Señor Juez del 3º. Federal. En nombre de los atribulados vecinos del Barrio de San Marcos, y de los visitantes que cada fin de semana le dan vida a este tradicional asentamiento, atiborrando cafés, merenderos, restaurantes y la tradicional verbena popular alrededor del Templo de San Marcos. ¡Ah! Y agregando a los turistas propios y extranjeros, que cada abril son nuestros distinguidos visitantes en la Feria Nacional de San Marcos. En síntesis: en nombre de vecinos, visitantes y turistas del Barrio de San Marcos y de Aguascalientes mismo. Venimos a solicitar a Usted se nos conceda por su señoría un AMPARO CIUDADANO, para protegernos de las cruentas actividades que un grupo de delincuentes llevaban a cabo en la calle Talamantes de este rumbo, violando flagrantemente nuestra tranquilidad y la sacralidad de este barrio que es nuestro hogar y… poniéndonos en un inadvertido peligro a quienes aquí vivimos y a quienes por estas calles transitamos.
Amparo contra el amparo. Se dice que los presuntos delincuentes, hoy conocidos como los “pozoleros de Talamantes”, victimaban a sus adversarios en el lugar de referencia, para luego intentar desintegrar sus cuerpos en una mezcla de químicos. Así que hoy debemos solicitar a Usted, nos ampare del amparo que esos presuntos asesinos están solicitando para que se levante el resguardo a esa casa y ellos puedan volver a hacer uso de ella. Si Usted los ampara a ellos ¡que Dios nos ampare a nosotros! No sólo porque se perderían importantes elementos probatorios de las acciones delictivas de nuestros presuntos vecinos asesinos, sino que ellos podrían regresar a su santuario de tortura y muerte, poniendo en grave peligro a quienes por ahí debamos transitar y que al fin de cuentas somos los más inocentes en ese rejuego de tecnicismos procesales, desacuerdos institucionales y solicitudes de “arreglos económicos” que vergonzosamente han trascendido. Sobre este último asunto, los arreglos económicos podríamos hacer algunas propuestas, previo análisis de lo que significa arreglarse económicamente.
Acuerdos en lo económico. Uno de los funcionarios de su juzgado, increpó a nuestras autoridades judiciales locales por considerar que el equipo de la procuraduría (la de Aguascalientes) no se había acoplado con ellos (los del juzgado tercero federal) al no haber “acuerdos en lo económico”. Eso fue lo que informó nuestro procurador del estado, el abogado Felipe de Jesús Muñoz Vázquez.
Económico de economía. En aras de que Usted, Señor Juez, nos conceda la protección de la justicia a los afligidos vecinos, le podemos proponer una “vaquita san-marqueña”, digo, para solventar el requisito de lo económico y en aras de acoplarnos a las costumbres, o derechos adquiridos o estímulo procesal o ¡como sea que se le llame al punto! Yo por lo pronto ofrezco mi típico marranito de barro, repletito de monedas; más lo que se acumule aquí con los buenos vecinos, podemos, digo yo, reunir una cantidad, si bien no muy onerosa, sí muy voluntariosa y bien intencionada. ¿Cierto Sr. Juez que en Derecho, la intención cuenta? Dígale Ud. a sus funcionarios que, si de eso se trata, con tal de vivir acá en paz, pueden contar con nosotros. Nota personal uno: Perdóname mi marranito querido pero es para una buena causa.
Económico de cochupo. Cualquier encuentro amigable entre opuestos o cualquier acción condescendiente entre rivales es interpretado en automático como arreglo, cochupo o transa, escribe el periodista Ramón Alberto Garza García. ¡Ay, mi estimado Sr. Juez! En este caso de “arreglo económico”, sí que va a estar difícil acoplarnos. En principio porque si de convencer a nuestro procurador estatal se trata, para que se avenga a los encuentros amigables que describe don Ramón Garza ¡va a estar re-quete complicado! Nomás dese Ud., Sr. Juez, una vueltecita por acá y verá que a nuestro fiscal de hierro está peliagudo convencerlo que “se haga de la vista gorda”, cuando de perseguir delitos se trata. Y a decir verdad, Sr. Juez, esta Cocinera no se atrevería a pedirle a nuestro representante social algo así, y dudo que nuestros vecinos estuvieran de acuerdo en hacerlo. Así que, Sr. Juez, en este tipo de “acuerdo económico” no tenemos los hidrocálidos mucho que ofrecerle a su distinguido personal.
Interés legítimo. El pasado 2 de abril, se publicó oficialmente la Nueva Ley de Amparo. En ella se incorpora la figura del interés legítimo, como Usted tendrá conocimiento, y se prevé además la posibilidad de que el amparo tutele la defensa de los intereses colectivos, así como de que no se otorguen suspensiones del acto reclamado que causen más perjuicios sociales que beneficios. Por todo ello, Sr. Juez del Tercero Federal, nos presentamos, los asustados vecinos de este territorio, con el interés legítimo que tenemos, en tutela de nuestros intereses colectivos, rogando a Ud. que la suspensión que le fue solicitada por los presuntos vecinos asesinos quede sin efecto, a fin de que no sean causados en contra nuestra más perjuicios sociales que beneficios. Nota personal dos: Si Usted no nos concede este amparo, apreciable Sr. Juez, entonces ¡Que Dios nos ampare!
Recuerde Ud., apreciable lector y lectora, que en mi cocina se come, se lee, estudia y platica de todo… especialmente de política.