… que ningún ciudadano, mujer u hombre, tolere en Aguascalientes un gobierno para un grupo privilegiado, es preferible salir del gobierno con el pueblo, que estar en el gobierno en contra del pueblo.
Prof. Enrique Olivares Santana
En momentos en que temas como la propuesta de reforma energética, transformarán de forma determinante los esquemas que identificaban a la sociedad mexicana, en cuanto a los elementos característicos, que lo ligaban de manera referencial con su pasado inmediato y mediato, se antoja que exista una coyuntura favorable, para que de una vez por todas, podamos ubicar dentro del espectro político nacional, a aquéllos que sólo están pensando en favorecer intereses personales o grupales, y quienes de manera poco común, aún están tratando de hacer prevalecer el interés nacional.
Mucho se habla del Pacto por México, pero lamentablemente se habla más de los desencuentros que en el marco del mencionado Pacto, se suscitan, y lo extraño no es que así suceda, ya que sería lo normal, en todo proceso de construcción de acuerdos; si no fuera porque estos desencuentros se relacionan de forma automática, con circunstancias muy particulares, que en muchas ocasiones se prestan para utilizar la necesidad de negociación del gobierno federal y su partido, para que el resto de las fuerzas políticas que confluyen en ese esfuerzo, lo vean como una valiosa oportunidad para satisfacer caprichosamente algunas situaciones que les permitan a sus dirigencias nacionales fortalecer su presencia y espacio hacia lo interno de sus institutos políticos.
Por ello, es importante que para permitir un espacio terso de tránsito a este esfuerzo inédito en la historia política reciente de nuestro país, que en muchas circunstancias se diferencia de lo que en otros momentos se sucedió en la relación de ejecutivos federales con las oposiciones que nunca pudieron sintonizar y abonar a la suma de esfuerzos en favor de la sociedad nacional, y que peor aún, encontraron formas rústicas de enfrentamiento o de omisión, que en algún momento llevó a decir a un jefe del ejecutivo federal, respecto a sus principales opositores, “que ni los veo, ni los oigo”, en una muestra clara de intolerancia; que los intereses nacionales sean los que prevalezcan, y mostrar una opinión pública nacional exigiendo a los integrantes de este Pacto, a que no se permitan ponderar sus visiones, sino que participen con una actitud de confluencia en el esfuerzo de acordar en las similitudes y alejar las diferencias, siempre con el ánimo de armonizar en la razón de avanzar hacia los verdaderos acuerdos.
Existe la imperiosa necesidad de que todas y todos los que siempre hemos creído en la ponderación del interés nacional, hagamos firme presión para que aquéllos que se significan por decir que “actúan en favor de los intereses nacionales”, nos pudieran aclarar a qué se refieren con ello, ya que su actitud deja mucho que desear, ya que recurrentemente los vemos declarando a los medios masivos de comunicación, y lo único que se les escucha es que hablan persistentemente de las diferencias en el Pacto “y de que defenderán sus posiciones y opiniones”, pero nunca se les escucha hablar sobre las similitudes que encuentran con el resto de los participantes del Pacto, y de manera casi cotidiana, mandan mensajes a militantes y simpatizantes, con la intención de convencerlos de que están firmes y no permitirán retrocesos en sus posicionamientos, cuando en realidad, los acuerdos se alcanzan de forma contraria a lo que ellos se ufanan en declarar.
Con la salvedad de que nuestro régimen político aún se encuentra en proceso de transición, donde lo único tangible y palpable ha sido la alternancia en el poder ejecutivo federal, al igual que en la mayoría de los ejecutivos estatales y los más de los municipios; los actores del Pacto, se muestran poco propensos a dar certeza de su actuar, y se muestran vacilantes, cuando alguien se atreve a cuestionarlos sobre la viabilidad de este instrumento o herramienta política; y por lo mismo, en lugar de mostrarse proclive a secundar propuestas inteligentes o que se caractericen por ser positivas para la nación, se preocupan más por saber de dónde partieron esas propuestas, y así continuar con ese mal accionar, que los significa como maniqueístas, y miopes en la forma en que actúan.
Por el bien del país, es necesario que las fuerzas políticas que confluyen en el Pacto por México, y aun las que no lo hacen, retomen el espacio del pensamiento, que les permita actuar inteligentemente, ya que de lo contrario, lo único que lograrán es continuar ganándose el desprestigio ante la ciudadanía, que en innumerables ocasiones ya les ha mostrado y demostrado, que son como dijera mi amigo Viryu Perseo Álvarez Aguilar, “inclusive”, esto es que no les interesa lo que hagan o dejen de hacer.
Así las cosas, es menester que los partidos políticos y el gobierno federal, se esfuercen en conseguir verdaderos acuerdos y entendimientos, que le den seguridad a la población de que se está avanzando en los temas neurálgicos para alcanzar mejores niveles de desarrollo y crecimiento para el país, y de que en verdad “se está ponderando el interés nacional sobre los intereses individuales o de grupo”, o de lo contrario, éste seguirá siendo solamente un elemento retórico, que como en otros muchos casos termina por no decir nada, de tanto decirse.