Le voy a contar algo que seguramente le tiene sin cuidado pero tengo que sacarlo, si no mi próxima intervención en este prestigiado diario la tendré que escribir desde un hospital psiquiátrico.
Cuando surge la pregunta (por ahí de los lunes) qué tema voy a reflexionar para compartir con usted amable lector, hago un repaso de los acontecimientos más relevantes que cimbran a la nación de todos los dueños del petróleo. Leo, escucho, observo vía televisión e internet y siempre concluyo diciendo que la realidad la hemos convertido en un espectáculo. Parafraseando a Furio Colombo, encuentro que los medios electrónicos efectivamente se hacen cargo, con mucho éxito por cierto de llenar nuestros ojos y oídos con mensajes fáciles de digerir pero sobre todo cargados de una tendencia muy clara y específica que los hace cómplices de nuestra desgracia intelectual.
Puntos relevantes que se dejan de lado, situaciones irrelevantes que acaparan la atención de los medios y que ceden las ochos columnas, un público que se siente conocedor de los casos que se ponen sobre la mesa, temas delicados con tratamiento digno de programas como Ventaneando o La Oreja.
Verbigracia, qué opinión le merece la cobertura del caso “Arturo Montiel-Maude Versini”, ahora sabemos el drama de la ex familia del Licenciado, así igualito que los escándalos de los estelares del canal de las estrellas. Los medios se vuelcan sobre el llanto de Versini que dice “es un infierno, es una pesadilla. Me hace vivir un infierno este señor. Me duermo con angustia, me levanto con angustia, perdí seis kilos. Estoy muy mal. No puedo seguir viviendo así.” Con todo respeto, ¿y a mí qué? Mis vecinos pasan por lo mismo sólo que no forma parte de la farándula ni de la política, ¿o este caso estará vinculado con el de la reforma energética o algo así? Se fija qué clase de noticias son las que consumimos. Punto para el maestro Colombo, estamos en la era donde el homo sapiens se convierte en homo videns sin oponer resistencia y consume y consume y consume noticias a lo bárbaro.
Ahí le va otro de telenovela y desde mi punto de vista indignante hasta la pared de enfrente. Y conste que injusto para la víctima y el respetable. Seguro recuerda el caso del niño Feliciano Díaz, vendedor ambulante en Villahermosa Tabasco y su agresor Juan Diego Jiménez. No le relataré el caso, ése lo conocemos al derecho y al revés. Resulta que cuando Feliciano regresó a San Juan Chamula, Chiapas, de donde es originario, los de la televisora del Ajusco preparaban la emboscada para subir su rating a costa del dolor ajeno; ya sabe el sello de la casa del señor Salinas Pliego y entonces con ofertas como “viajarás en avión, saldrás en televisión, serás tan famoso como las estrellas de Hollywood y además te daremos un simbólico apoyo económico y una bicicleta” se lo llevaron, perdón, lo invitaron al programa Cosas de la vida de Rocío Sánchez Azuara. Claro, vale la pena si TV Azteca sube la audiencia del programa de la señora Rocío y vende los espacios publicitarios del citado programa como si fueran del Super Bowl.
¿Quiere otra? Qué le parecen hasta el día de hoy 117 faltas de ortografía contabilizadas en los libros de texto de la SEP a punto de iniciar el ciclo lectivo 2013-2014.
Lo bueno es que la subsecretaria de Educación Básica, Alba Martínez Olivé, se percató del pequeño error y dijo “no es un trabajo para aficionados”. Ah caray, ¿tenía aficionados en sus filas? Continúa la cita: “es uno para especialistas de diversos campos. Es uno donde se requiere la presencia de aquéllos que dominan los contenidos, es un trabajo que no se puede hacer sin la mirada de los profesores”, bueno y también de los correctores de estilo y de los lectores de texto que revisan esas faltas ortográficas. Momento, alto, qué pasa, se supone que los “especialistas en los diversos campos” dominan el español al puro centavo…
Las imágenes de este hermoso país reflejan una ola de personas desempleadas que juntas suman 2 millones 532 mil. Qué tal si hacemos un anuncio para televisión con esas frases que nos encantan escuchar “y con ellos podemos llenar 24 veces el estadio Azteca.”
Les dejo un breve escrito que Alejandra Esparza Sosa, estudiante de la Interamericana para el Desarrollo, me entregó a manera de tarea y me pareció interesante compartir, además de que viene mucho al caso. Ella escribe “el pasado 06 de junio el presidente Xi Jinping visitó nuestro país para reunirse con el representante mexicano Enrique Peña Nieto. Dicho recibimiento se llevó a cabo en el Campo Militar Marte. Durante la presentación de las propuestas y la convivencia con Xi Jinping, nuestro querido presidente Enrique Peña Nieto le asignó un nuevo nombre que para su comodidad era más fácil de pronunciar y en lugar de llamarlo Xi Jinping le dijo Juan Yin, algo que era de esperarse debido a que los errores que se comenten por parte de quien nos representa son más que comunes y ahora podemos verlo como algo natural ya que las expresiones de este señor suelen cambiarle el sentido a todo, incluso a los nombres de quienes pueden ser la salvación de este país, de esta manera es como el representante mexicano se da a conocer a quienes le hacen el honor de prestarle un poco de atención”.
Qué sería nuestra sociedad sin errores…
Twitter: @ericazocar