Acaba de terminar la canción “Lisa Says” de Lou Reed y está iniciando “Some Kind of Love” del mismo compositor. He estado escuchando desde hace un par de días música de esta incuestionable luminaria del rock. Me enteré de su muerte el lunes por la mañana, mientras veía la televisión, así que decidí invitar al buen Lou al Banquete de los Pordioseros de esta semana. Tenía planes para este viernes 1 de noviembre, la fecha es obligada, ¿no te parece? Pensaba hacer una especie de recopilación de algunos de los roqueros que han pasado a ser ciudadanos del Recinto de lo Sagrado, parafraseando el álbum de Led Zeppelin de marzo de 1973, pero sobre todo de aquellos que no suelen ser tan recordados, siempre se habla de John Lenon, Jim Morrison, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Freddie Mercury, Elvis Presley, no sé, aquellos a los que siempre recordamos en sus aniversarios luctuosos, hay otros igualmente grandiosos, pero menos favorecidos por los reflectores de la mercadotecnia, como Terry Kath, guitarrista de Chicago, Brian Jones que aunque es ampliamente reconocido como el fundador de los Rolling Stones, tuvo la mala ocurrencia de morirse el 3 de julio de 1969, claro, él no sabía que ese mismo día pero dos años más tarde moriría el Rey Lagarto y acapararía por completo la atención cada 3 de julio. Frank Zappa, Phyl Lynott, Paul Kossoff de Free, John Entwistle y Keith Moon de The Who, hasta John Bonham de Led Zeppelin suele pasar desapercibido, en fin hay muchos grandes roqueros que han partido pero que sus aniversarios luctuosos pasan desapercibidos para la mayoría.
Bien, pues esa era mi intención originalmente para este viernes 1 de noviembre, pero considerando el hecho de que Lou Reed acaba de morir apenas hace unos días, he decidido en esta ocasión recordar a este gigante del rock, sin tantos reflectores, pero con un talento y trascendencia incuestionables.
Lou Reed fue el líder fundador del legendario Velvet Underground, hay quienes consideran a Andy Warhol, el generador e impulsor del Pop Art, como el creador del Velvelt, pero la verdad es que Andy se subió al camión cuando este ya iba en marcha y con mucho vuelo. De cualquier manera sí tuvo alguna influencia sobre el pensamiento musical de Velvet Underground, desde el diseño de algunas de sus portadas, como aquella clásica de la Banana de su primera producción, hasta aportar ciertas ideas que fueron perfectamente llevadas a la música por Lou Reed y compañía.
Lou Reed hizo cosas muy importantes con su grupo, la comunión, el entendimiento en el lenguaje musical compartido principalmente con John Cale y con las muy afortunadas colaboraciones con Nico, la enigmática cantante alemana que en lo personal me hace vibrar con su impresionante versión de The End de Jim Morrison acompañada por otras celebridades del rock tan oscuras como ella, como es el caso de Kevin Ayers entre otros.
No sé exactamente qué edad tendría Lou Reed al morir, me imagino que unos 70 o 71 años, y hacía algún tiempo que no escuchábamos novedades de él en los medios de comunicación especializados en la materia, sin embargo, lo que dejó hecho es suficiente para que pase a ocupar un lugar de honor en la inagotable y siempre inconclusa historia del rock.
Al margen de lo que hizo con el Velvet Underground que ya de por sí es suficiente para inmortalizarlo, su producción solista es verdaderamente impresionante, más poeta que músico, igual que para Jim Morrison, para Lou Reed la música era el vehículo perfecto para transportar sus impulsos poéticos. Textos duros, sin maquillaje, directos, dichos sin esa confusa dulzura con la que los menos atrevidos intentan quitar agresividad a sus ideas, poesía de la calle, sacada de los oscuros callejones neoyorkinos, de los oscuros bares olvidados en algún rincón de Harlem. Versos recitados y cantados acompañados a veces por su quejumbrosa guitarra, en otras ocasiones con una sólida y demoledora banda de rock, de todos modos era Lou Reed.
Recuerdo que allá a principios de los años 90’s, en una entrevista que gentilmente me concedió José Cruz, el líder y fundador de Real de Catorce, estuvimos platicando más de Lou Reed que de la música de este gran bluesero mexicano, y es que resulta obvio, José Cruz me comentaba que una de sus principales influencias, más en lo poético que en lo musical, ha sido precisamente Lou Reed, claro, resulta difícil, si no hablas el inglés lo suficientemente bien como para penetrar en los sinuosos adoquines de los modismos, captar al 100% el objetivo literario del mensaje de Reed, resulta un poco como con Frank Zappa, cuyo mensaje textual es tan importante como la música que lo transmite.
En verdad es triste saber que los viejos roqueros se están marchando, vamos, no es de extrañar, finalmente esta es la inamovible ley de la vida, ya sabes, ¿no? lo único seguro en la vida es la muerte, suena a paradoja pero es la verdad, por lo que no es de extrañar que los inmortales mitos y leyendas de los años 60’s empiecen a hacer el equipaje y mudarse para siempre al recinto de lo sagrado, esto, insisto, lo entendemos, puede gustarnos o no, pero así es. Lo grave y al mismo tiempo preocupante es qué vamos a hacer cuando todos ellos se hayan ido, quién tomará el estandarte del rock, a mi juicio, tú, amigo lector, tienes la mejor opinión, no hay un solo representante de este género musical con la solvencia y capacidad de levantar la mano y darle continuidad a lo hecho por Led Zeppelin, The Who, Pink Floyd, Yes, The Doors, Genesis, The Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan, David Bowie o Eric Clapton, hay muy pocas propuestas sólidas y contundentes: Foo Fighters, Them Crookes Voltures, proyecto que resultó una verdadera delicia para satisfacer las más exigentes ambiciones del rock y un puñado de nombres que no llegan a la veintena, en serio, ¿qué será del rock cuando todos se hayan ido?
Por lo pronto seguimos viendo como va siendo cada vez más obeso el censo de habitantes del Recinto de lo Sagrado y yo te dejo que me voy a escuchar a Lou Reed, está por iniciar una de mis canciones favoritas de él como solista: “I’ll be your Mirror”, nos encontramos en esta mesa para compartir el Banquete de los Pordioseros de la próxima semana, si Dios no dispone lo contrario. Hasta entonces.