Mucho se ha hablado de las reformas estructurales. Una de ellas, la Reforma Educativa, ha acaparado por el impacto esperado y por todo los suscitado en su entorno (detenciones, protestas, cierres de carreteras, etcétera). En este tenor, quizá la retórica ya nos puede tener un poco fastidiados. Mucho se espera de la reforma en sí, pero en la discusión difícilmente se aportan líneas de acción (programas) y evidencias que la sustenten. Como desde hace un año se viene discutiendo en esta columna, la toma de decisiones cada vez exige más y mejor información. Por ende, en materia educativa, el debate de esta columna será sobre la investigación y su importancia en la mejora de la calidad.
En la búsqueda de una mejora urgente y sustancial, se han desarrollado diversas aplicaciones e investigaciones alrededor del mundo. Ello con el fin de ir determinando los factores que influyen en el aprendizaje y los resultados del alumno. Un aspecto que ha tomado importancia es el respaldo de la investigación a la aplicación de los programas de mejora educativa.
Empecemos por un argumento que nunca falta en esta columna cuando se habla de educación: la interacción entre el alumno y el maestro (el aula), es, sin duda, importante para la mejora en el aprendizaje del alumno y, por ende, para elevar la calidad del sistema educativo. Sin embargo, la evidencia deja en claro que no es lo único. Lo que sucede en la escuela y el contexto social también influye en la calidad del sistema educativo. La investigación educativa, a través de metodologías cualitativas y resultados cuantitativos, respalda, con evidencia, la aplicación de programas educativos, ya que ofrece una mejor comprensión de las variables propias de la escuela y del contexto social que influyen en el aprendizaje del alumno.
De acuerdo con la experiencia internacional, existe evidencia sobre la relación entre la aplicación de programas orientados a la mejora educativa y el grado de desarrollo de investigación que cada país tiene sobre estos temas. Los países que mayor grado de investigación educativa presentan, tienen mayor respaldo empírico para la aplicación de programas de mejora y eficacia, así como de sus resultados comparados con el monto de lo invertido, o lo que se conoce técnicamente como costo-efectividad.
La investigación educativa aporta las estimaciones acerca de la magnitud de los efectos y los factores escolares, tanto de aula como de contexto. Esta información permite aclarar cuáles son los conceptos que deben considerar los tomadores de decisiones en la planificación y aplicación de procesos de mejora en los centros educativos. Al mismo tiempo que, en los responsables de cada centro educativo –docentes y directivos-, estas estimaciones favorecen la comprensión de los factores que favorecen y dificultan la mejora escolar, y así ejecutar mejores procesos en la práctica educativa.
Cuando se habla de reformas educativas, es ineludible incluir la investigación como base para más y mejores programas. Si bien estamos en la etapa de debate y consensos, llegará el tiempo de resultados. La ciudadanía los pedirá. Es ahí cuando toda esta retórica que hoy nos aqueja se extinguirá y pasaremos a la etapa de argumentos rigurosos, fríos y reales; es menester que el tomador de decisiones esté preparado para ello…
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