Multitudes
En la presentación de las más recientes antologías de autores de Aguascalientes (Contorno del agua, narrativa y Contorno del fuego, poesía) a un lado del escenario se dispuso de una coqueta mesa para exhibir los volúmenes editados por el Instituto Cultural de Aguascalientes; poco antes de que iniciara la larga y aburridísima sesión de intervenciones donde los presentadores aprovecharon para hablar de sí mismos todo el tiempo que pudieron, me llamó la atención la cantidad de gente que se arremolinaba alrededor de la coqueta mesa, por un momento, apenas un instante, creí que eran compradores de libros, lectores que interesados en conocer el estado actual de la literatura de Aguascalientes, curiosos que a través de esos tomos se enterarían de quién sí y quién no es postulado para el canon literario de la entidad… Iluso, me equivoqué.
Sobre la coqueta mesa se abalanzaban los mismos que están incluidos en los contornos de agua y fuego, los generosísimos antologadores decidieron que el mejor momento para repartir un ejemplar a cada autor incluido era ése, el de la presentación. Ya con los libros en mano los autores se dispersaron por el patio de la Casa de la Cultura, la mayoría aguantó estoico los primeros cinco minutos, después comenzó el discreto mutis.
Me califico de iluso porque pensé que podían ser lectores, quienes al obtener el libro legitimaban el propósito de la antología: llevar a los ojos la obra de los autores seleccionados: pero no, sólo éramos autores verificando que sí estábamos incluidos, el público qué.
Mira mamá, sin manos
Una asociación de arribistas celebra que su blog lleva varios años en la red, organizan un encuentro al que presentan pomposamente como el evento no va más de la cultura en Aguascalientes. Astutamente, titulan las actividades con adjetivos pomposos para darle seriedad al asunto, generan una campaña como para atraer al público interesado, cuando lo cierto es que se trataba de mesas redondas donde ellos hablaban de ellos mismos.
A lo largo de la jornada se prodigaron elogios mutuos, eso sí, ordenadamente, en la mesa uno el Diletante A caravaneaba al Diletante B; en la mesa dos, el Diletante B enalteció los talentos del Diletante C, quien a su vez, en la mesa tres, realizó el panegírico del Diletante A; por supuesto, en la mesa de conclusiones, participaron todos los diletantes y en una bonita coreografía de grupo corearon que eran lo máximo.
¿Importa?, por supuesto que no, todos tienen derecho a formar su sociedad de elogios mutuos, además, no fue con dinero público, y si lograron engañar a los patrocinadores, pues habrá que reconocer su poderosísima labia. Un detalle nada más, ese evento al que hoy se refieren estos arribistas como el no va más de la cultura local no tuvo público, así como se turnaban para elogiarse, subían y bajaban del escenario para acomodarse en las butacas y ser su propio público; en este caso las fotografías no mienten, en la mesa de clausura había más ponentes que asistentes en la sala.
Desencuentros
La próxima semana Aguascalientes será sede del Encuentro de Ensayistas de Tierra Adentro, esta actividad ya ha generado una ridícula polémica. No, no se trata de una discusión acerca de los contenidos del programa, del estado actual del ensayo en México o la calidad de las ponencias, se trata de un penoso: quítate tú, para ponerme yo. Quienes se quejan de la organización cuestionan no los criterios con que fueron seleccionados los invitados a exponer o de qué van a hablar, chillan porque no se les invitó a estar en la mesa.
Los argumentos para reclamar el no haber sido incluidos en el Encuentro, bien podrían servir para generar una discusión en torno a qué es ser ensayista, qué significa que provengan o pertenezcan a Tierra Adentro, qué es el ensayo y cuál es su estado en el panorama literario regional o nacional… pero no, esas serían ideas para atraer al público al diálogo, en el berrinche por la exclusión sólo hay una profunda falta de autoestima intelectual, un grito desesperado que busca afecto y ser reconocido por los organizadores, demandan que se les postule desde el programa oficial como ensayista.
¿Qué es un ensayista? Antes que la definición me viene a la mente la obra de Montaigne, Bacon, Luigi Amara, Alfonso Reyes, Sergio González Rodríguez, Christopher Domínguez Michael, David Huerta, Octavio Paz, Julio Ortega, George Steiner, Sergio Pitol, Juan García Ponce, Fernando Benítez, Carlos Monsiváis, Salvador Novo, Gabriel Zaid… La memoria desordenada por las filias podría seguir llenando renglones, pero de lo que estoy seguro es que en la definición no entran quienes esgrimen que publican un artículo semanal en un periódico o periódicamente comparten sus cuitas a través de un blog; es posible que esté equivocado, pero ¿a eso le vamos a llamar obra?
En el mismo lugar y sin la misma gente
Los Contornos del fuego y Contornos del agua se presentaron en la Feria del Libro de Aguascalientes, creo que de ahí no pasarán; en la misma Feria, la conferencia de clausura estuvo a cargo de uno de los poetas mexicanos más brillantes: Jorge Fernández Granados, lamentablemente, con una escasa asistencia, no por culpa del autor de Los hábitos de la ceniza, en general así les fue a quienes se presentaron durante esos días, sin importar la calidad de su obra, el resplandor de su discurso o la importancia de su presencia, el público de Aguascalientes no responde, no hemos logrado interesarlo y no le interesa. Contadas son las actividades literarias que logran convocar a más de una decena de asistentes.
¿Las instituciones tienen la culpa?, por supuesto, pero también el público que prefiere la basurita enajenadora, aunque en este caso, lo que me interesa subrayar es la responsabilidad de quienes participamos en estas actividades como organizadores o ponentes, pues siempre nos escudamos echando la piedra a los otros, cuando en el fondo, nuestra actitud corresponde a la banalización de las artes, donde lo que importa es el nombre, el autor, no la obra, no el texto.
Lo que une a estas escenas (la antología, el club de elogios mutuos, la Feria, el Encuentro) es un desapego absoluto de los autores por llegar al público, por convocar, sólo nos interesa el reconocimiento inmediato, somos como mascotitas que buscan la palmada.
Podríamos, sólo por proponer, discutir si quienes están en las antologías representan el estado actual de la literatura en Aguascalientes; esgrimir a través de nuestros articulitos las ideas sobre el ensayo o sobre los méritos de un autor o grupo para ser leído o no; las posibilidades de cambio a través de la influencia que se puede tener en los lectores… podríamos, pero no lo vamos a hacer, en el fondo, somos el imbécil con un smartphone que asiste a un concierto para tomarse un close up del rostro, una selfie. Nos encanta decir Yo estuve ahí, en qué, quién sabe, pero Yo estuve ahí.
Coda
Hay quienes censuran a los hombres el perseguir en demasía las cosas futuras y les exhortan a atenerse a los bienes presentes, puesto que no tenemos sobre lo que ha de venir sino un poder incluso mejor que sobre lo pasado. Quienes así opinan dan en el más común de los humanos errores, ya que de error califican una cosa a que la misma naturaleza nos encamina para servir a la continuación de nuestra obra; y además, graban en nosotros una imaginación falsa, más ganosa de nuestra acción que de nuestro conocimiento.
Así comienza “Nuestros afectos nos llevan más allá de nosotros mismos”, el tercer texto de los Ensayos de Montaigne. Habría que leerlo.
@aldan