José María Pérez Gay, novelista de tiempo completo, intelectual excéntrico - LJA Aguascalientes
17/11/2024

  • José Gordon y José Woldenberg hablan acerca del promotor cultural, pensador, ensayista y diplomático
  • Recibirá un homenaje el domingo 18, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes

 

“Un rasgo que distinguió a José María Pérez Gay es que se adelantaba a lo que iba a pasar. Su capacidad de novelar no se quedaba limitada a la página escrita. Imaginaba el futuro y lo narraba como si ya existiera en el presente”, describe José Gordon, mientras recuerda cómo fue su acercamiento: “hace 20 años, José María Pérez Gay me planteó con entusiasmo su visión de lo que sería Canal 22: un espacio cosmopolita, plural, con las ventanas abiertas a lo mejor de la cultura mexicana, con las más arriesgadas series de la producción internacional: el Mahabharata de Peter Brook, las novelas de Charles Dickens, obras de teatro de Shakespeare, la mirada de Picasso.

José Gordon rememora que algo que siempre identificó a Pérez Gay eran sus fascinantes conversaciones porque, además de los diversos y eruditos mapas intelectuales y artísticos que tejía, éstos se gobernaban por la eficacia de un buen relato. “Fabulaba, le interesaba lo literariamente brillante más que lo tediosamente correcto. Era novelista de tiempo completo. El arte se entreveraba con la realidad cotidiana a golpe de deseo. Tal vez por ello escribió ya casi al final de sus días: ‘ninguna alucinación me ha inquietado, y me inquieta, tanto como la de confundir todas las voces, todos los textos, todo lo vivido’”.

Agregó que al autor de El imperio perdido y Tu nombre en el silencio siempre se le recordará como un hombre atento a la belleza y a la imaginación, elementos que retrató en sus obras. “De pronto aparece un narrador que a golpe de deseo nos marca otras posibilidades tanto en la ficción como en la realidad. Ése es tal vez el milagro que buscó siempre Pérez Gay, un arte de la vida que sugiere las orillas de la eternidad y la memoria”.

Para José Woldenberg, Pérez Gay fue un intelectual excéntrico en el sentido literal de la palabra: fuera del centro, fuera de la corriente; sus temas, autores y tratamientos fueron singulares, alejados de las tendencias predominantes, de los usos y costumbres consagrados; por ello fue capaz de introducirnos a mundos diferentes y sugerentes.

Sobre El Imperio perdido (1991) comenta que es un texto en donde José María Pérez Gay recreó la vida y obra de cuatro escritores en los estertores del imperio Austro-Húngaro: Karl Kraus, Robert Musil, Hermann Broch y Joseph Roth. “Esta obra, Pérez Gay la visita preso de una melancolía oceánica recuperando textos, estampas cotidianas, pistas biografías y anécdotas de los autores mencionados tratando de rastrear el sentido de su obra y de sus vidas. El libro no resulta armónico, es más bien fragmentario y por momentos caprichoso. Pero posee capacidad de seducción. Lo contado y la manera de contar lo vuelve un texto hipnótico.

De El príncipe y sus guerrilleros. La destrucción de Camboya (2004) Woldenberg destaca que se trata de un libro sobre la política de los jemeres rojos (organización guerrillera camboyana) y su delirio fundacional que devastó no solamente la cultura, las instituciones, los bienes materiales, sino que cometió un documentado genocidio en aras de la supuesta e imposible construcción del hombre nuevo en Camboya, país ubicado en el sudeste asiático.

“Es una historia de sectarismo y terror alimentada por la paranoia política y por un ideario que pretendía no dejar del pasado —literalmente— títere con cabeza. Habla de una dictadura inclemente a nombre de un futuro por construir. Disciplinados como un ejército y fanáticos como sólo pueden ser los extremadamente religiosos, el libro muestra cómo los jemeres fueron implacables, insensibles, devastadores.

“Pérez Gay rastrea en las leyendas tradicionales camboyanas, en el marxismo osificado de París (en donde estudiaron los principales dirigentes de los jemeres) y en la Revolución Cultural China (y en los bombardeos norteamericanos sobre Camboya) las influencias de esa alucinación que pretendió fundar todo y sólo dejó un país convertido en ruinas, en un cementerio inabarcable”.


Woldenberg refirió que en La profecía de la memoria. Ensayos alemanes (2011) Pérez Gay presenta varios textos que dan vida a un rompecabezas que, basado en archivos de libros consagrados, testimonios serios y maledicentes, estampas de la vida y leyendas transmitidas oralmente, es armado con paciencia y ardor por el autor para develar “algo”: la cultura alemana al horizonte mexicano. “Al final, es un texto que refleja la fascinación por la memoria”.

 

Con información de Conaculta

 


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