- Quien otorga y quien verifica deben ser distintas áreas, regidor Alejandro Regalado
- Verificar es el acto de regular el efecto del esparcimiento de la sociedad y no tener afectaciones a terceros
Para el regidor Alejandro Regalado Díaz, presidente de la Comisión de Reglamentos del municipio de Aguascalientes, el desaparecer la unidad de Verificación Única sería un retroceso en las acciones de atención a irregularidades, pues quien otorga y quien verifica deben ser de distintas áreas, principio por el cual se creó la unidad.
A su parecer, la creación de dicha área fue atinada pues las diferentes áreas que requieren regulación (desarrollo urbano, reglamentos, mercados y licencias) no lograban atender al cien por ciento las denuncias al tener más acciones que ejecutar, por ello el acto de verificar; su funcionamiento tiene que ser realizado por una dirección independiente a cada área.
Si bien es cierto que hay muchos señalamientos de corrupción en esta unidad, la solución no sería desparecerla sino profesionalizarla, “el eliminar la unidad no corrige la corrupción porque el acto de verificar como autoridad no se va a desaparecer”, al regresar la verificación a las áreas normativas de las dependencias se caería otra vez en el vicio de que quien otorga la licencia verifica su cumplimiento, lo cual causa que no exista ese comparativo de criterios sino a uno solo.
Al desparecer la unidad, el acto de verificar y del cumplimiento de la licencias de construcción, de imagen urbana, tianguis, mercados, venta de alcohol o giros controlados, deberá de seguir; por lo tanto tendrán que buscar un titular que realmente tenga muy claro cuál es el impacto de la verificación de la autoridad.
Desde el punto de vista de la Comisión de Reglamentos, verificar es acto de regular el efecto del esparcimiento de la sociedad y no tener afectaciones a terceros, el tema de los horarios, la venta de alcohol a menores o usos de suelo; “la acción de verificar no va a desaparecer nunca, desaparecerá la unidad y lo regresarán a las áreas individuales pero eso contraviene el principio de no ser juez y parte”.
El hecho de que exista la corrupción entre los verificadores tiene mucho que ver, según el regidor, en que las administraciones municipales no se preocuparan por profesionalizar el área, razón por la cual se decidió capacitarlos y prepararlos con mayor número de normas a seguir, adicional a una convocatoria más severa en donde quien aspire a ser verificador debe ser mayor de 18 años, tener mínimo el nivel bachillerato de escolaridad, y tener al menos conocimientos básicos del área que va dirigido.
Entre los aspectos que mejoraría el área, además del uso de la tecnología, se encuentra el valorizar en su justa dimensión el acto de verificación, pues para Regalado Díaz es un acto de autoridad de cumplimiento de las normas y legislación del municipio, “así se da la sana convivencia, el regular ese esparcimiento garantiza que la autoridad está al pendiente”, y por ende los usuarios se mantendrán en regla.