negarse rotundamente, es a los homenajes pues los nombró “aburridos y de flojera”, el discurso siempre es el mismo, cuatro u ocho personas hablan de su propia obra, las cosas buenas que hizo y lo maravilloso que es su persona dentro de la poesía y las artes. Reconoció no ser tan firme como para resistir los elogios, “me incomodan mucho los elogios, prefiero no saber de ellos”.
Por ahora el poeta seguirá trabajando en lo que él llama su pasión: la poesía y la promoción cultural, actividad que seguirá haciendo hasta el último respiro de su cuerpo.