La primera pregunta que surge cuando hablamos de negocios y de inversiones es: ¿cuál debiera ser la visión de negocios para garantizar el desarrollo empresarial y al mismo tiempo contribuir al desarrollo del país? Al respecto me permito poner a consideración que el propósito de toda empresa tiene que ver con las utilidades generadas, la rentabilidad de la misma y las operaciones de la empresa en el futuro. Todo ello, debe estar alineado armónicamente con la calidad de sus empleos, el respeto a los derechos de sus trabajadores y la sustentabilidad de la renta, así como, en la calidad de los productos o servicios que se producen.
Esto significa que necesitamos poner énfasis en los factores que integran este proceso. El objetivo es analizar los elementos que puedan garantizar que el sector empresarial continúe generando utilidades y por consecuencia mantenga el ritmo económico. Lo anterior implica que necesitamos buscar mejores formas de productividad, para que la relación de utilidades al día de hoy y las utilidades del futuro, no se vean afectadas. Es importante que todos los ciudadanos entendamos que las ganancias de las empresas son directamente proporcionales al crecimiento y desarrollo económico del país. Por tanto, los factores de la producción deben conciliar sus necesidades y puntos de vista, para converger y asumir la visión de un sector empresarial con un alto sentido de la responsabilidad social.
Cada mejora, cada cambio de procesos, cada innovación tiene su punto focal en la continuidad corporativa y es precisamente la forma de conseguirlo lo que distingue a las empresas de clase mundial de las que no alcanzan las nuevas maneras de hacer negocios con las bases operativas.
Existen cuatro factores básicos que son necesarios para la consideración de este proceso de avance.
- La rentabilidad.
Este concepto, aun cuando es básicamente financiero, se puede derivar de formas que favorecen la operación en el sentido amplio en que cada esfuerzo que se realice debe considerar el beneficio esperado derivado del mismo, es decir, tener en mente la respuesta a la pregunta: ¿cuál es la ganancia de cada actividad realizada? y al propio tiempo, buscar el beneficio general de cada área funcional de la empresa, para poder alinear las metas de cada una de ellas y poderlas convertir en planes rentables en términos financieros, operativos, de prestigio, de marca o de control.
Para poder medir esta dimensión es necesario cuantificar el impacto esperado y el resultado obtenido y compararlo contra el esfuerzo realizado. Cabe resaltar que una operación de alta rentabilidad realizada a costa de algún otro eje operacional, puede actuar en sentido inverso a lo esperado a través del tiempo. Es decir, si organizamos una operación a costa del sentido de congruencia, podría ser que esa operación sea de corte única, pero perjudique a la empresa en el futuro por la falta al sentido de congruencia, lo que redundaría en atentar contra la verdadera meta de toda empresa: “permanecer en el mercado.”
- Sentido Comercial
Este concepto, es una derivación de la visión con la que hacemos los negocios. Por definición dentro las empresas, existen áreas que no generan utilidades o rendimientos de manera directa, pero sus actividades sí inciden en las operaciones de las mismas y por ende, en sus utilidades. El sentido comercial es una forma de comprender el negocio, de buscar cómo aplicar las actividades del día a día para fortalecer el posicionamiento de la empresa en cada actividad y buscar abarcar nuevas secciones para dar ese salto en la búsqueda de nuevos negocios.
- Sentido de Congruencia
Poder hacer negocios de forma que se hagan bajo la perspectiva esperada de las empresas, se requiere de garantizar que a lo largo de toda la empresa, se respeten los mismos principios rectores, estandarizados y generales de comportamiento tanto de directores como de socios y asociados. El sentido de congruencia indica la responsabilidad con la que la corporación busca actuar en todo momento. Es un eje rector de primera importancia para la consecución de objetivos en un entorno en el que importa tanto conseguir el resultado, como la forma en que lo logramos.
Este eje operacional es capaz de terminar con el prestigio de una empresa si se llega a transgredir, ya que en el mundo globalizado es importante el poder mantener la conducta intachable por parte de quienes laboran en las corporaciones de clase mundial que se han dado cuenta de la importancia de este principio y de la misma forma, la clase de alianzas y negocios que se realizarán dentro de cada unidad de negocios.
- Clima laboral
El último eje operacional se refiere a la gestión de personas, se refiere a nuestro personal y a las personas que llegan a nuestro establecimiento, ya sean clientes, proveedores, auditores y personas incidentales que al llegar a establecimientos, sistemas de transporte, cobradores, repartidores y demás que tienen la oportunidad de vivir momentos de verdad con la imagen corporativa y empresarial que la empresa ofrece a través del comportamiento, la imagen, las decisiones y el devenir del día a día.
El clima lo genera cada persona con sus actitudes y es responsabilidad individual y colectiva, mantenerlo de tal suerte que favorezca el intercambio de ideas, la disciplina organizacional y la concentración en las tareas de acuerdo con lo que el momento correcto sea definido… es decir que cuando sea momento de innovar, exista la confianza para generar debate, aportaciones, compromisos y recompensas, pero cuando sea momento de concentrarse en una tarea, el ambiente favorezca la aparición de habilidades enfocadas a la consecución de resultados optimizados o la creación de equipos de alto rendimiento focalizados en una sola cosa… Solucionar y entregar el resultado esperado.
Contador Público por la Universidad La Salle, consultor de negocios para América Latina y el Caribe. Catedrático de la Escuela de Graduados de la Escuela Bancaria y Comercial y presidente de DAR A.C. E-