- Diputados solicitaron a Kendor Macías retirar el cerco; no hubo respuesta
- Porras de PAN y PRI se enfrentaron en la sala de sesiones
Los exhortos de las fracciones de los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) hacia el priísta Kendor Macías Martínez -quien presidiera los trabajos del periodo extraordinario- fueron inútiles, pues la Policía Estatal mantuvo cerrada la puerta de Palacio Legislativo durante el transcurso de toda la sesión.
El perredista Gilberto Carlos Ornelas dijo en tribuna que no había justificación para tal cerco, por lo cual la mesa directiva estaba en posición de girar órdenes para que los uniformados se retiraran del edificio que ya habían ocupado el miércoles, día de manifestación docente.
El blanquiazul y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) aprovecharon la votación del nuevo Código Urbano para llevar sus porras hasta el recinto. Las butacas se llenaron de manera más o menos equilibrada.
Con la ayuda de motocicletas y gradas para el desfile del 15 de septiembre los estatales tendieron un semicírculo sobre la fachada de Palacio. Personal de Congreso del Estado indicaba quién sí y quién no podía pasar; prensa, empleados e invitados especiales formaban parte de las excepciones.
El senador Martín Orozco tuvo que esperar unos instantes antes de entrar. La correspondiente disculpa no tardó en acompañarlo.
La ciudadanía que usualmente acude a las reuniones plenarias para pedir algo a los legisladores no corrió con la misma suerte.
“Háblele al ayudante del diputado joven, aquí tengo más de dos horas, que no se le olviden los pobres”, decía un hombre en apuros a uno de los trabajadores de Congreso.
Incluso Marco Arturo Reyes, presidente de la Comisión de Seguridad Pública, necesitó ayuda del interior para llegar a su curul. En una breve entrevista se limitó a decir: “sin comentarios”. Poner o retirar el operativo, dijo, es facultad de la Mesa Directiva.
En la sala de sesiones la cosas no marcharon mejor. La porra panista gritaba cuando algún diputado del tricolor o del Partido Verde argumentaba a favor de la propuesta de Código Urbano. Los simpatizantes del PRI hacían lo propio cuando los legisladores del blanquiazul tomaban el micrófono.
Las descalificaciones fueron y vinieron durante largos minutos a través de términos como “rateros” y “vendidos”.
“Se solicita de la manera más atenta orden al público en general”, voceaba en vano Kendor Macías.
La opinión de los diputados también chocaba. El panista Arturo González Estrada señalaba la “vergüenza” de sesionar a puerta cerrada, mientras José Luis Ramírez, del Verde Ecologista, aseguraba que “esta es la casa del pueblo, qué bueno que ustedes que son pueblo se estén manifestando aquí”.
Manuel Cortina Reynoso, coordinador de la campaña de Antonio Martín del Campo, pedía a los militantes difundir en redes sociales el bloqueo de la Policía Estatal.
Los diputados electos Martha Márquez, Ulises Ruiz y Adolfo Suárez acompañaron a la parcialidad azul. En la roja destacaba Luis Esparza Llamas, líder del Frente Juvenil Revolucionario.
Foto: Gerardo González.