Cuando yo era niño, la televisión estaba gobernada por las series americanas de televisión, tal y como ahora sucede. Los más grandes éxitos de la época fueron mayoritariamente las series policiacas y de espías. Programas policiacos como Cannon, La Cuerda Floja (Tightrope), Hawaii 5-0, Kojak, Ladrón sin destino (It Takes a Thief), Columbo, Baretta o Los Intocables a la par de las series de espionaje como Espías en conflicto (I Spy), Los Hombres de C.I.P.O.L. (The man of U.N.C.L.E.) o Los Vengadores (The Avengers), esta última una serie Inglesa. Sin duda el mundo ha cambiado en las últimas cinco décadas y junto con él la televisión, no obstante las series que siguen predominando son las policiacas y las de espías. Pero nunca como hoy el espionaje ha sido tema en la televisión y en el mundo entero. El espionaje ha cambiado significativamente gracias a los avances tecnológicos que han hecho que el centro de gravedad del espionaje no sólo haya cambiado sino los alcances de dicha vigilancia, pues los métodos de observación y acecho se han vuelto menos perceptibles con los cambios y adelantos especializados. La información sigue siendo la moneda de poder de los grandes grupos económicos y de los gobiernos, donde la producción de riqueza y el ensanchamiento de la influencia son los beneficios de las investigaciones y las indagaciones. Ahora nos encontramos con un problema derivado social mundial, de carácter ético y moral al respecto del espionaje, particularmente al respecto del espionaje que realiza Estados Unidos alrededor del mundo. Debido a las filtraciones que ha habido de los archivos secretos del país vecino del Norte dadas a conocer en los medios masivos de comunicación, (el caso WikiLeaks, y la divulgación que hizo Edward Snowden, el ex técnico de la Agencia Nacional de Seguridad -NSA por sus siglas en inglés-), se ha expuesto que los norteamericanos poseen una enorme red de espionaje alrededor del mundo, gracias a la cual son capaces de inmiscuirse no sólo en la Internet sino también en la telefonía tradicional y celular de cuanta persona deseen. A este espionaje no han escapado ni siquiera los mandatarios de países aliados de los americanos tan poderosos y dominantes como Alemania y Francia, amén de millones de ciudadanos alrededor del mundo y en su propio país. El punto es que Estados Unidos tiene la tecnología para hacerlo y lo hace, bajo el pretexto de que al hacerlo garantiza la seguridad de sus habitantes y de otros ciudadanos del mundo.
El punto es importante porque amenaza el derecho individual a la privacidad. No podemos permitir que ningún Estado Político, ninguna Nación, ninguna corporación o grupo de personas, ni siquiera individuos, invadan nuestra privacidad bajo ningún pretexto, porque este es el inicio de todo Estado Autoritario y Totalitario. El Estado Político tiene como obligación la protección de los ciudadanos y el mantener sus derechos y su libertad, y cuando el Gobierno no sólo no es capaz de garantizar los derechos de los ciudadanos sino que es él mismo quien realiza esta violación, nos encontramos ante un grave problema de facto. Y si bien los ciudadanos comunes y corrientes poco tenemos que ocultar, llegará el momento en que el control del espionaje ejercido por un Estado Autoritario termine por carcomer, mermar y anular todo futuro intento por cambiar de dirigentes en caso de que nuestros gobiernos abusen de sus poderes y facultades. Hoy estamos enfrentando el inicio de un autoritarismo inusitado, pues Estados Unidos insiste en su “derecho” de recabar información de cualquier país del mundo con el objeto de proteger a sus ciudadanos. Y en un acto de grande cinismo político, de proporción única desde la invasión a Polonia el 1 de Septiembre de 1939 por los alemanes en el marco de la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno norteamericano ha declarado que seguirá espiando a la población mundial, rezando que ahora realizará sus intromisiones ilegales selectivamente. Dicho de otra forma, continuará sus labores de “Inteligencia” a criterio propio. Y si bien Alemania y Francia han solicitado se regule el espionaje -en lo que ya es una insolencia y un absurdo-, al final el poderoso vecino del Norte seguirá con su misma política hasta que un nuevo Presidente sea electo y sustituya a Obama.
Ya antes me había referido a los Estados Unidos como el Big Brother de libro “1984” de George Orwell y los peligros de que el Estado Político sea tan poderoso que infrinja los límites de la libertad de sus ciudadanos, y en este caso de los ciudadanos del mundo. Por ello me parece una excelente idea la marcha a la que están convocando activistas y personalidades del espectáculo estadounidenses para este próximo sábado en Washington. “El llamado a marchar, bajo el lema “Dejen de vigilarnos”, lo han hecho a través de un video, en el que advierten sobre las violaciones a la privacidad y soberanía de los Estados, que realiza el Gobierno estadounidense con ese programa de vigilancia” como lo relata François Dehamel a través de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
Así los Estados Unidos que otrora fueran la democracia ejemplar del mundo, se han tornado con su Ley Patriota, aprobada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, durante el Gobierno de George W. Bush, y con su espionaje mundial, en el Estado Autoritario que representa lo opuesto a la Libertad.