Parece, estimado lector, que la cordura y la sensatez imperaron en el gabinete de Peña Nieto, sobre todo en el secretario Videgaray.
La reforma hacendaria llegó el domingo 8 de este mes, y todos los pronósticos auguraban a una reforma hacendaria que lo que lograría en pocas palabras sería resquebrajar el débil tejido social. La realidad es que la mal llamada “reforma” fiscal y hacendaria viene siendo nada más una adecuación de las leyes fiscales a tiempos modernos que exigen por un lado una mejor forma de tributar, pero por otro que no se le ahogue al contribuyente.
Tiene defectos, claro que sí, y me gustaría señalar algunos de los puntos relevantes de la misma.
Primero, la derogación de los hijos Frankenstein fiscales, el IETU y el IDE. Si bien es cierto el IETU al ser un impuesto de “control”, no estaba adecuado a los estándares mundiales para evitar la doble tributación, además que la carga para los contadores y las empresas era grande, ya que se hacían cálculos diferentes y adecuaciones a la contabilidad para lograr la base tributaria de ambos. Se aplaude el reconocimiento de que una aberración fiscal debía desaparecer.
Segundo, la eliminación de los regímenes preferentes de tributación causarán en el corto plazo algunos descontentos, pero a largo plazo se tendrá un beneficio ya que ahora sí, la gran parte de contribuyentes estaremos en mismas condiciones de tributar. Se podrá pensar que eliminar por ejemplo, el régimen de REPECOS, perjudicará sobre todo a los microempresarios. Desafortunadamente, estos regímenes dieron pie a muchas defraudaciones y excesos. Conozco más de un negocio que opera como REPECO y es evidente que los ingresos que tiene rebasan y por mucho las características legales que debería tener para acogerse a ese beneficio. Entonces el quitar esas exenciones o pagos preferentes de impuestos me parece que es adecuado.
Tercero, el cambiar la tasa cero de IVA a varios productos, cambiarlo a la tasas 16 y quitar la tasa preferente en frontera. Lo de la frontera llevará a que los que viven en esas zonas vayan a consumir mejor a Estados Unidos. Es más económico en muchos sentidos los productos americanos y con un sobre precio fiscal de un 5% adicional se verá como los negocios que estén en este lado de la frontera llevarán las de perder. Por otro lado, el cobro de IVA a colegiaturas hará que se tenga una demanda mayor de la educación pública, una educación que es insuficiente actualmente tanto en nivel en la mayoría de los casos como en lugares que existen disponibles. No sé si la recaudación adicional que suponga el pago de IVA en colegiaturas de escuelas privadas pueda ser mayor que el gasto que deba ahora tener el gobierno por darle educación a todos los que ya no puedan seguir pagando dichas colegiaturas. Quizá, lector, pensarás que no es mucho el incremento, pero un 16% adicional por mes me parece que muchas personas no podrán alcanzarlo a pagar. Además se quita la tasa cero a varios productos que se explica en la exposición de motivos son de alto nivel adquisitivo, uno de ellos, los relacionados a las mascotas, y los alimentos de las mismas, así como la compra de metales preciosos. En ese sentido me parece que es congruente la petición.
Cuarto, si bien es cierto la reforma hacendaria propone la simplificación de 46 trámites aproximadamente en uno o dos, por otro lado están proponiendo que los bancos cuando se apertura una cuenta de cualquier tipo (o que esté vigente), deba tener el RFC del cuentahabiente para entonces hacer sus compulsas internas el SAT y enviar a revisión cuando se vea que hay una evasión fiscal o recursos que no puedan ser comprobados de alguna forma. Esto afectará el ahorro, ya que más que al Demonio, el pueblo le teme a Hacienda, pues saben el poder que tiene y cómo se las gasta.
Quinto, el impuesto a los refrescos y gaseosas es interesante. La exposición de motivos la explica por la obesidad que existe en el país. Pregunta ¿y esos recursos adicionales se utilizarán para atender a todos los que están en condición de obesidad?
Además de estos puntos, Videgaray hace propias las promesas de campaña de la izquierda, con el seguro del desempleo y otros puntos de su “reforma social” como el mismo la mencionó. De hecho, parece que los complacidos con la reforma como está actualmente son el PRD y en menor parte Morena y sus agremiados (que están más preocupados por la reforma energética que los mismos maestros del CNTE ha hecho ver como ya chiquita o poco importante).
La reforma hacendaria lleva a más cosas de las mencionadas en este editorial, en semanas posteriores seguiremos platicando de la misma.
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