- Lo viejo no acaba de morir, y lo nuevo no termina de nacer
Es innegable que una vez instaurada la pluralidad política, se impacta el tipo y la forma en las relaciones políticas. Hay un escenario de mayor complejidad derivado de la realidad democrática. Esta pluralidad trae como consecuencia que ninguna fuerza política puede gobernar sola.
Esta situación se ha convertido en muchos momentos en un impedimento para lograr acuerdos. Por ello algunos especialistas consideran que la transición mexicana se ha convertido en algunas ocasiones, en impedimento para consolidar las reformas estructurales por la falta de acuerdos.
Cerrar una fase que le dé consistencia a la normalidad democrática, requiere alcanzar acuerdos mediante el diálogo y la negociación institucional para que todas las fuerzas políticas se corresponsabilicen en la conducción del país y de sus problemas.
Independientemente de los desacuerdos que pueda tener la clase política, se hace necesario contar con un gobierno eficiente y eficaz que dé respuesta a los problemas del país, a las demandas de los ciudadanos, de los actores sociales, políticos y económicos.
Los gobiernos divididos son una realidad que se presenta a partir de 1997, su característica principal es que el Ejecutivo Federal no dispone de una mayoría suficiente en el Congreso para que sean aprobadas sus propuestas e iniciativas.
En lo que se refiere a la estructura jurídica del sistema, se adolece también de mecanismos institucionales para la construcción de mayorías gobernantes. Esta situación ha dado como consecuencia una relación conflictuada entre el Ejecutivo y Legislativo sin que existan mecanismos institucionales que destraben las naturales controversias producto de una relación de contrapeso entre fuerzas que compiten entre sí.
Es por eso que un proceso de consolidación democrática requiere de reformas Constitucionales en donde exista un régimen político más acorde con la realidad que vivimos. Se hace necesario reformar el esquema legal y político ya que fue hecho para funcionar con un partido único y dominante. En la nueva realidad, existe un sistema de partidos y un proceso de competencia político electoral, que requiere reglas institucionales distintas.
¿Cómo y dónde debería ubicarse a las reformas que le den sentido al nuevo régimen de gobierno? Existen muchas y muy variadas, retomo a manera de síntesis dos de ellas que creo que son muy importantes ya que son reformas constitucionales que van a alterar aspectos centrales del funcionamiento del sistema político.
La primera es una propuesta que consiste en pasar a un gobierno de minoría o gobierno de coalición. En este modelo el Presidente de la República podrá optar por gobernar con un sistema de gobierno de minoría política o uno de coalición legislativa a través del Ejecutivo Federal con uno o varios partidos políticos de la oposición. Se tendría que modificar el artículo 40 Constitucional.
Las críticas que se hacen a este modelo es que atenúa la división de poderes y el pluralismo se ve acotado, pero también permite un arreglo constitucional que privilegia el acuerdo.
Otra de las propuestas en la mesa de la reforma política es desplazarse a un sistema semipresidencial. En este modelo se propone que el Presidente de la República desarrolle un gobierno de coalición legislativa y de gobierno entre el Ejecutivo Federal y el Congreso de la Unión a través de sus grupos parlamentarios.
El Congreso de la Unión a través de los grupos parlamentarios propondrá, entre sus miembros, al Jefe de Gobierno que deberá designarse por el voto de la mayoría absoluta de todos los integrantes del Congreso.
Las desventajas que tiene este modelo es que cuando se pierde la mayoría hay un proceso de inestabilidad política y falta de control en el gobierno. Otra desventaja es que a las fuerzas políticas les cuesta trabajo diferenciarse.
Ésta sería una síntesis de dos grandes modelos que se proponen en el tema de la reforma del Estado entre los integrantes del Pacto. Una vez que se discuta la reforma petrolera, el siguiente asunto que entrará en discusión será éste.
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