La Unión Iberoamericana de municipalistas, en mayo de 2009, constituyó la Red UIM “Por Agendas Locales de Género”; y a partir del día lunes 23 del mes en curso hasta el día 27, celebrará en Aguascalientes -como sede elegida- la II Cumbre Iberoamericana de Agendas Locales de Género. Su propósito: “personas que piensan y trabajan en clave de género por el pleno reconocimiento de los derechos de las mujeres en todos los lugares de Iberoamérica. Personas que nos han transmitido conocimientos, experiencias, pero, sobre todo, muchas inquietudes y propuestas para generar cambios, compromisos reales y nuevas actitudes para enfrentar la desigualdad entre hombres y mujeres”.
Y, a renglón seguido, se afirma: “Pero no nos engañemos. Aún cuando las mujeres han alcanzado mejores cuotas de inserción en el mercado laboral y participación en la esfera política, y aún cuando sus derechos son proclamados en leyes y discursos, la realidad es que siguen siendo sutilmente vulnerados. La realidad es que una de cada tres mujeres del mundo es víctima de violencia de género. La realidad es que el 70% de las personas pobres del mundo son mujeres. Que la brecha salarial entre hombres y mujeres alcanza el 40% en algunos países. Y que las mujeres siguen subrepresentadas y casi invisibles en los procesos de poder y toma de decisiones en casi todos los países de Iberoamérica. Palabras de D. Luis Rogelio Rodríguez Comendador, Alcalde del Ayuntamiento de Almería, y Presidente de la UIM. Usted puede referirse a la página http://www.uimunicipalistas.org/cumbregenero/saludo.
El horizonte desde el cual este movimiento de alcaldes y ciudadanos observan la realidad de las ciudades de Iberoamérica, está enmarcado en la promoción de la construcción de nuevos modelos de ciudad, desde una visión de género como premisa para el desarrollo local.
Preámbulo que nos sitúa de manera inequívoca ante un tema fundamental de la Bioética: la enajenación erótica. Término compuesto que es todo menos ingenuo, improvisado o relativizado; todo lo contrario, es profundamente intencional, construido como una categoría moral de la más alta complejidad, y ácidamente relativizador de las visiones pragmáticas, inmediatistas y cínicamente ideologizadas. Se trata de una denominación que, en términos lingüísticos, representa un anti-semema en el que la Erótica queda encapsulada en la Alienación de la persona humana, sea ésta de género masculino o femenino.
Su mera propuesta se parece a realizar la excursión por una montaña, iniciando por la cima. En efecto, es asomarse a ver un todo desde el ángulo privilegiado de la cumbre, de la cúspide. Lo que no nos dispensa del trabajo de descender por sus varios senderos, hasta alcanzar la base de la montaña, y entonces sí contemplar el cuerpo majestuoso del monte como un todo.
Afirmo lo anterior, porque la denominación de origen de la Enajenación Erótica proviene del discurso innovador que trajo, precisamente a toda América Latina y, por extensión, a la península Ibérica, con la que construimos históricamente nuestros amores y odios de fondo, la reflexión todo-abarcadora de la Teología de la Liberación. Una teología denostada, reprimida, suspendida y creo que ahora re-editada, que partió de un robusto anclaje en la Hermenéutica, la Exegética, la Teología Moral, la Antropología, y de manera señalada en la revisión de la Historia de los países del hemisferio Sur, genéricamente llamados del Tercer Mundo y, ahora, más comedidamente países en desarrollo o incluso emergentes. Y tratándose de un discurso tan endiabladamente complejo se invocó también la participación de la Filosofía de la Liberación, de la Economía de la Liberación y, destacadamente, de la Política de Liberación.
Enajenación Erótica, originalmente designada como “alienación” Erótica, decíamos, es un término compuesto que conforma una trilogía con la Alienación Política que es la que se comete de manera primigenia en el binomio: Padre autoritario – Hijo sometido, y la Alienación Pedagógica que comete el Maestro/Educador sobre el Alumno/Aprendiz, en un proceso esencialmente ideologizante. Esta trilogía completa la visión integral de la historia de dominación del continente de América Latina, que más bien se trata de una concreción del tipo de relaciones producidas desde un esquema de dominación global de los países centrales o dirigentes, sobre los países periféricos o dominados.
Ahora bien, situados en el esquema de Alienación Erótica, los protagonistas son el hombre y la mujer, concretos, reales, de carne y hueso. Y tiene que ver con la relación supuestamente vinculante de pareja, que incluye su complementariedad sexual, que de ninguna manera se agota y concluye en la relación genital, sino que debiera ampliarse a la esfera de lo erótico propiamente dicho, que es incluyente de la emoción, pasión y sentimientos que arrastran a la fusión y unidad de mente, alma y cuerpos. También incluye su vínculo genital-reproductivo, que de ninguna manera agota la comunión erótica, ni debe ser reductivo de su relación personal vinculante; punto crucial en donde la visión reductiva y, por ello mismo, anti-moral del devenir humano, bajo este sólo sino, que incluso es elevado a nivel jurídico positivo en nuestro actual Estado de Derecho, visión toda que cuando somete a un miembro de la pareja a la dominación, en razón de lo dicho de nivel Erótico, está a no dudarlo en una relación de profunda enajenación y, por tanto, de servidumbre y aniquilación de su poder ser en cuanto lo que es: un hombre o una mujer.
Dicho lo cual, la reivindicación de la “igualdad de género” debe pasar por la criba de un proceso más profundo que es la emancipación moral Erótica, ciertamente de la mujer, bajo el supuesto de que secularmente ha sido el miembro dominado de la Erótica dominante, desde muy antiguo, pero significativamente dentro de esa gran ideología denominada Civilización Occidental Cristiana. Definitivamente es plausible que el o los movimientos emancipadores de la mujer busquen en la equidad de ambos “géneros” (masculino/femenino), su propia liberación. Y lo hagan privilegiando el ámbito del Derecho Positivo, mediante la declaración de los Derechos propios de la Mujer que le garanticen su igualdad en el acceso a los bienes y valores del desarrollo integral humano. Enfoque que tiene mucho de sentido, bajo una visión niveladora de las desigualdades manifiestas y dominantes. Contexto que ubica este admirable esfuerzo en un sentido, paradójicamente, abstracto y con riesgo de ser a-histórico, al querer fundar todo en la fuerza del Derecho.
Sin embargo, la visión liberadora profunda debe pasar sin más ambages, desde mi punto de vista, por la emancipación Erótica holística moral que, creyéndose falsamente abstracta y absolutista, es sorpresivamente actual, concreta y profundamente anclada en la historia. Y lo es porque nace de la capacidad de autodeterminación consciente de la persona, para vivir su capacidad sexual, genital, erótica en toda su potencialidad única, con poder de superar el dualismo dicotómico del género: hombre-mujer. Bioética de la equidad que bien vale la pena explorar.
