Siempre se ha dicho que lo peor de crear grandes expectativas, es que al final del camino, nunca es suficiente lo realizado, ya que se esperaba mucho más. Pero es mucho más delicado cuando a pesar de que no se generen expectativas mayúsculas, lo resultados no aparecen aún y cuando se observe con lupa el escenario; eso sí es terrorífico, y pone en un grave predicamento, a quien tuvo de inicio el argumento de que sus predecesores, sólo supieron tratar de justificar su falta de resultados, argumentando que había quienes se empeñaban en cancelar la oportunidad de avanzar, porque no se “aprobaban las reformas estructurales”.
Aún solo han pasado nueve meses de la administración federal encabezada por Enrique Peña Nieto, y las disculpas y argumentaciones con olor sospechoso de justificaciones de los pasados doce años vuelven a aparecer, ahora en voz del Secretario de Hacienda Luis Videgaray, quien hace tan solo tres días volvió a repetir lo que fue la constante en los gobiernos encabezados por Vicente Fox y Felipe Calderón, y tal vez con un poco de matiz culpó a quienes aún no permiten el avance del país, porque han trucado el proyecto original, que se contiene en las reformas que están dentro del Pacto por México, o que más bien están tratando de pasar por medio de este mecanismo que han construido el gobierno federal y los tres principales partidos políticos (PAN, PRI y PRD).
Amén de la tradicional entrega del informe de labores al Congreso de la Unión, lo que llama más la atención en esta ocasión es el mensaje que el jefe del ejecutivo federal dirigirá al pueblo de México, el día de hoy. En honor a la verdad al menos lo que yo esperaría del mismo es que esté lleno de objetividad y de realismo, sería un verdadero enfado, que como en otras muchas ocasiones el pueblo mexicano, tenga que soportar que se le hable sobre un México, que sólo existe en la mente de algunos de sus gobernantes, que con supuestas piezas oratorias, se atreven a ofender la inteligencia de los millones de mexicanos que día con día, no sólo no ven avances, y sí distinguen muchos retrocesos o están absolutamente seguros de que nada ha cambiado.
A Enrique Peña Nieto le debe quedar claro que aún no queda claro cómo le hará “para que las cosas sucedan”, que muchas de las asignaturas pendientes en el pasado inmediato, aún son parte del inventario nacional, y que todavía las y los mexicanos, quieren estar seguros de que cuando menos se tiene trazada la línea por la que transitaremos a mejores niveles de desarrollo y crecimiento. Es mucho mejor fajarse los pantalones y agarrar el “toro por los cuernos”, que hablar con eufemismos ramplones que lo único que logran es que la gente piense que se le está tratando de engañar, como si de eso los mexicanos no tuviéramos una historia larga.
Peña Nieto debe estar consciente que la gente quiere que le digan la verdad, y no que le hablen con medias verdades, aún persisten infinidad de malas prácticas en la comunicación del gobierno federal para con la ciudadanía, y los ejemplos son muy fáciles de traer para ilustrar esta mala comunicación. Dicen “que para muestra un botón”, un estudio de algunos analistas económicos norteamericanos señaló desde el pasado mes de marzo, que posiblemente México tendría ausencia de crecimiento en este año 2013, sin embargo, los genios de la Secretaría de Hacienda del gobierno federal, han venido diciendo que el crecimiento sería de más de 3 puntos porcentuales, y cada mes que pasa bajan la proyección de manera paulatina, cuando con absoluta sinceridad pudieron decir lo que realmente va a suceder.
Cuando actúan de esta manera me recuerdan lo que alguna vez señalara el Ing. Javier Barros Sierra, (rector de la UNAM de 1966 a 1970), “Si nosotros les exigimos a los funcionarios públicos inteligencia, honestidad y a veces somos tan exagerados como para demandarles cultura, ¿quiere usted que llevemos las cosas hasta el extremo verdaderamente utópico, de pedirles congruencia? Creo que esto sería demasiado”.
El Presidente de la República tiene la obligación de asumir el liderazgo del país, porque la gente ya está harta de tener autoridades que rehuyen el tomar este rol, y que toman la estafeta para encabezar los esfuerzos nacionales, sin el ánimo de afrontar los retos, sabiendo que si así lo hicieran tendrían al pueblo a su lado; el jefe del ejecutivo federal debe estar en el entendido que a los únicos a los que les deberá dar cuentas de su proceder es a sus conciudadanos; no más consideración a los poderes fácticos, a los cuales ni siquiera es necesario enumerar, dado que todas y todos los mexicanos sabemos quiénes son y porque los tenemos catalogados como los enemigos del país.
Las y los mexicanos queremos saber la verdad con respecto al curso que han tomado los asuntos nacionales, queremos y exigimos saber, qué está pasando con las reformas propuestas por el ejecutivo federal; que nos digan por qué sigue creciendo la violencia en el país, y por qué la delincuencia organizada sigue tan presente en el escenario nacional; por qué proliferan las guardias comunitarias, y muchos otros asuntos más.
El mensaje que Peña Nieto dará a la nación este dìa 2 de septiembre de 2013, nos podrá decir dónde quiere el Presidente de la República que lo ubiquemos los millones de mexicanos que aún aspiramos a un México próspero y digno. En esta oportunidad Enrique Peña Nieto, tendría que recordar lo que en alguna ocasión Carlos Alberto Madrazo Becerra, señaló respecto a la obligación de afrontar los obstáculos “yo sólo conozco dos tipos de hombre, los primeros que son los que afrontan con gallardía y valor, los retos que la vida les impone; y los otros, que se obstinan en usar la vestimenta varonil, tan solo por llevarle la contraria a la naturaleza”.