- Merkel ha logrado bajar un 35% sus emisiones contaminantes al mundo
- Aún hay tierras para sembrar y alimentar a 10 mil millones de personas
Uno de los países grandes contaminadores del mundo, Alemania, le reportó a Aguascalientes que ha logrado reducir sus emisiones de efecto invernadero en 35%; que en 2017 llegará a 50% y un año después, a 60%.
Mientras tanto, aseguró el consejero Agropecuario de la Embajada de la República Federal Alemana en México, Hans Jungen Froese, hay suficiente tierra para alimentar al mundo, pero se tiene que hacer de manera más racional e integrada.
Al participar en el X Foro Global Alimentario que se llevó a cabo aquí el pasado fin de semana, el experto mencionó que la bioenergía tiene mucho que ver en la seguridad alimentaria, para darle de comer no sólo a diez mil millones de habitantes del orbe, sino para generar un 70% más de energía en el futuro.
En ese proceso tendremos que ser muy cuidadosos de no talar más los bosques, ni incidir en la destrucción de la naturaleza; en Alemania se tienen requisitos muy rigurosos y estrictas reglas de control, para la generación de biocombustibles, frente al cambio climático y la escasez de recursos energéticos a nivel global, dijo.
“Insistimos en la conservación de los recursos naturales y un consumo más responsable, particularmente en el manejo de los desechos de comida de las casas, las deficiencias en su transporte y almacenamiento, que generan pérdidas al medio ambiente”, dijo.
En sustentabilidad, la discusión entre 2005 y 2008 en Alemania, ha sido por los altos precios en los alimentos y se tiene que evitar que sufra la naturaleza, se necesita renovar energías, pero no a costa del medio ambiente.
“No sé cómo le dicen aquí, pero en Alemania hemos tenido muchas discusiones acerca de esto que nosotros le llamamos ‘llenar el plato’, a los grandes debates con las organizaciones no gubernamentales”, subrayó.
Hoy controlamos un 21% en la obtención de bioenergías para los cultivos del campo y de un trece por ciento en el consumo de energéticos que vienen de la biomasa; antes la fuente era nuclear, no podía ser ni eólica ni solar, “porque en Alemania tenemos muy poquito sol”, en tanto que la generación de biogás creció de 2004 a la fecha.
“Nosotros miramos este fenómenos en tres escenarios: el ambiental, el social y el económico; por ejemplo, en la pesca observamos la sostenibilidad y evitamos la captura de los delfines y otras especies en peligro de extinción”.
Por lo que respecta a los biocombustibles y sus plataformas de sustentabilidad, Han Jungen explicó que en 2009 se desarrolló el primer modelo de biocarburantes, se obtuvo un 35% efectivo en la reducción de emisiones de efecto invernadero –frente a los carburantes fósiles– que se espera en 2017 alcance el 50% y el 60% para 2018.
En la antigua Germania, es la Federación para la Agricultura y la Alimentación, la dependencia federal homónima de la mexicana Secretaría de Agricultura, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.
Lo aprendido –concluyó el especialista alemán– ha sido armonizar el espacio regional, con lo posible, lo simple y lo cuantificable, desde el principio de las cadenas alimentarias, donde paulatinamente se integra el productor y el campesino a sus tierras con una certificación de biocombustibles y alimentos.
“Ha sido un gran error utilizar algunos productos alimenticios a dos fines opuestos entre sí, como en la soya, que se usa para biocombustible y también para alimentar”, subrayó.
Foto: Víctor Pérez.