A finales de 2011 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 11 de Octubre como el Día Internacional de la Niña ¿Por qué un día para las niñas? Porque resulta urgente y necesario visibilizar a quienes más viven y mueren en una cadena de atrocidades. Además que los distintos órdenes de gobierno necesitan activarse para darles respuestas efectivas.
Aunque como siempre este día 11 de octubre habrá mucha información girando en torno a las niñas seguro no faltarán las voces absurdas y necias e incapaces que comenzarán a descalificar este día para sacar lo peor de su misoginia.
Sólo en el año 2010, once mil setecientas niñas entre 10 y 14 años de edad fueron madres pero 250 de estas niñas apenas cumplían los 10 años cuando esto ocurrió. De la población de adolescentes que ni estudia ni trabaja 2 de cada 3 perteneces a este grupo de mujeres menores. 660 mil mujeres menores de 17 años ya realizan alguna actividad económica pero el 42% no recibe ningún pago por el trabajo realizado y las que reciben un pago es de apenas sólo un salario mínimo y trabajan jornadas de más de 8 horas diarias. 3 de cada 4 adolescentes que hacen trabajo en el hogar son niñas. Y solo en el 2010 el año más violento para las ellas en la última década se presentaron 329 feminicidios es decir una tasa de mortalidad de 1.7 muertes por cada 100 mil habitantes. Respecto al suicidio de niñas el 2009 fue el año con peores cifras 241 muertes en mujeres de 10 a 17 años.
El objetivo de celebrar este día es dar a conocer las condiciones que viven las mujeres de 0 a 17 años según la misma ONU revertir las condiciones que nos siguen asignando a las mujeres para vivir en desventaja respecto a los hombres, 9 de cada 10 niñas que se convierten en madres abandonan sus estudios y no los vuelven a retomar por lo que la condición de haber sido madre muy joven queda absolutamente ligada a la pobreza económica, a la falta de oportunidades de empleos dignos y a una vida de violencia por parte de su familia o su pareja.
A los gobiernos federales, estatales y municipales les falta mucho para poder entender, sancionar y prevenir los actos que laceran la dignidad de las niñas. Nuevamente con las menores al igual que con las mujeres adultas surge el tema del aborto y el permiso de la justicia patriarcal de violar
a una niña o una mujer con la seguridad de que su víctima pocas veces denunciará el crimen y si lo denuncia la posibilidad de que la ley le resguarde el derecho a la interrupción del embarazo no deseado es prácticamente nula, por lo que la violación adquiere unos niveles no solo de violencia sexual también de violencia institucional que tienen que padecer tantas y tantas mujeres menores de 17 años que resultan embarazadas por la consumación de un delito omitido por las autoridades y gobiernos: el abuso sexual y el estupro.
¿Y los gobiernos y los congresos y el sector médico, la familia, la iglesia, la escuela, los medios de comunicación que hacen? Todos opinan, se persignan, sentencian, se lamentan pero ninguna de estas instancias respeta los derechos de las niñas obligándolas a la maternidad y por lo tanto a esa larga cadena de rezago social.
El acceso a la educación, la tecnología, los servicios de salud, una vivienda, son una utopía aún para millones de niñas porque lo que tiene como realidad palpable, concreta es un sistema sexista frente a ellas que las desvalora por el hecho de ser niñas. La exclusión, la invisibilidad y violencia que ellas reciben no solo de los hombres también de las mismas mujeres forman parte de esa cruda realidad.
En 1995 en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing los estados aceptaron la alarmante situación de las niñas, desde entonces la ausencia de acciones de los gobiernos muestran el menosprecio de sus demandas.
En el mundo 62 millones de niñas no van a la escuela, 140 millones sufren la mutilación sexual y 10 millones cada año son obligadas a casarse antes de los 12 años. Aún faltan números porque lo cierto es que la malnutrición, las enfermedades y el hambre las padecen principalmente ellas.
Hoy reivindicamos a las más discriminadas en todo el planeta, a quienes más se les niegan sus derechos, quienes más sufren la violencia familiar y de la comunidad, quienes se les obliga al matrimonio, a la maternidad, al incesto, a la mutilación genital, al abuso sexual, a quienes se les niega el acceso a la educación y a los alimentos.
Sigue habiendo datos borrosos como la cantidad de niñas que son traficadas para la explotación sexual, para la venta de órganos. ¿Y en Aguascalientes cuántas de ellas han sido madres antes de los 11 años? ¿Por qué no se les respetó su derecho al aborto? A eso nos referimos cuando hablamos de la violencia que se les impone y la discriminación por ser niñas.
Ningún país puede pensarse o intentar mirar al futuro sin las niñas y ningún gobierno puede tener razón de existir si no es capaz verdaderamente de detener, sancionar y dejar de legitimar esa trillada y absurda idea de que las niñas valen menos en toda la sociedad.
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