Una vez más el mismo error / Jorge Izquierdo Bustamante en LJA - LJA Aguascalientes
19/11/2024

Ustedes recuerden que en la vida a nadie le faltan fuerzas. Lo que a muchos les falta es voluntad, decisión, carácter. Nadie será afrentado nunca si vive de acuerdo con su mundo interior; si obra rectamente, de conformidad a su conciencia. No es valiente el que irresponsable desafía a la muerte, sino aquél que impávido soporta la desgracia. Aquél que no flaquea, que no cede ante la presión que lo fuerza a traicionarse, a dar la espalda a un amigo, o a negar el favor recibido.

Carlos Alberto Madrazo Becerra

 

Difícilmente se puede aceptar o comprender la insensatez que perdura en las élites partidistas, en torno a la forma en cómo de nueva cuenta se sustraen a la idea de poder informar de manera detallada y puntual a la ciudadanía, sobre las condiciones en que se están realizando las negociaciones de las reformas que tanto preocupan al gobierno federal, como son: la energética y la fiscal.

Como tradicionalmente sucede y de forma cada vez más absoluta, las dirigencias de los partidos políticos y los grupos de interés que confluyen en torno a estos temas, dado que pueden ser de los directamente beneficiados, se olvidan de la necesidad que debiera prevalecer en sus conciencias de mantener debidamente enterada a la opinión pública, y de esa forma evitar que se estigmaticen los métodos de que se valen para hacer que el pueblo en general, los tenga debidamente catalogados como insensibles y proclives a los acuerdos en lo “oscurito”.

Todo indica que existe una obcecación de parte de las dirigencias partidistas, de seguir jugando un doble juego, que se significa porque en los tiempos de los procesos electorales muestran un interés exacerbado por documentar e informar a los votantes y ciudadanos en general, hasta de lo más nimio, y por el otro lado, convertirse en puertas inexpugnables al momento de hacer transparentes los interese y las negociaciones en torno a las referidas reformas.

En esa dinámica poco entendible, alientan de manera clara, que la ciudadanía se forme rápidamente una mala imagen de sus métodos, y reafirme la poca o casi nula representación que tienen estos institutos políticos, de las demandas, motivaciones y aspiraciones ciudadanas, manteniendo o peor aun incrementando la distancia de identificación entre unos y otros, que tanto ha lastimado al sistema político mexicano, que permite que los detractores del sistema de partidos, hagan escarnio de su falta de transparencia y limpieza en torno a su vida interna.

Lo poco que las y los ciudadanos encuentran de información sobre estos temas tan importantes que afectarán de manera directa la vida nacional, son posicionamientos de los diferentes actores políticos, pero en contraposición a ello, no encuentran argumentos y validaciones filosófico-ideológicas, que hagan diferencias sobre las diferentes interpretaciones que se tiene sobre los mismos, que sólo son presentados como descalificaciones sin otorgar esquemas de definición soportada por principios y valores, que debieran sustentar cada una de dichas expresiones.

Así las cosas, uno no puede formarse una idea lúcida sobre las diversas interpretaciones de los partidos políticos, y lo que queda es la sensación de que una vez más se actúa de manera coyuntural, sin apego a sus declaraciones de principios, y que en la prisa por beneficiar los arreglos que les arrojen ganancias de diferente índole, son capaces de trastocar la propia esencia de su vertiente ideológica. Pero como algunos “pragmáticos” asumen, “a quién le interesan las ideologías”, si precisamente de lo que se trata es de desideologizar la política o en términos más llanos, “pasarse por el Arco del Triunfo” los valores y principios, que hoy sólo son parte del baúl de los recuerdos en los edificios sedes de las dirigencias nacionales de los partidos políticos, o parte de lo que se almacena en las cajas de “archivo muerto” en esas mismas sedes.


Por ello, es que siempre queda la duda de hasta dónde aguantará la ciudadanía este trato despectivo hacia ella, de parte de las élites partidistas, que continuarán anulando toda iniciativa que disminuya su extenso poder, y mediatizando los pobres avances hacia la idea de ciudadanizar la política. Al fin que México no es Brasil, y que lo único que quedó de lo demostrado en las manifestaciones en el marco de la realización de la Copa Confederaciones, sólo fue el motivo de comentar la decisión de un pueblo de no seguir siendo pisoteado por su estúpida clase política, pero sin permitirse la sola idea de emular el ejemplo. Como quien dice todo sirvió sólo para el anecdotario.

Lo preocupante del caso es que después de que se tomen las decisiones el pueblo sufrirá las consecuencias de éstas, y como siempre no hará nada al respecto, sin importar que se le sigan dando a conocer medias verdades, y sin tomar conciencia de que los círculos continúan siendo viciosos y no virtuosos.

Sobra decir que ya nadie toma en cuenta que al final se le diga “lamento decirte, te lo dije”, porque si en algún momento esto tuvo algún peso específico, ahora se ha sumado a la tradición de las frases populares y casi cotidianas, sin tener mayor significación. Por esto es que en esta ocasión me sustraigo a utilizarla, y mejor señalo que “después no digan que no se los dije”, que para fines prácticos me parece óptimo.

 


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