- Pretenden dinamizar la triple hélice en una vinculación de alta complejidad
- Rector de la UPA, Eulogio Monreal, reúne a representantes de educación, empresa y gobierno para hablar sobre la vinculación
Representantes de los sectores público y privado participaron en la mesa de discusión del libro de Sergio Cárdenas Denham La difícil vinculación universidad-empresa en México: ¿Hacia la construcción de la triple hélice?, en la Universidad Politécnica de Aguascalientes (UPA).
El rector Eulogio Monreal Ávila hizo énfasis en que actualmente, en algunos lugares, las instituciones de educación superior trabajan únicamente la vinculación de baja complejidad, es decir, sólo se dedican a formar capital humano, dejando a un lado la vinculación de alta complejidad que tiene que ver con la investigación, el desarrollo y la trasferencia de tecnología, la prestación de servicios, entre otros. Citó algunos señalamientos derivados del plan nacional, donde se hace un reconocimiento tácito de que efectivamente no hay vinculación: “La falta de capital humano, no es sólo un reflejo de un sistema de educación deficiente, también es el resultado de una vinculación inadecuada entre los sectores educativo, empresarial y social, una de las características más notables del caso mexicano es la desvinculación entre los actores relacionados con el desarrollo de la ciencia y la tecnología y las actividades del sector empresarial… es por eso que no tenemos estos resultados”, puntualizó.
Jorge Ramírez, rector de la Universidad del Valle de México, lamentó que en cuestión de vinculación hasta el momento se han realizado esfuerzos muy aislados, mientras que Jorge Armando Llamas Esparza, rector de la Universidad Tecnológica de Aguascalientes, afirmó que se debe de reconocer que se han hecho trabajos importantes en el contexto de la triple hélice y que, efectivamente, la vinculación ha sido de baja complejidad, pero muy buena. “Vemos que las empresas de manufactura que llegaron en los 80, cumplieron sus necesidades de recursos humanos, pero ahora, con la industria que se tiene, tenemos que formar recursos humanos de alto nivel, que esa sería una vinculación exitosa, medida con métricos que beneficien a las universidades con recursos, con generación de investigación y tesis que incorpore profesores y alumnos a la investigación y que se vincule con centros de investigación y con las propias empresas”.
Sergio Cárdenas, autor del libro, señaló que en su investigación se buscó tener información dura sobre lo que está sucediendo en el país, donde el 95% de las instituciones pretenden hacer vinculación. Abundó que el estudio dice cómo estamos para que, a partir de eso, se analice qué es lo que se puede hacer.
Dijo que en su estudio hay puntos muy básicos, pero muy importantes, como es el de la calidad, el cómo las universidades están formando a los recursos humanos en el aspecto de la investigación y la comunicación.
Aclaró que la baja complejidad con que se lleva a cabo la vinculación no necesariamente es mala, ya que lo malo radica en que sea el único tipo de vinculación que se realiza. Dijo que su trabajo investigativo dio como resultado que la vinculación tiene la misma condición de hace tres años. “Con tanta inversión en el sistema educativo, seguimos observando este estatus y aún con más énfasis permanecemos en el mismo punto. El problema es tan grande que los datos de la encuesta ha ido corroborando con el paso del tiempo y en todos los lugares.”
Afirmó que el problema de la vinculación entre la universidad y la empresa es tan grave como el calendario escolar, pues cuando el empresario necesita desarrollar algún proyecto, la escuela está en exámenes o en vacaciones y no pueden coincidir en sus necesidades.
Cárdenas hizo una propuesta para comenzar a trabajar en una vinculación real y efectiva: “trabajar con una área que potencie lo que sucede entre las universidades y las empresas, y reorganizar las oficinas de vinculación de las IES”, y mostró su disposición para colaborar en ello.
El libro La difícil vinculación universidad-empresa en México fue editado por el CIDE en el 2012, y sus coautores son el Enrique Cabrero y David Arellano.
Con información de la Universidad Politécnica de Aguascalientes