- Con esta mesa redonda, “Aguas sí lee” se une a los festejos de conmemoración del centenario luctuoso de Posada.
La dirección editorial del Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA) invita a la mesa redonda en torno al libro José Guadalupe Posada, edición conmemorativa, con Helia Bonilla y Mercurio López.
Esta edición conmemorativa, editada por el Instituto Cultural de Aguascalientes con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), reúne centenares de imágenes del vasto trabajo del grabador aguascalentense y los ensayos de Mercurio López Casillas, Helia Emma Bonilla, Agustín Sánchez González, Rafael Barajas el Fisgón, entre otros.
El libro nos invita a adentrarnos en un universo figurativo de alto valor estético y en ese mundo poblado por auténticos y entrañables personajes.
José Guadalupe Posada Aguilar es un artista cuya obra, presumiblemente efímera, quedó para la posteridad por muchas razones, una de ellas es su presencia en la vida cotidiana.
Poseía un talento natural para el grabado, y no sin haberse visto obligado a superar una empecinada oposición familiar, su padre le permitió ingresar, a los dieciséis años, en el taller profesional de Trinidad Pedroso, reputado maestro de quien aprendió los principios, métodos y secretos del arte litográfico. En estos primeros años de aprendizaje, el joven Posada manifestó una facilidad innata para la caricatura, de tal modo que su mentor logró introducirle en el mundo del periodismo y de la prensa gráfica como dibujante; y logró publicar sus primeras viñetas en el periódico El jicote (1871), cuando el artista acababa de cumplir los diecinueve años.
Posada fue considerado como un precursor del movimiento nacionalista en las artes plásticas por algunos de quienes lo protagonizaron: José Clemente Orozco, Diego Rivera, Francisco Díaz de León y Leopoldo Méndez. En 1933, veinte años después de su muerte, fue redescubierto por el pintor Jean Charlot, quien editó sus planchas y reveló la influencia de Posada sobre artistas de las posteriores generaciones. Gran dibujante, trabajador incansable y un gran técnico del grabado, Posada murió, tan pobre como había nacido, en la Ciudad de México, en 1913. Sus restos, que nadie reclamó, fueron sepultados en una fosa común.
Con información del ICA
Foto: Gilberto Barrón.