Treparse al guayabo…
Éramos muchos y parió la abuela
Que siempre no… Que Francisco Esparza Parada, titular del Instituto de Servicios de Salud del Estado, ha presentado su renuncia a Carlos Lozano de la Torre no es un rumor nuevo, que el gobernador no se la ha aceptado, tampoco es noticia nueva, es público que al frente del ISSEA se ha tenido que enfrentar al amiguismo y los corruptos usos y costumbres del pago de favores, y con eso nos referimos a la tradicional tajada que los miembros de la LXI Legislatura reciben por el simple hecho de ser diputados, es decir, más allá de su sueldo y el dinero que se embolsan sin tener que comprobar, se les permite recomendar a sus cercanos para ocupar un puesto en la administración pública estatal.
Más allá de lo pequeño que es el pueblo, salta a la vista quiénes son los legisladores que colocan yernos, primos y demás parentela en diversas dependencias, en una de esas prácticas no escritas que resultan difíciles de comprobar como acto de corrupción, ya que como es costumbre, casi una tradición, pues el influyentismo no está tan mal visto. En fin… pero a lo que nos referíamos ayer era que ante el próximo fin de la LXI Legislatura, ya los diputados andan buscando cómo caer parados y así no tener que echar mano del súper bono que se van a dar por el cumplimiento atribulado de su gestión, ahí es donde mencionamos a José de Jesús Ríos Alba, quien por el perfil bien podría esperar la renuncia de Esparza Parada para integrarse a la administración estatal.
Éramos muchos y parió la abuela. Los calentamientos chapulinescos están al día en el Palacio Legislativo y tienen a todos nerviosos, sobre todo a los del PRI, ¿o a poco cree que es de a gratis que sean los diputados tricolores los que más se quejan de que su partido haya perdido las elecciones?, ¿o que son gratuitas las acusaciones de traición?, pues no, el que Antonio Martín del Campo se haya quedado con la capital del estado y Antonio Arámbula con Jesús María, les cierra las puertas a los diputados del PRI para que se integren a las administraciones municipales… y para acabarla, Calvillo se lo llevó el también panista Javier Luévano, pues nada les queda cerca.
Treparse al guayabo… Eso es lo que quieren los diputados del PRI, es decir, acomodarse en la administración estatal como quien se sube a El Guayabo, el turibús que todos los días sale de las puertas del Congreso del Estado desde las 10:00 hasta las 20:00, con un costo de 100 pesos por adulto y 50 para niños. Y ya que mencionamos las guayabas, volver a Calvillo, para apuntar que si como la administración de Jorge Alberto Martínez Villalobos se ha tomado como propio el pleito y denuncia de irregularidades que supuestamente cometió el equipo de Javier Luévano en las elecciones pasadas, es porque el regreso de una administración panista, dejaría descobijado a los priístas calvillenses que ya habían encontrado acomodo en la Presidencia Municipal, y ahora hacen hasta lo imposible para aferrarse a la silla, porque si en la capital del estado es difícil acomodarse, en Calvillo sólo hay tres salidas para el personal de confianza de Martínez Villalobos: congraciarse con el panista, irse a la fábrica de pantalones o demandar al Municipio por despido injustificado.
Entre los legisladores que no tienen que preocuparse por un lugar en el turibús, ayer le mencionamos a Miguel Ángel Juárez, le decíamos que ya tiene bien amarrada la dirigencia estatal del Revolucionario Institucional, así que Guadalupe Ortega será relegado, perdón, premiado, con alguna subsecretaría; otro que tendrá que hacer sus maletas será Omar Williams López Ovalle, quien por fin será relevado de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, y no por maleta, como lo han venido acusando los de las organizaciones no gubernamentales desde que le regalaron el cargo, ni por haberse querido subir a las postulaciones del PAN en las pasadas elecciones, más bien para que Dennis Ibarra Rangel no pierda práctica y sea la nueva ombudsman, finalmente, en la LXI Legislatura, entre sus funciones estuvo la de presidir la Comisión de Derechos Humanos; dada la experiencia, el cambio no sería tan cuestionado, aunque nunca se sabe, ya conoce a los activistas y distinguidos miembros de nuestra sociedad civil, se llenan la boca declarándose independientes, siempre y cuando no dejen de fluir los recursos desde el gobierno o les creen un observatorio para justificar su complicidad.
El futuro del, todavía, ombudsman, no es muy claro, el tiempo que pasó calentando la silla de la Comisión Estatal de Derechos Humanos le será cobrado a López Ovalle, al final, sí tendrá su costo, el burdo coqueteo con que en las elecciones pasadas quiso quedar bien con Jorge López Martín para que le diera una nominación; pero sobre todo, quedará en la memoria que, en su soberbia, Omar Williams se creyó que no tenía que rendirle cuentas a nadie.
Unos quieren subir, otros quieren bajar. Así van las cosas en Palacio Legislativo y también afuera se preparan para apropiarse de las comisiones y las bancadas, si bien hemos centrado la atención en que los panistas están haciendo lo imposible para impedir que Sylvia Garfías coordine la bancada panista y que los priístas se siguen haciendo bolas para no enunciar que será Jorge Varona quien encabece a sus legisladores; se fraguan otros movimientos, entre ellos, el que la Comisión de Vigilancia le sea entregada a Eduardo Rocha… a ver si él hace un mejor papel que el taimadísimo rol que ha jugado Arturo Robles Aguilar. Antes de que se nos acabe el espacio, mejor mañana le seguimos.
La del estribo. Pues sí, como dijo Francisco Esparza Parada a nuestro reportero: “Mientras el gobernador no me lo pida yo seguiré realizando mi trabajo como siempre, al máximo de mis capacidades”, ése es el asunto, ¿a quiénes les pedirá que se hagan a un lado para abrir un huequito a los diputados salientes?
@PurisimaGrilla