- La corrupción desmoraliza a la ciudadanía porque no va con sus intereses
- Gobernar no es ejercicio desbordado y abusivo: Arturo Solano
Conviene reflexionar sobre la desmoralización que la corrupción causa en la percepción ciudadana de que gobernar es un poder desbordado y abusivo, que no tiene nada que ver con los intereses de los gobernadores, pues aumentó 40 por ciento la fiscalización y rendición de cuentas.
Así lo afirmó el presidente del Órgano Superior de Fiscalización (OSF), Arturo Solano López, al responderse a las preguntas “que continuamente se hacen muchas personas: ¿cómo se puede saber si un gobierno es bueno o malo, más allá de afinidades políticas?, ¿cómo sancionar o premiar a las administraciones por su actuación a través de nuestro voto de una manera inteligente?”. La respuesta, “me atrevo a aventurar que es a través de analizar los resultados de la aplicación de las auditorías que se les practican”, planteó el funcionario.
Al poner en marcha ayer las Jornadas de capacitación a Municipios y Gobierno del Estado, Solano López dijo que, como contrapreso al Poder Ejecutivo, la Constitución confió a los representantes populares en el Congreso del Estado la vigilancia del uso que se les da a los dineros públicos, función de naturaleza técnica delegada a un órgano específico, que tiene por misión defender el interés público y revisar el destino que se le ha dado a sus recursos.
Ante el presídium, integrado además por José de Jesús Ríos Alba, el presidente de la Diputación Permanente; Alejandro Díaz Lozano, secretario de Finanzas, y Carmen Teresa Ramírez Andrade, secretaria Fiscalización y Rendición de Cuentas, el titular del OSF planteó:
“Los manejos irregulares en distintas administraciones de los estados han acaparado una parte considerable en el debate nacional. Más allá de los potenciales efectos lesivos que esto tiene en la hacienda pública, es necesario reflexionar sobre la desmoralización que esta situación causa al ciudadano, al generarle la percepción de que el Estado y el ejercicio gubernamental representan un poder desbordado, abusivo y cortoplacista, que no tiene nada que ver con el bien común o con los intereses de los gobernadores”.
Reconoció que falta mucho por hacer en el ámbito de la fiscalización, sin embargo, el trabajo del OSF “debe contribuir a la creación de un ambiente de mayor profesionalización y conciencia del servidor público, esto respecto a sus deberes con la población, a fin de modificar costumbres y pautas de comportamiento que no se apegan de manera puntual al marco normativo vigente”.
Agregó que el OSF ha incrementado sus alcances de revisión de manera significativa, anteriormente se tenía reportada una revisión promedio del 28 por ciento, actualmente las revisiones han alcanzado en promedio el 68 por ciento del universo a revisar.
Anunció que la Asociación Nacional de Organismos de Fiscalización Superior y Control Gubernamental determinó asignar recursos para la implementación nacional de la Herramienta para la Autoevaluación de la Integridad en las Entidades Fiscalizadoras Superiores, proyecto presentado por el OSF de Aguascalientes.
Dijo a fiscalizadores y entidades fiscalizadas que el control interno que se lleva a cabo es la parte medular para lograr que la función pública alcance el cumplimiento de las metas y objetivos, y remató con una frase de Cicerón: “Seamos esclavos de las leyes para poder ser libres”.
Foto: Gilberto Barrón